Baño de masas en Madrid de un Pedro Sánchez que se ha rodeado de sus escuderos para hacer frente a las críticas de la derecha y la extrema derecha a la amnistía. «Pedro, llegará un día donde se dirá que en un gobierno de Sánchez se aprobó una ley de amnistía que abrió la puerta a la estabilidad, a la convivencia en Cataluña y a una España mejor», le ha dicho el expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero, que ha defendido la amnistía como una herramienta útil para una España «más reconocida, integrada y cohesionada».
Minutos después, Pedro Sánchez ha recogido el guante de Zapatero y ha asegurado que la amnistía «beneficiará incluso aquellos que se movilizan en contra» porque «vivirán en un país más cohesionado, con más convivencia y más unido que nunca». «Claman contra un riesgo de rotura de España totalmente irreal», ha criticado sobre las declaraciones incendiarias de la derecha. «VOX insulta, pero el PP, lejos de condenar los insultos, el que hace es doblar la apuesta», ha dicho Sánchez haciendo referencia en las declaraciones del líder popular, Alberto Núñez Feijóo, sobre la manera de reír del socialista. «Estigmatiza las enfermedades mentales», ha reprochado Sánchez.

Primeros pasos del nuevo gobierno español con Cataluña en el centro
El nuevo gobierno de Pedro Sánchez ha empezado a andar esta semana con un perfil de ministros muy político, preparados para entrar a la confrontación con una oposición que se prevé muy dura. El nuevo mandato del gobierno de coalición PSOE-Sumar –esta vez sin Podemos– tendrá el examen constante de los partidos nacionalistas e independentistas catalanes y vascos, hecho que ya se ha hecho notar en la primera semana de mandato.
El nuevo ministro de Justicia y mano derecha de Pedro Sánchez, Félix Bolaños, ha defendido que la ley de amnistía es «plenamente constitucional» y, en la línea de lo que se ha dicho esta mañana en Madrid, ha declarado que servirá para la «normalización institucional, política y social». Quien también ha hablado de Cataluña es el exalcalde de Barcelona y nuevo ministro de Industria, Jordi Hereu, que ha indicado que uno de sus objetivos será «generar condiciones para que aquellas empresas que consideramos que tienen que volver o marcharon por unas determinadas circunstancias puedan volver».