La precampaña electoral es una realidad y el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, es muy consciente de ello. Para intentar ganar esta batalla ha optado por los anuncios masivos a largo plazo que siempre quedan bien. Este miércoles ha seguido apostando para promocionar el acceso a la vivienda. Si este domingo anunciaba que ponía a disposición de Ayuntamientos y territorios hasta 50.000 viviendas de la Sareb, esta vez ha optado para anunciar la promoción de 43.000 nuevas viviendas públicas destinadas a alquiler social. En una intervención en el Congreso de los Diputados, el presidente español ha asegurado que estas nuevas viviendas serán tanto de nueva construcción como de rehabilitación, y se financiarán con una nueva línea del ICO dotada de 4.000 millones de euros de fondos europeos. En menos de cuatro días, Sánchez se ha sacado de la manga casi 100.000 nuevas viviendas en todo el estado.

Se tiene que decir que 93.000 viviendas son muchas, sí, pero para resolver el problema de la vivienda que arrastra el estado desde hace más de una década solo son suficientes para empezar. De hecho, la ministra de Transportes, la catalana Raquel Sánchez, ya anunció lunes que para lograr un 20% del parque público de vivienda, una cifra parecida al resto de estados europeos, harían falta hasta 20 años y muchas más de las viviendas anunciadas por el presidente español estos últimos días. Continuando con la intervención de Pedro Sánchez en el Congreso, estas 43.000 viviendas nuevas cumplirán dos condiciones: eficiencia energética y se destinarán a alquiler social o a precio asequible o cesión en uso de hasta 50 años. Todo ello, ha dicho, para hacer del acceso a la vivienda «el quinto pilar del estado del bienestar».

La ministra de Transportes, Raquel Sánchez, a la estación de Montcada i Reixac-Manresa / Europa Press

Ahora, después de casi cinco años al frente del gobierno español, Sánchez ha considerado, y recordado, que el acceso a la vivienda es una de las causas más graves de desigualdad en España. A la vez, ha añadido que el Estado es el cuarto país de la Unión Europea donde los ciudadanos tienen que destinar más esfuerzos para comprar una vivienda. No es ningún secreto que el acceso a la vivienda, actualmente, es un problema para gran parte de los ciudadanos al que Sánchez ha añadido que ya no se puede decir que sea «un derecho como es considerado en la Constitución», porque se ha tratado «como una mercancía». «Mi compromiso es total y es rotundo, convertiremos la vivienda en el quinto pilar del estado del bienestar» ha sentenciado el líder del Ejecutivo español.

A propósito de esto, pero, el presidente español sí que ha admitido que el anuncio de destinar 50.000 inmuebles de la Sareb a vivienda social «no es suficiente». A la vez, pero, ha cogido la hemeroteca para recordar que el Estado se gastó 58.000 millones de euros al rescatar los bancos, y ahora «devolveremos parte de esta deuda a la sociedad convirtiendo estos pisos en viviendas públicas para los quién lo necesitan, sobre todo los jóvenes».

Tenemos «un problema muy serio»

Sánchez ha proseguido su particular apertura de ojos asegurando que «España tiene un problema con la vivienda muy seria y grave», como ya hace años que denuncian varias entidades y partidos. Además, ha añadido que «somos el tercer país de la Unión Europea con más pisos vacíos y tenemos menos de un 3% de parque público de vivienda, a una distancia sideral de países como Países Bajos». «Mi compromiso es que avanzamos para que la vivienda sea un derecho y no un problema como es hoy para la mayoría de los ciudadanos».

Como puerta haciendo desde hace tiempo en sus discursos e intervenciones, también ha habido una dosis de crítica en los gobiernos del PP. en esta línea ha advertido a las administraciones populares -que han anunciado que no aplicarán la nueva ley de vivienda– que «las reglas que aprueba este parlamento se cumplen», y que, por lo tanto, «la Ley de vivienda se cumplirá a todos y cada uno de los territorios del Estado».

Esfuerzos contra la inflación

En la misma intervención, Sánchez ha aprovechado para hablar de la inflación reconociendo que continúa siendo una de las principales preocupaciones de los ciudadanos. En esta línea ha aprovechado para anunciar que el gobierno español «trabaja con todas sus fuerzas» para «amortecer, en la medida de nuestras posibilidades, el impacto a los bolsillos de nuestras familias». Aun así, también se ha puesto una nueva medalla recordando que el Estado tiene «una de las inflaciones más bajas de Europa».

«Comprometeremos todos los recursos necesarios para proteger las familias, empresas, la gente, del impacto de la guerra de Ucrania, tal como hicimos con la pandemia», ha dicho antes de recordar que ya ha destinado más de 45.000 millones de euros a políticas por no dejar «la gente a la intemperie». Todo ello, según Sánchez, sin castigar la deuda pública del Estado.

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