Los niveles de pobreza y exclusión social más elevados de la Unión Europea están en el estado español. El aumento del coste de la vida, las dificultades para acceder a una vivienda y las desigualdades educativas y laborales agravan una situación que condiciona el futuro de miles de personas. La Fundación ”la Caixa” y entidades con las que colabora impulsan programas para luchar contra estos condicionantes, que empujan a la pobreza y a la exclusión social, para que haya oportunidades que cambien vidas. Uno de los lugares donde se pueden evaluar los progresos de estos programas son los barrios más vulnerables de Valencia, donde las familias cuentan su experiencia.

Según el último informe El Estado de la Pobreza, elaborado por la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social (EAPN), al menos uno de cada cuatro ciudadanos del estado español ha estado en riesgo de pobreza o exclusión social durante la última década. Es especialmente alarmante la tasa de pobreza infantil, la más alta de la Unión Europea, con 2,3 millones de niños y adolescentes afectados. 

Ante esta realidad, la Fundación ”la Caixa” se ha sumado al Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, que se ha celebrado el 17 de octubre, con el compromiso de continuar ofreciendo oportunidades a los colectivos más vulnerables en todas las etapas de la vida. A través de sus programas y con un presupuesto de 655 millones de euros para 2025, la Fundación impulsa iniciativas sociales y educativas orientadas a construir una sociedad más justa e inclusiva.

CaixaProinfancia: romper el círculo de la pobreza heredada

Uno de los pilares de esta estrategia es CaixaProinfancia, un programa que desde que se creó en 2007 ha acompañado a cerca de 400.000 niños y adolescentes en situación de vulnerabilidad. Presente en todo el estado español y en Portugal, el programa ofrece apoyo educativo, actividades de ocio, atención psicológica y acompañamiento familiar con el objetivo de romper el círculo de la pobreza hereditaria.

Educadores de CaixaProinfància atenent infants a l’entitat Save the Children. © Nerea Coll. Fundació
Educadora de CaixaProinfància atendiendo a niños en la entidad Save the Children. © Nerea Coll. Fundación «la Caixa»

Maribel López, técnica de gestión de programas en la Fundación Save The Children y coordinadora también de una de las redes de CaixaProinfancia en la ciudad de Valencia, destaca los avances logrados a través del programa: «Los cambios que vemos van desde el éxito educativo —niños y niñas que entran con muchas dificultades en la escuela y que, gracias al apoyo de los educadores y educadoras, pueden promocionar de curso y mejorar su rendimiento— hasta la mejora de su autoestima y de su relación con su grupo de iguales».

Según López, lo esencial cuando se trabaja con niños y niñas en situación de vulnerabilidad es «tratarlos como lo que son, sujetos de derechos, y acompañarlos desde la dignidad y el respeto».

En el ámbito familiar, la evolución es también evidente. «A través de los talleres educativos familiares o de la atención psicológica que ofrece CaixaProinfancia, las familias mejoran muchísimo desde el punto de vista de la comunicación, construyen relaciones más sanas y se relacionan con otras familias del territorio, y tejer redes para este tipo de familias es fundamental.» 

La pobreza infantil, una realidad invisible

Para la técnica de Save The Children, la pobreza infantil es «una realidad invisible» que se refleja «en actos cotidianos que no vemos», como que una familia no pueda comprar unas gafas graduadas a su hijo o encender la calefacción en invierno. «Como sociedad, debemos reconocer que esta realidad existe, hacer todo lo necesario y exigir políticas públicas para garantizar la igualdad de oportunidades para todos», subraya.

Blanca Adela Flores Menéndez tiene 32 años y es madre de 3 hijos, uno de ellos con discapacidad. Sin trabajo y sin una vivienda estable, confiesa: «Tengo muchas ganas de salir adelante por los niños, pero a veces no puedo, no lo consigo».

Blanca Adela Flores Menéndez és mare de tres fills i beneficiària de CaixaProinfància a través de Save the Children. © Silvia Villar. Fundació ”la Caixa”
Blanca Adela Flores Menéndez es madre de tres hijos y beneficiaria de CaixaProinfància a través de Save the Children. © Silvia Villar. Fundación ”la Caixa”

Cuando llegó a la ciudad de Valencia desde Perú pasó momentos muy duros. «Estaba sola. Intentaba hacer lo mejor por los pequeños, pero no llegaba a todo». Su vida cambió al ponerse en contacto con Save The Children y el programa CaixaProinfància. «Nos ayudaron mucho en el aspecto psicológico y emocional. Nos devolvieron la confianza y la seguridad. Ahora mis hijos están fantásticos», explica agradecida.

Conocer Save The Children y CaixaProinfància también fue un punto de inflexión para Pamela Sandi Hiza y su hijo de 12 años. La madre, que emigró de Bolivia cuando el niño tenía cuatro años, acudió a la entidad valenciana ante la dificultad de compaginar su jornada laboral con el apoyo escolar que su hijo necesitaba.

«Allí le ofrecen un apoyo constante en los estudios y le ayudan a hacer amigos y a sentirse parte de la sociedad», explica Pamela. Las actividades de ocio —como los campamentos y las actividades de verano— son las que más le gustan. «Él se siente seguro y acompañado, y a mí me permiten continuar trabajando para sustentar a la familia. Con el aumento del coste de vida, sobre todo de la vivienda, cada vez se hace más difícil llegar a fin de mes.»

«Estamos muy agradecidos con la entidad», añade. «Espero que mi hijo pueda aprovechar esta oportunidad y tener un futuro prometedor.»

López destaca el valor del programa: «CaixaProinfància es eficaz porque trabaja a largo plazo, lo que asegura mucho más el éxito educativo y familiar, y no se centra solo en el niño o la niña, sino que también trabaja con la familia, la comunidad, los servicios sociales y otros recursos locales». 

Un apoyo clave para que los niños sean niños

En el barrio valenciano de Nazaret, Esteban Burillo, coordinador de los programas sociales de la asociación El Arca, nos explica lo que implica para él acompañar a un niño o una niña en situación de pobreza. «Requiere, primero, recordar que no son una categoría social, no los define su etnia ni su origen; son niños y, por tanto, hay que tratarlos con la misma limpieza con la que ellos miran a la gente».

Esteban Burillo, coordinador dels programes socials de l’associació El Arca. © Silvia Villar. Fundació ”la Caixa”
Esteban Burillo, coordinador de los programas sociales de la asociación El Arca. © Silvia Villar. Fundación ”la Caixa”

Después, explica, hay que generar espacios de seguridad donde los pequeños sepan lo que va a pasar «para que puedan relajarse, permitirse el lujo de ser ellos mismos y jugar, porque vivir para ellos es jugar». En realidad, según el técnico, no hay ningún misterio: «Lo que hacemos en CaixaProinfància es dejar que los niños sean niños».

Con el tiempo, dice, en la asociación han pasado «del verbo hacer al verbo sostener; de transformar a posibilitar». Su papel, asegura, «es acompañar a los niños en lugares donde se sientan a gusto. A partir de ahí, la magia surge sola».

Según Burillo, actualmente los retos principales de las familias con las que trabajan son dos. «Uno es el de la vivienda, que es fundamental para la infancia porque sin vivienda no hay estabilidad y sin certeza no hay infancia». El otro, advierte, es que nos estamos acostumbrando a los discursos de desprecio y exclusión: «Y nuestras familias son víctimas de esos discursos de odio. Si no hay desprecio, si alguien te acoge y te apoya, no hay tanta pobreza, no se pasa tan mal. Además, cuando te sientes despreciado puedes acabar despreciándote a ti mismo por estar en esa situación. Y cuando ocurre esto, que pasa mucho, la gente tiende a invisibilizarse, a esconderse, lo que dificulta la ayuda». 

Paterna, un municipio marcado por el estigma y la desigualdad

La pobreza tiene muchas caras. Y la falta de recursos económicos es solo una. En municipios como Paterna (Valencia), donde el estigma social se ha cronificado, vive una población muy vulnerable, con dificultades para acceder a un empleo, problemas de vivienda, segregación educativa y un acceso limitado a servicios básicos.

María José Jiménez, coordinadora local de la Fundación Secretariado Gitano, lo resume con contundencia: «En una sociedad democrática y evolucionada como la nuestra no tiene sentido que haya más de 12 millones de personas en situación de pobreza. Entre la población gitana, además, 2 de cada 3 jóvenes no tienen el título de graduado en ESO. Hay mucho abandono y fracaso escolar, lo que amplía la brecha».

Jonathan Segura Giménez, de 31 anys, és beneficiari dels programes CaixaProinfància i Incorpora. © Silvia Villar. Fundació ”la Caixa”
Jonathan Segura Giménez, de 31 años, es beneficiario de los programas CaixaProinfància e Incorpora. © Silvia Villar. Fundación ”la Caixa”

En la entidad trabajan de manera integral y personalizada todas las parcelas de la vida de las personas que tienen que ver con la discriminación (formación y empleo, educación, inclusión social, etc.). «Gracias a este acompañamiento, las personas adquieren más confianza, tienen una mejor salud mental y reducen la soledad y el aislamiento», explica Jiménez.

Jonathan Segura es vecino del barrio de La Coma, padre de tres hijos y beneficiario de los programas CaixaProinfància e Incorpora. Actualmente, está terminando los estudios y busca un trabajo estable para pagar el alquiler y llenar la nevera. «Tal como están los precios, voy muy justito».

Lo más importante que recibió de la entidad, dice, fue la confianza. «Son gente que apuesta por ti», explica. Y agradece todo el apoyo recibido: «Son familia para mí. Gracias a ellos soy quien soy. Han sido un punto de apoyo. Te capacitan, te enseñan a buscar un empleo, te orientan en la crianza. Y a los niños les ofrecen repaso escolar, los motivan a estudiar y a trabajar para poder ser lo que quieran ser el día de mañana».

Una de sus hijas quiere ser matrona, otra dentista y la tercera policía. «Como padre de familia me gustaría que pudieran cumplir ese sueño». 

«Después de ocho años sin trabajo, vuelvo a creer en mí»

En la edad adulta, la integración laboral suele ser el primer paso para salir de la pobreza. Maribel Caballer, coordinadora técnica del programa de inserción laboral Incorpora en el Consorcio para la Creación de Empleo Pactem Nord, lo ve cada día: «A veces, cuando entrevistas a las personas ves que su principal preocupación es cómo podrán pasar el resto del día con el dinero que tienen. Cuando tus ingresos son inferiores al 60 % de la renta media anual hay una relación obligada entre pobreza y exclusión sociolaboral».

El programa Incorpora de la Fundación ”la Caixa” facilita el acceso al mercado laboral a personas en riesgo de exclusión en el estado español y Portugal, con casi 450.000 contrataciones desde que se creó.

Como entidad de la red Incorpora, en Pactem Nord trabajan itinerarios de integración sociolaboral personalizados. «Comenzamos haciendo un diagnóstico junto con la persona y a partir de ahí vamos estableciendo metas», explica Caballer.

Maribel Caballer és tècnica a l’entitat social valenciana Pactem Nord. © Silvia Villar. Fundació ”la Caixa”
Maribel Caballer es técnica en la entidad social valenciana Pactem Nord. © Silvia Villar. Fundación ”la Caixa”

El objetivo es conseguir que las personas se sientan activas y tengan un camino claro de mejora: asisten a entrevistas, hacen formaciones y se presentan a ofertas de empleo. «Esto les va creando seguridad en sí mismas, aumenta su autoestima y poco a poco pueden enfrentarse mejor a un empleo», afirma la técnica. 

Juan José Garrido, vecino de Foios, en la comarca valenciana de l’Horta Nord, sabe cómo puede llegar a ser de difícil conseguir un trabajo. Sin estudios y sin oficio como carta de presentación, a sus 51 años llevaba casi una década en el paro. Muchas empresas, dice, «preferían gente más joven».

«En Pactem Nord me abrieron las puertas y me ofrecieron apoyo a través de diferentes acciones. Una fue un curso de ayudante de cocina al que me apunté», recuerda. «Además de la formación, me ayudaron con el currículum y las entrevistas. Después te hacen un seguimiento y, si estás en el paro, te envían ofertas.»

Gracias al programa consiguió dos puestos de trabajo temporales y mira el futuro con optimismo. «Ahora me siento mejor», afirma. «Ver que en Pactem Nord creían en mí me subió la autoestima. Ahora sé que encontraré algo más», confía. «Lo que quiero es encontrar un trabajo estable y ser alguien.».

Una acción social amplia y transformadora

Además de CaixaProinfància e Incorpora, la Fundación ”la Caixa” amplía su compromiso con la transformación social a través de otros programas, como el de Becas de Grado, que impulsa el acceso a la universidad de jóvenes con pocos recursos. También fomenta la innovación educativa con iniciativas como EduCaixa y ProFuturo, este último con impacto global en más de 30 países.

A través de sus Convocatorias de Proyectos Sociales y las convocatorias cofinanciadas con los Fondos Sociales Europeos también apoya iniciativas locales que promueven la igualdad de oportunidades y la inclusión social adaptándose a las realidades de cada comunidad autónoma y del entorno rural.

En el ámbito internacional, combate la pobreza y la desigualdad en África, Asia y América Latina con su programa de Cooperación Internacional, que ya ha beneficiado a unas 750.000 personas.

En un contexto en el que la pobreza se perpetúa a través de la desigualdad de oportunidades, invertir en infancia, formación y empleo se confirma como la vía más eficaz para construir una sociedad más justa. Con el Plan Estratégico 2025-2030 para la transformación social, dotado con más de 4.000 millones de euros, la Fundación refuerza este compromiso y sitúa la lucha contra la pobreza y las desigualdades en el centro de su acción. Desde hace más de un siglo mantiene vivo su propósito: ofrecer más oportunidades a las personas que más lo necesitan. 

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