Sin tregua en la ofensiva del gobierno de Aragón. Justo al día siguiente de que el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) presentara el escrito de oposición al traslado de las pinturas murales de Sixena aportando informes técnicos que desaconsejan el desmontaje, el ejecutivo aragonés ha replicado asegurando que es «totalmente posible» el traslado «sin dificultades extraordinarias» al monasterio de Sixena. Eso sí, sin aportar ningún informe que avale su posición.
Así lo ha advertido el director general de Cultura del ejecutivo aragonés, Pedro Olloqui, quien ha añadido que «próximamente informarán de la metodología que proponen para hacerlo después de la inspección que realizaron los técnicos aragoneses en julio». Olloqui ha informado que tienen preparado un “plan” en caso de que las resoluciones judiciales no les sean favorables y ha afirmado que están “rodeados de los mejores expertos internacionales”, sin especificar ninguno. De hecho, ha dejado bien claro que no serán los técnicos aragoneses quienes desmonten las pinturas. Todo un mensaje.

Conflicto político
El gobierno aragonés, pues, continúa su batalla política a pesar de que el mismo Olloqui asegura que su objetivo es el retorno del patrimonio a Aragón y no el conflicto político. Un conflicto que ni siquiera ha mencionado nunca el MNAC ni sus términos de defensa. De hecho, Olloqui es quien ha introducido el debate político cuando los técnicos de prestigio internacional han desaconsejado el traslado. Según Olloqui, se han previsto un «conjunto de medidas que tanto en términos de la comunidad científica internacional, como en términos políticos y sociales, garantizarán” el traslado de las pinturas murales al monasterio».
Además, ha añadido que Aragón está ganando “la mayoría social” con esta polémica y por eso es “indispensable” el trabajo político. En este sentido, ha afirmado que España apoya las aspiraciones aragonesas y considera que el MNAC debe “prepararse para una etapa después de Sixena”, por lo que debe abandonar el “duelo, la confrontación y el rencor” para encontrar la “concordia”. Es decir, prioriza la causa política frente a la patrimonial. En este sentido, ha aducido un nuevo argumento, el supuesto «menosprecio» del MNAC a los técnicos aragoneses, una idea rechazada por los mismos técnicos cuando en el mes de julio realizaron los estudios en el MNAC.
Olloqui defiende que el actual estado de la técnica “no da la razón” al MNAC que alerta del peligro que puede suponer el traslado para la conservación de la joya de los murales. «Si este argumento persiste, disponemos de las medidas necesarias para hacer posible el traslado del patrimonio a Aragón», ha aseverado, pero se ha ahorrado mencionar alguna medida, porque «de momento, no ha llegado esta fase». De hecho, se ha referido a un “plan” que se haría posible mediante los técnicos de la Dirección General de Patrimonio y “expertos internacionales”. De todos modos, el director ha descartado que sean los técnicos aragoneses quienes arranquen las pinturas, porque lo debe hacer el MNAC.