El segundo día de pruebas de acceso a la universidad (PAU) ha comenzado en todo el país con el examen de Historia, uno de los más temidos por los estudiantes de los tres días de selectividad. En esta materia, aunque no se trate de una de las asignaturas de lengua, es donde se han producido varios cambios de última hora en relación con los criterios de corrección ortográficos, ya que la consejera de Investigación y Universidades, Núria Montserrat, anunció el jueves de la semana pasada que sí sería uno de los criterios a tener en cuenta a la hora de evaluar a los estudiantes porque es un examen en el que hay que redactar textos largos. El examen, sin embargo, ha sido «más fácil» de lo que esperaban los alumnos que, según explican a El Món, estaban «bastante nerviosos» antes de entrar. En la Facultad de Historia de la Universidad de Barcelona (UB), en el corazón del barrio del Raval, los alumnos respiran aliviados después de salir del examen: «Me ha ido mejor de lo que pensaba», comentan entre ellos a las puertas de la facultad.
El franquismo ha sido uno de los ejes troncales del examen de historia, ya que los dos textos del primer ejercicio estaban escritos por el general Emilio Mola, uno de los instigadores del golpe de estado que desencadenó en la Guerra Civil. Aunque el franquismo ha ocupado buena parte del contenido de la prueba, la amnistía también ha aparecido en el examen de historia. A pesar de que no se trata de la ley de amnistía que se ha aprobado recientemente y que aún está en la recta final de validación en los tribunales, la segunda pregunta de la prueba pedía a los estudiantes que se situaran en el contexto histórico de 1977, durante la transición, y que redactaran un texto en el que aparecieran los términos «Estatut d’Autonomia, catalanismo, centralismo, Onze de Setembre y amnistía». Un guiño a la actualidad política que, a pesar de los cincuenta años de diferencia, comparte muchas similitudes. En esta pregunta los estudiantes podían elegir si responder la opción del ejercicio sobre la amnistía o la opción sobre una unión vecinal para mejorar las condiciones de vida del vecindario introduciendo el término transporte público, un guiño claro a Torre Baró y El 47.

Un único modelo para todos los estudiantes
Una de las principales dudas de los días previos a las pruebas de acceso a la universidad, la cual había acentuado significativamente los nervios de los estudiantes, es que este año, con la implementación de la nueva selectividad, los alumnos no podrían elegir entre dos modelos de examen, lo cual los forzaba a responder prácticamente todo el temario que les preguntaran. Los temas que les han preguntado, sin embargo, les han facilitado mucho las cosas: «Nos han hecho una pregunta sobre los derechos que ganaron las mujeres durante la segunda república que era idéntica a la que aparecía en el modelo cero que habían publicado [los cuales ofreció la administración catalana para practicar las PAU]», explica Guillem, que admite que «no había estudiado mucho» para esta prueba. Su compañero, Pol, también estaba «bastante nervioso» por no poder elegir entre una opción A y una B en el examen, pero asegura que ha salido contento del examen porque era «más fácil» de lo que creía. Las sensaciones, pues, son buenas, aunque ningún alumno consultado se atreve a decir qué nota sacarán -o, como mínimo, creen- en este examen.
La primera mujer que protagoniza un examen de filosofía
Este jueves por la mañana, los estudiantes podían elegir entre la materia de historia y la de filosofía. Según los datos facilitados por la consejería, un 49,17% del conjunto de Cataluña han elegido Historia, mientras que el 50,83% han optado por Historia de la Filosofía. Este, por ejemplo, es el caso de Aina, que explica en conversación con este diario que estaba «bastante nerviosa» antes de comenzar, pero que ha acabado encontrando el examen «muy sencillo»: «Creo que me ha ido bien», dice. El motivo, los autores que les han preguntado: «Nos han preguntado por Descartes y Martha Nussbaum«, comenta Aina, que asegura que eran dos autores que dominaba mucho. Nussbaum es la primera mujer que aparece como protagonista en la prueba de filosofía de la selectividad. El examen, pues, ha sido «más sencillo» de lo previsto. De hecho, así también lo han expresado los jóvenes en las redes sociales, que, satisfechos con los autores de la prueba, han llenado Twitter de memes alabando la figura de Descartes. Ahora, tanto Aina como su compañera, Jana, que ha hecho el examen de historia, aprovechan el rato de descanso para terminar de repasar su siguiente prueba, latín. «Me preocupa un poco, pero creo que irá bien», explica.

Las matemáticas siguen costando
Como ya es habitual, el examen de matemáticas de la modalidad científica -uno de los exámenes de la fase específica que más interesa a los estudiantes que quieren acceder a carreras de esta rama- sigue costando. A la salida del examen, los alumnos que acaban de hacer el examen suspiran: «No me ha ido nada bien, pero ya está hecho», afirma Marcel, que cree que le podría haber ido mucho mejor porque «he estudiado mucho». Aun así, el examen ya está hecho y ya toca pensar en el siguiente. De la misma manera que después del examen de Historia las sensaciones en la facultad de la Universidad de Barcelona eran muy positivas, después de la segunda tanda de pruebas las caras han cambiado un poco. Mientras algunos estudiantes aseguran que el examen era muy difícil, otros creen que no tanto: «Si te lo habías mirado bien se podía hacer sin ningún problema», explica Laia, que ha salido muy satisfecha de la prueba.
Con la segunda tanda de exámenes superada, ahora los futuros universitarios ya comienzan a pensar en los siguientes exámenes. Esta tarde, los que se hayan inscrito en alguna de estas materias se examinarán de Dibujo Técnico, Historia del Arte, Historia de la Música y de la Danza, Literatura Castellana, Química o Técnicas de Expresión Graficoplástica. Aunque aún queda mucho trabajo por hacer, en la Facultad de Historia de la UB ya se empieza a oler la calma, ya que muchos de los alumnos ya han llegado al ecuador de las pruebas de acceso a la universidad. De hecho, a algunos solo les queda un examen: el de catalán. El último escollo antes de comenzar, oficialmente, el verano.