Dos tercios de profesores catalanes aseguran haber sufrido alguna agresión por parte de los alumnos, según un estudio de Ustec. Una de cada diez agresiones, explican los docentes afectados, son físicas y las agresiones verbales también continúan aumentando. También han incrementado las agresiones de las familias: un tercio de los profesores aseguran haber sufrido agresiones verbales de los padres. «Se están normalizando estas conductas porque no tienen prácticamente consecuencias», denuncian desde el sindicato. «Escenas de agresividad, insultos y amenazas son cada vez más habituales y se están normalizando. No son asumidas y abordadas como haría falta», insisten. Por eso, el sindicato ha iniciado una campaña para llegar a todo el personal de los centros educativos y darlos instrucciones sobre el que tienen que hacer en caso de sufrir una agresión, sea del grado que sea. De este modo, sostiene Ustec, se podrá tener un registro de todas las agresiones, que actualmente no existe.

El sindicato denuncia que, a causa de la dejadez de la administración en este sentido, la gran mayoría de los docentes desconocen sus derechos y los pasos que tienen que seguir en caso de ser agredidos. Tampoco saben que existen los comités de salud y otros órganos de vigilancia y prevención de riesgos laborales. «Como que no quedan registradas, es imposible contabilizar las agresiones que sufren los trabajadores», lamentan antes de apuntar que no existe ningún protocolo ni aplicativo para poder dejar constancia. «Hasta que no haya cifras claras de agresiones que nos permitan dimensionar la problemática con más precisión los casos continuarán creciendo», advierte el sindicato.

Ustec considera que, además de la dejadez de la administración, hay intenciones escondidas en esta falta de protocolos. «Si esto pasa es por la dejadez de la administración o, peor todavía, por la carencia de voluntad de ser claros y transparentes en este asunto», remachan desde Ustec.

Una campaña elaborada por el equipo de salud laboral del sindicato

Esta campaña ha sido elaborada por el equipo de salud laboral del sindicato, que pretende exigir soluciones efectivas por parte de la administración. «Si volamos una educación de calidad, hay que priorizar el bienestar psicosocial y la seguridad de las personas que trabajemos a la enseñanza. Para hacerlo posible, hace falta una implicación activa de las familias y de la administración», apunta el sindicato.

«No hacer nada ante una conducta agresiva refuerza esta conducta y transmite el mensaje que esta conducta está bien y que la puede continuar haciendo sin problema. Y este valor no lo podemos transmitir nunca desde la escuela», añaden antes de concluir que «hay que actuar con urgencia».

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