Si los acuerdos de investidura certificaron el papel crucial de Junts per Catalunya a la política española, la primera reunión en Suiza de la tabla de diálogo con el PSOE de principios de diciembre reubicó definitivamente Carles Puigdemont y su partido como actor esencial en la negociación con los socialistas españoles para «la resolución del conflicto político entre Cataluña y el Estado». Aun así, habrá que ver si los juntaires son capaces de ir más allá que los republicanos y si, como dijo Puigdemont, son capaces de enviar el «a cambio de nada» a la papelera de la historia. Expertos consultados por El Món consideran que el partido se lo ha jugado todo a esta negociación y de los «frutos sustantivos» que consiga depende, en gran parte, su futuro en Cataluña, donde tiene deberes de cara el próximo año, como encontrar un candidato para las próximas elecciones en el Parlamento.
Ferran Requejo, catedrático de ciencia política en la Universitat Pompeu Fabra, expone que la previsión del 2024 es “incierta” para la formación de Puigdemont porque “se lo ha jugado todo” a la negociación con el PSOE y su objetivo, según apunta, tendrá que ser obtener “frutos sustantivos” en temas relevantes como la representatividad a Europa, la lengua, las infraestructuras (puerto, aeropuerto, corredor mediterráneo) y el modelo de financiación. El politólogo de la Universitat Pompeu Fabra (UPF) Toni Rodon, por su parte, manifiesta que Junts ha pasado de una estrategia de confrontación a pactar con el PSOE y, en este sentido, señala que todavía está para ver como encajan este cambio de rumbo las bases del partido, pero cree que la formación confía que el papel más relevante a Madrid los dé visibilidad pública y “capacidad de recuperarse a las encuestas” con la mirada puesta a las elecciones del 2025.
En cambio, el jurista y exvicepresidente primero del Parlamento Josep Costa es del parecer que a Juntos se tendrán que acostumbrar este año a “asumir las servidumbres” de pactar con el PSOE. Esta aspiración de Junts de hacer que sus pactos con el PSOE sean diferentes de los pactos que hizo ERC «está por ver y este año se aclarará», expone, pero cree que se tendrán que acostumbrar a tragarse “dilaciones, cumplimientos parciales y las largas” que pueda dar el PSOE durante la negociación. Así mismo, considera que la formación de Laura Borràs i Jordi Turull se enfrenta al “dilema” de como “capitalizar” desde fuera del Gobierno catalán los acuerdos “materiales” que pueda lograr con el PSOE porque si negocia cambios legislativos, traspasos o transferencias es muy probable que todo esto «acabe al cesto de ERC».

«Esto se puede capitalizar en el sentido que quede claro que es un pacto que hacen ellos», resalta en este sentido Requejo, que opina que el PSOE aquí tiene un «margen de maniobra grande» para permitir que tanto Esquerra como Junts se puedan colgar medallas. Aun así, Costa insiste que el 2024 será un periodo de punto muerto hasta las elecciones del año que viene para evitar que los consejeros de ERC acaben «recibiendo los frutos de las negociaciones de Junts». En este sentido, pronostica algunas tensiones internas entre los partidarios de desmarcarse del Gobierno catalán y los que defenderán acercarse al Ejecutivo de Aragonés para «empezar a capitalizar cosas» este mismo 2024, sin esperar a los próximos comicios.
Costa y Rodon coinciden que Junts ha conseguido un papel más relevante en el Congreso que en el Parlamento, donde después de la salida del Gobierno tiene un rol más secundario. Aun así, Ferran Requejo señala que Junts puede acontecer el principal partido de la oposición en la cámara catalana si se desmarca de los Presupuestos del Gobierno que, según el catedrático, tienen muchos números de salir adelante con el apoyo del PSC y comunes. Pero esto tampoco está claro, puesto que Junts ofreció mano extendida en el Gobierno en la última sesión de control del año para negociar las cuentas de la Generalitat: “Deseamos un buen gobierno, un gobierno fuerte, con una gestión solvente”.
La reválida de las elecciones europeas
Por otro lado, Junts y Carles Puigdemont se enfrentarán en junio a un tipo de reválida de las elecciones europeas de hace cinco años, cuando las ganó con un millón de votos. Costa señala que aquel resultado tan espectacular que tuvo es «prácticamente irrepetible», pero cree que los comicios servirán de «reválida política» para el liderazgo de Carles Puigdemont. «Yo creo que indiscutiblemente en estas elecciones se verá la fuerza del liderazgo que tiene y la fuerza que conserva el independentismo en cuanto a movilización del electorado», concluye.
Un argumento similar usa Requejo para analizar esta cita electoral: «Puigdemont puede movilizar parte del abstencionismo de todo el sector independentista desencantado si hace una buena campaña». Según él, todo se tendrá que basar en una buena negociación con el PSOE durante el 2024. En cambio, Rodon no cree que se pueda hacer una lectura en clave nacional porque las elecciones europeas son difíciles de comparar con otras elecciones y no está nada claro que la participación sea muy elevada. «Salvo que no se produzca un batacazo muy grande, no lo leería mucho como un tipo de maceta hacia él», expone.

Un candidato a la presidencia de la Generalitat
El otro interrogante que Junts tendrá que resolver este 2024 es escoger su candidato para las próximas elecciones catalanas. «Sorprende bastante que no se haya solucionado», indica Toni Rodon, y apunta en este sentido que los partidos «funcionan mejor cuando tienen una cara visible a delante, que la gente identifica y saben vincular el mensaje con la persona». «Esto en Junts, y también en ERC, no se acaba de producir». Ferran Requejo, por su parte, apunta que el partido no cuenta con «una figura aglutinadora» además del presidente en el exilio Carles Puigdemont, pero alerta de las dificultades que hay en el hecho que pueda presentarse como candidato.
De hecho, Josep Costa dice que «es evidente que hay un sector de Juntos que querrá que Puigdemont sea candidato, pero esto ahora mismo depende de mil cosas, empezando para ver como acaba todo el tema de la amnistía». Y, por otro lado, también hay que tener en cuenta que «él no parece que tenga interés». «Será un tira y afloja que dependerá mucho del resultado de las europeas», pronostica, y lamenta que los partidos hayan estado incapaces de generar nuevos liderazgos. «Junts no ha conseguido consolidar ningún liderazgo más allá de los que tenía el 2017», expone. Ninguno de los tres expertos descartan la posibilidad que el candidato de Junts a la presidencia de la Generalitat sea Jordi Turull o Josep Rull, pero no lo acaban de ver claro. Requejo avisa que Junts «no es un partido uniformado», puesto que actualmente conviven «tendencias y tradiciones» diferentes. «No tienen ningún recambio obvio si Puigdemont no puede o no quiere», concluye Costa.





