El juicio al ex consejero de Interior Miquel Buch y al exescolta de Carles Puigdemont Lluís Escolà llega ya al ecuador. De hecho, este viernes acabarán las pruebas testificales y será el turno de las documentales. Precisamente, las pruebas documentales que hay dentro del sumario del caso es uno de los puntos donde las defensas quieren incidir. Como ejemplo, la situación que uno de los informes aportados por los Mossos d’Esquadra contra el sargento no llevaba ni fecha ni firma. Pero, hay dos documentos que han hecho levantar las orejas a las defensas. Por un lado, una denuncia a la Oficina Antifraude con datos confidenciales de Monaguillo que solo, según los abogados defensores, pueden haber salido de las bases de datos del Cuerpo de Mossos d’Esquadra.

Una denuncia que, finalmente, fue archivada porque Ciutadans presentó una el marzo de 2019 ante la Fiscalía Superior de Cataluña contra el consejero y el sargento, y finalmente fue el mismo ministerio público que el noviembre de 2019 puso la que ha llegado a juicio. Pero la actuación ya venía de antes. Al sumario, y según constató la letrada de Monaguillo, Isabel Elbal, al interrogatorio del jefe de la investigación, el intendente Toni Rodríguez, relegado a dirigir la comisaría local de Rubí, un segundo documento que certifica que la fiscalía ya investigaba Monaguillo desde octubre de 2018, cuando la fiscal Teresa Duerto, que articuló la acusación contra Josep Lluís Alay y Laura Borràs, pidió información sobre el sargento a la división de Asuntos Internos. Dos documentos que la defensa interpreta como la muestra de persecución y revancha que ha sufrido por una parte del cuerpo el sargento por haber continuado protegiendo el presidente de la Generalitat. En todo caso, y según las defensas, que la «investigación no ha estado neutral»

Parto de la denuncia a Antifraude contra el sargento Monaguillo y el ex consejero Miquel Buch/QS
Parte de la denuncia a Antifraude contra el sargento Monaguillo y el ex consejero Miquel Buch/QS

La extraña denuncia a Antifraude

Cuando en la sesión de martes y al interrogatorio apareció esta denuncia, el inspector Rodríguez salió por la tangente y, además, aseguró que no había investigado si alguien antes de que él había hurgado sobre Monaguillo dentro de los Mossos d’Esquadra. Una situación extraña porque el mismo Intendente encabezaba sus informes calificando la actuación de Monaguillo acompañando el presidente Puigdemont al exilio de «reproche penal». En todo caso, el 24 de enero de 2019, llegó una denuncia anónima a la Oficina Antifraude, contra el sargento y el consejero Buch, con datos confidenciales sobre la situación laboral del escolta.

El motivo de la denuncia era «un trato de favor y destino irregular de fondos públicos». La denuncia iniciaba su relato advirtiendo que la información la había recogido de las «redes sociales» y de varios medios de comunicación. Ahora bien, es una premisa difícil de creer porque aportaba datos de bajas laborales y de permisos pedidos por Monaguillo a los superiores. De aquí que las defensas sospechen que las informaciones surgieron de dentro de los Mossos d’Esquadra y convenientemente filtradas para formar parte de la denuncia. La denuncia relataba la vida laboral de Monaguillo, su nombramiento como cargo de confianza así como sus bajas laborales y permisos de trabajo disfrutados. Finalmente, esta denuncia fue archivada de oficio porque Fiscalía ya había dado trámite a la suya.

Fiscalía (con Mossos) desde octubre de 2018

Tres meses antes de la entrada de la denuncia, la fiscalía ya había empezado a investigar a Monaguillo. Curiosamente, la fiscal Teresa Duerto, firmó una petición por escrito a los Mossos d’Esquadra para que le hicieran llegar el expediente disciplinario de Monaguillo. Así requería a la Unidad de Asuntos Internos, que lo había investigado por haber acompañado el presidente Puigdemont el exilio, todos los documentos. Según la fiscalía, la petición era para investigar si había incumplido el régimen de incompatibilidades del régimen disciplinario de la policía de la Generalitat.

Es decir, antes de cualquier denuncia ante la fiscalía, el ministerio público ya empezó a empaitar Monaguillo, pero eso sí, con la colaboración del que sería el jefe de la investigación contra Monaguillo. Así, en el primer informe ya deja entrever que solo por los indicios se puede considerar que motivos de reproche penal hacia el sargento. En esta línea, en el segundo atestado, el intendente Rodríguez, admitía que ya había pasado un primer informe de Monaguillo donde «patentizaba» que no tenía formación académica para hacer de asesor, que habría desarrollado tareas de protección al presidente Puigdemont y que recibió un «trato favorable» por parte del director general de la policía en la resolución del expediente disciplinario.

Parto del escrito de Fiscalía con que pedía el estado de la actuación del expediente disciplinario contra Monaguillo/QS
Parte del escrito de Fiscalía con que pedía el estado de la actuación del expediente disciplinario contra Monaguillo/QS

Sospechas de montaje contra Monaguillo

La denuncia anónima a Antifraude, la petición de Fiscalía del expediente disciplinario antes de cualquier denuncia y la agresividad de los atestados policiales hacen sospechar a las defensas de una especie de montaje contra el sargento. Unos documentos que este viernes serán protagonistas de las últimas testificales y de las periciales aportadas por los equipos defensores. Además, serán documentos que se aportarán al juicio oral para ser valorados en los informes finales para relacionar la persecución de Monaguillo, y de retruque de Buch, al ser considerado por algunos miembros de la Jefatura de los Mossos de persona «afín a Puigdemont». El misterio de la denuncia anónima indicaría la figura de una segunda vía para mirar de investigarlo si Asuntos Internos se quedaba corto o Fiscalía no veía delito en el expediente disciplinario abierto.

Parto del encabezamiento del atestado sobre los informes de Monaguillo del intendente Rodríguez/QS
Parte del encabezamiento del atestado sobre los informes de Monaguillo del intendente Rodríguez/QS

Una tesis que las testificales de este jueves han abonado. En concreto, han pasado por el estrado los antiguos altos cargos del Departamento de Interior durante el mandato de Buch. El exdirector general de la Policía Andreu Joan Martínez, el exsecretario general Brauli Duart y el exjefe de gabinete y actual director de la Policía, Pere Ferrer, han defendido el fichaje del sargento como asesor del consejero porque precisamente se buscaba un policía. Especialmente llevar ha estado Martínez que ha hecho sacar de tino el fiscal Pedro Ariche cuando este lo apretava y el exdirector de la policía respondía con habilidad. Hasta el punto, que el presidente de Sala, José Carlos Iglesias, ha parado los pies al fiscal y le ha reprochado su insistencia cuando no le gustaba o lo convencía el que le respondía Martínez. «Si quiere haga protesta», le ha recomendado el juez.

El sargento de los Mossos, Lluís Escolà, escolta de Puigdemont, al salir del TSJC donde declinó declarar/Pau Venteo EP
El sargento de los Mossos, Lluís Escolà, escolta de Puigdemont, al salir del TSJC donde declinó declarar/Pau Venteo EP

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