La financiación singular ha sido el eje vertebrador del encuentro de este viernes en Santander entre el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, y el resto de líderes autonómicos. Un encuentro en el que el jefe del ejecutivo catalán, Salvador Illa, se ha enfrentado a sus homólogos del PP -muy críticos con el modelo de financiación acordado entre PSC y ERC- para defender su propuesta económica para Cataluña. Una propuesta, sin embargo, que no ha convencido a la mayoría de líderes españoles. Illa, por su parte, se ha mostrado satisfecho con el funcionamiento de la cumbre y ha considerado un «primer paso» el hecho de que ningún presidente haya puesto en duda la necesidad de reformar el sistema. Una afirmación que no convence a parte del independentismo.

El presidente en el exilio y líder de Cataluña, Carles Puigdemont, ha arremetido contra Illa y ha asegurado en una publicación en sus redes sociales que «considerar un primer paso» el «mero reconocimiento de lo obvio» demuestra «la ambición» con la que Illa «ha acudido a la cumbre del café para todos [en referencia al encuentro de líderes autonómicos]». Para el dirigente de Junts, no es ninguna novedad poner sobre la mesa que el modelo económico actual designado para los catalanes no es funcional: «Es tan flagrante que nadie quiere pasar la vergüenza de ponerlo en duda», remata Puigdemont, quien considera que el modelo de financiación actual -no el pactado en el acuerdo de investidura de Illa- está caducado desde hace, como mínimo, diez años.

Illa se mantiene firme y defiende un modelo «solidario»

A pesar de las críticas de los populares y las «lecciones de solidaridad» que el jefe del ejecutivo catalán ha denunciado por parte de sus homólogos del PP, Illa ha defendido que se trata de un modelo «solidario» y que no busca «privilegios». «No debemos ser ni más ni menos que nadie», ha resumido. Según ha denunciado el presidente de la Generalitat, durante la conferencia algunos presidentes -aunque no ha querido concretar nombres- han hecho declaraciones «desde el desconocimiento y que no se ajustan a la realidad de lo que pasa en Cataluña», y ha asegurado que se lo ha comunicado antes de terminar la reunión. «Me sentía en la obligación», ha justificado. «A algunos quizás les interesa el ruido, pero a Cataluña no», ha añadido el líder.

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