Los movimientos del PSOE para contentar a sus barones con la aún turbia reforma de la financiación territorial no han gustado a Junts. Así lo ha expresado su secretario general, Jordi Turull, incrédulo ante el compromiso socialista con la medida. En declaraciones a los medios, Turull ha calificado de «trilerismo político» el acuerdo suscrito en el marco del 41º congreso del partido, en Sevilla -que ha recibido elogios tanto del presidente de la Generalitat Salvador Illa como del dirigente manchego Emiliano García Page, notorio proponente de políticas fiscales centralizadoras-. «No se puede ser bilateral y multilateral a la vez», critica el dirigente de Junts, que ve «imposible» aplicar una hoja de ruta en estos términos.
En este sentido, ha criticado la posición de Illa, a quien acusa de «no haber defendido los intereses de los catalanes» con su actuación en el congreso de la formación española. Según Turull, el jefe del ejecutivo catalán ha mostrado «su servilismo a Moncloa», centrando todos sus movimientos en «agradar al PSOE y a Pedro Sánchez». El secretario general, dada esta correlación de fuerzas dentro del partido del gobierno español, atribuye a los suyos la interlocución catalana con el ejecutivo español; y también en las cámaras legislativas madrileñas. «No caeremos en actos de vasallaje, como hace el presidente Illa», reclama Turull, rechazando incluso poner sobre la mesa el acuerdo ratificado en el seno del aparato socialista.

«Sols» en Madrid
Contra estos retrocesos por parte de los socialistas, Turull subraya que Junts permanecen «solos» en Madrid como defensores de los intereses de los catalanes. Apunta, pues, a Esquerra Republicana de Catalunya, que espera una nueva dirección para establecer su hoja de ruta tanto en Barcelona como en la capital española. Después de que ninguna de las tres candidaturas a la presidencia de la formación -Militància Decidim, con Oriol Junqueras al frente; Nova Esquerra Nacional, bajo el mando de Xavier Godàs; y Foc Nou, los terceros en discordia de Helena Solà y Alfred Bosch- consiguiera superar el 50% necesario para imponerse en primera vuelta, el secretario general ha aplazado cualquier valoración 15 días, hasta que haya un resultado definitivo. «Seremos tan respetuosos como nos gustaría que lo fueran con nosotros. Es la militancia quien debe pronunciarse», ha rematado. Aun así, ha disparado contra los republicanos, recordando el grupo de mariachis que la estructura B de la formación republicana envió a la sede de Junts.