La causa del Tsunami Democrático ha mutado para acontecer una macrocausa de terrorismo con implicaciones internacionales, ya que se utilizan referencias a una directiva europea para sostenerla. Un cambio de paradigma repentino después de cuatro años de instrucción hecha a hurtadillas en la Audiencia Nacional. Para convertir los disturbios registrados en las protestas contra la sentencia del Proceso, el otoño del 2019, en «delitos de terrorismo» –y así evitar que los investigados entren en la ley de amnistía–, el juez instructor de la causa ha utilizado tres elementos.

Por un lado, un supuesto muerto por un ataque de corazón en el aeropuerto del Prat del 14 de octubre del 2019. En segundo término, un miembro de las unidades antidisturbios del Cuerpo Nacional de Policía, herido gravemente en los disturbios de Urquinaona, donde volaron tantas piedras de manifestantes como pelotas de goma de la policía estatal que rebotaban sin control. Y, en último lugar, los daños a infraestructuras «críticas» que se habrían perpetrado durante las protestas espoleadas por la aplicación digital que se sitúa en el centro de este sumario. Unos daños a los cuales los afectados, según fuentes jurídicas próximas al caso, aplican el dicho castellano de haber hecho las cuentas del gran capitán, es decir, unos números exagerados. Un total de unos 5,4 millones de euros. Una cifra que los agentes y el juez todavía consideran provisionales. Un cómputo extraño porque la doctrina es bastante clara sobre cómo se tiene que acreditar cada daño con relación a cada persona que, supuestamente, lo causa.

Curiosamente, empresas del Ibex como Aena o Ferrovial, asociaciones de transportistas, empresas públicas, Vueling, un ministerio y, incluso, el Ayuntamiento de Barcelona, han ayudado a la Guardia Civil y al titular del juzgado central de instrucción número 6 de la Audiencia Nacional, Manuel García Castellón, a construir el relato del Tsunami terrorista para lanzarlo contra el independentismo. Además, con informes emitidos cuatro años después de los hechos o con denuncias espoleadas por los mismos investigadores para que los afectados se personaran con facturas de pérdidas o costes, un hecho inédito porque, según el ministerio del Interior, nunca se había reclamado a ninguna entidad convocante de protestas daños generados por una manifestación. Todos serían colaboradores necesarios para elaborar el relato del marco de delito terrorista que afecta al presidente en el exilio, Carles Puigdemont, y a la secretaria general de ERC, también en el exilio, Marta Rovira, y diez personas más.

Una carga policial al aeropuerto del Prat el octubre del 2019 / SABE

Vueling y la comida de los pilotos

Los agentes de la Unidad Central Especial 3 de la Jefatura de Información de la Guardia Civil reclamaron a varias compañías datos y cálculos sobre las pérdidas que habrían sufrido por las protestas postsentencia. Los agentes realizaron anexos con los informes aportados por las empresas que ofrecen alguna sorpresa. La empresa Vueling, la compañía low-coste del Grupo IAG, nacido de la fusión de Iberia y Bristish Airways, presidida por Javier Ferran. La primera curiosidad es que Vueling hace un primer informe que incluye a la Guardia Civil en su atestado del pasado dos de noviembre, con fecha de 1 de septiembre del 2022, es decir, tres años después de los hechos.

Según este informe, al cual ha tenido acceso El Món, la compañía denuncia un gasto por la pérdida de 169 vuelos –que no se pudieron hacer por culpa de la protesta en el Prat– por valor de 489.000 euros. Y los datos los da a la Guardia Civil el jefe de seguridad de la compañía, Fernando Iglesia Echarte, y no un cargo financiero. Iglesia desglosa la cifra en varios conceptos. Así, computa para el departamento de Cliente la pérdida de 180.000 euros, una cantidad que obtiene de sumar gastos a «comida, hoteles, transportes y reacomodaciones de pasajeros de vuelos cancelados». El departamento de Tripulaciones, cuenta 35.000 euros de comida, hotel y transporte, más 73.000 euros para pagar las tripulaciones que no pudieron operar en sus respectivos vuelos.

Sobre el concepto de handling, Iglesia atribuye un gasto de 169.000 euros por cancelar vuelos sin suficiente antelación porque el «coste de el handling se tiene que pagar aunque el vuelo no se opere». Así mismo, añade a la factura 34.000 euros de «costes adicionales aeroportuarios» que identifica con «el coste de aparcamiento a los diferentes aeropuertos y otros conceptos». En el informe final, pero, parece que los analistas de la Guardia Civil se animan demasiado, porque añaden los 489.000 euros totales –que es la suma del desglose– como una cantidad más y sitúan el coste total por Vueling en 978.000 euros: la suma de 489.000 más 489.000, en una duplicación que no tiene ninguna razón de ser. A todo esto, el juez añade una pérdida económica global para Vueling de 1.793.018,25 céntimos, que no se argumenta en las últimas interlocutorias ni atestados.

Parto del informe de Vueling al que ha tenido acceso El Mundo/QS
Parte del informe de Vueling al que ha tenido acceso El Món/QS

Abertis/ACESA y los supuestos daños el AP7

En el caso de los cortes de la AP-7 en la Jonquera y Salt, los números son diferentes de Vueling, pero más disimulados en el tiempo. De entrada, el informe de costes llega con un papel oficial de Autopistas an Abertis Company -ACESA, acrónimo de Autopistas Concesionaria Española, Sociedad Anónima– que se remite desde la delegación del gobierno español a las Sociedades Concesionarias de Autopistas Nacionales de Peajes. Una misiva firmada por el director general, Daniel Vilanova, el 18 de julio del 2023. La documentación incluye una denuncia presentada en los Mossos d’Esquadra más de un mes después de los cortes (20 de diciembre del 2019) y un original «Informe interno para cuantificar el lucro cesante de la compañía», es decir, el dinero que habría dejado de ganar por dos días de cortes.

Los daños materiales los computan en 130.354,05 euros, que dividen en 32.394,55 al corte de la Jonquera y 97.959,50 euros a Salt, en su punto kilométrico 62 de la misma AP-7. Curiosamente, de la parte que entra en el estado francés, nadie ha reclamado nada, ni las multas por la retirada de los vehículos. En este marco, y a consecuencia de los cortes a la autopista llevados a cabo por los manifestantes y que habrían impedido la circulación de vehículos, se habría causado un «lucro cesante a la compañía concesionaria» de un total de 435.761,24 euros. Por lo tanto, entre el cajón que habrían dejado de hacer y los daños que habrían tenido que reparar, la reclamación seria de 566.115,29 euros.

El presidente de Aena, Mauricio Lucena, en la firma del protocolo para impulsar el Hub de Innovación Aeronáutica a Sabadell / ACN

Aena y el misterio de los carros desaparecidos

Aena, la compañía de la Ibex 35 que gestiona los aeropuertos y que dirige Mauricio Lucena, exnúmero dos del PSC, presentó un informe el 18 de julio pasado a la Guardia Civil. Un texto donde incluso hay una introducción con una valoración de las protestas y comentarios sobre la sentencia del Proceso. La compañía incluso hace como la Guardia Urbana y, cuatro años después de los hechos, cifra el número de manifestantes al aeropuerto del Prat, que sitúa en 8.000 personas. De entrada reclaman 425.773 euros de pérdida de ingresos o lucro cesante.

Según detalla el documento de Aena, el 25 de marzo del 2020, cinco meses después de los hechos, el perito de la compañía reclamó los daños que se tenían que reclamar por la vía de urgencia al Consorcio de Compensación de Seguros, y los cifró en 50.000 euros. El siguiente 29 de abril, un mes después, el mismo perito hace un resumen de la valoración y propone un acuerdo de indemnización para el seguro de 389. 244,46 euros. Un importe al cual se llega con varias partidas que van desde 816 euros para reparar una máquina de un aparcamiento del aeropuerto del Prat a 1.234 euros de jardinería. Pero el coste más elevado reclamado es propio de un expediente X y es la misteriosa desaparición de 520 carretillas de portaequipatges, además de los 1.600 que declaren que se estropearon. En concreto, 1.598 carretillas reparadas por unos 111.860 euros y 3 de inutilizados, a 70 euros cada uno, además de 407 unidades de carretillas con frenos desaparecidos y 113 unidades de carretillas sin frenos desaparecidos, 162.429 euros más. La partida más alta, pues, es la de las carretillas, con un total de 274.264 euros. Además, el juez añade 1.217.595 euros de gastos de la Dirección de Seguridad Aeroportuaria sin identificar.

Ferrovial y el Ayuntamiento de Barcelona

Además, el juez incorpora un informe doble firmado por Ferrovial y el Ayuntamiento de Barcelona, que firma el director de Medio Ambiente y Servicios Urbanos, Carlos Vázquez. Ferrovial, como empresa contratista de la limpieza, y el Ayuntamiento, como perjudicado del «sobrecoste de limpieza y recogida de desechos vinculados a los disturbios puesto sentencia del Proceso». Ahora bien, el informe se limita a los disturbios de la protesta convocada el 18 de diciembre del 2019 a raíz del partido entre el Barça y el Madrid. El informe es de enero del 2020.

El consistorio, presidido entonces por Ada Colau, calcula que la factura es de 85.303, 22 euros, atribuida principalmente a los contenedores quemados (79), con un coste que llega a 79.777,66 euros. Así mismo, indica que «no se identificaron papeleras inutilizadas» ni ningún «bujol comercial desaparecido o quemado». Ahora bien, incluye como coste retirar los contenedores de la zona antes del partido (3.510,84 euros) y tareas «extraordinarias de limpieza», con ampliación del personal y de horario por valor de 2.014,72 euros.

Parto del informe del Ayuntamiento de Barcelona y Ferrovial sobre el coste de la limpieza y del material quemado a los disturbios del Tsunami/QS
Parte del informe del Ayuntamiento de Barcelona y Ferrovial sobre el coste de la limpieza y del material quemado a los disturbios del Tsunami/QS

Y los transportistas?

Los informes que la Guardia Civil han estado bastante cuidadosos por no engancharse los dedos con este asunto delicado. El mismo servicio de información de la Guardia Civil contactó, hasta dos veces, con la Confederación Española de Transporte de Mercancías y la Federación Nacional de Asociaciones de Transporte en España (Fenadismer), para que informaran de los daños que calculan que sufrieron durante el que denominan la “concentración ilegal independentista”. Así lo certificaba un atestado de ampliación con número 2020-100476-008 en las diligencias del corte de la Jonquera, que ya fueron archivadas, publicado por El Món.

A raíz de esta publicación, el diputado de Bildu en el Congreso Jon Iñarritu formuló preguntas al ministerio del Interior por si era habitual este tipo de reclamaciones tan insistentes en protestas de este tipo. La respuesta fue una sorpresa, puesto que el ministerio admitía tácitamente que solo se animaba a denunciar si los manifestantes eran independentistas. Finalmente, han pasado de puntillas sobre esta cuestión y el informe policial apunta que la protesta, en este terreno, habría provoicat «15 millones de euros en pérdidas», y aportan como fuente un tuit de Tsunami Democrático.

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