Desde que Oriol Junqueras logró renovar la presidencia de ERC, el aparato del partido ha hecho todo lo posible para evitar que su expansión territorial del junquerismo chirríe con el concepto «remendar». De hecho, Junqueras dio cuerda al tique de zapadores encargado de la organización del partido, Pau Morales y Oriol López, para que prepararan el terreno para desembarcar y consolidar territorialmente la nueva estructura de los republicanos. Sin embargo, cuando todo parecía controlado, hay dos secciones locales que no permiten dibujar un panorama del todo tranquilo en Calabria, la sede nacional de la formación.
En concreto, se trata de Girona y de Tarragona, donde se ha complicado la elección del candidato a la alcaldía de los republicanos para las elecciones municipales de 2027. Dos ciudades estratégicas para la formación de Junqueras. De entrada, en Girona, aunque forman parte del gobierno municipal en manos del cupaire Lluc Salellas, han elegido un candidato, Marc Puigtió, que ha comenzado su campaña desgastando al ejecutivo del consistorio. Y Tarragona todavía vive la resaca de haber perdido la alcaldía en las últimas elecciones, que dejó a Pau Ricomà sin el bastón de alcalde a favor de un socialista de la cantera de Ciudadanos, Rubén Viñuales.
Girona aunque ya tiene candidato, aún está pendiente de que la comisión de garantías lo valide y, en Tarragona, el candidato más cercano a Junqueras ha visto cómo los avales recogidos le dejarían, a priori, pocas expectativas para lograr el favor de la militancia tarraconense en la consulta, que se celebra el próximo 4 de octubre. Sea como sea, por el norte y por el sur llegan distorsiones de lo que debía ser un relativamente plácido camino hacia unos comicios que debían validar electoralmente la apuesta de los militantes republicanos por Junqueras.

Girona, un movimiento sospechoso
En la ciudad de Girona, la tensión en la sección local se hace notar. Y viene de lejos. De entrada, el candidato Marc Puigtió era alcalde Sant Julià de Ramis, pero dejó el bastón de mando y pasó a ser regidor. De esta manera, conservaba la plaza de vicepresidente del Consejo Comarcal del Gironès, que le reporta 37.000 euros anuales, aunque por un decreto municipal también percibe 14.000 euros al año por 20 horas semanales de trabajo. Este contexto le ha dejado suficiente oxígeno para montar una candidatura alternativa a la de ERC, con la marca Moviment Gironí.
Precisamente, la presentación de esta plataforma ya no cayó bien en la sección local de Girona. Y más teniendo en cuenta que Puigtió fue una de las estrellas del acto central de la candidatura de Junqueras para las elecciones internas, el de Olesa de Montserrat, celebrado en septiembre de 2024. Además, Puigtió tiene una extraordinaria relación con el alcalde de Sant Martí Vell, Robert Vila, que en ERC Girona le han bautizado como el «Borbónico» por su connivencia con la organización de los actos de la Fundación Princesa de Girona. De hecho, en Sant Martí fue donde Junqueras celebró la primera reunión de su precampaña para la presidencia del partido en una federación refractaria a su candidatura y donde se había gestado el manifiesto que le proponía apartarse de la candidatura.
Puigtió presentó el 9 de enero de este año su candidatura en Girona, en el Centro Cívico del Barri Vell. Un acto al margen de la sección local y que reunió unas doscientas personas. La presentación sirvió para anunciar la creación de Moviment Gironí como una plataforma electoral que entronizaba a Puigtió como candidato a la alcaldía. Una decisión, además, que la militancia gerundense criticó porque se celebraba fuera de los plazos reglamentarios -aún no había terminado el congreso nacional- y, además, ocultaba la marca ERC, cuando era la primera candidatura afín al junquerismo que se oficializaba.

Disputa gerundense
Los meses posteriores estuvieron marcados por el malestar interno de la asamblea local gerundense. Una tensión que se hizo notar el pasado 18 de septiembre. De entrada, el portavoz de ERC en el consistorio y que forma parte del gobierno de Salellas, Quim Ayats, anunció que no repetiría como candidato a la alcaldía. Una decisión que parecía aclarar el panorama para Puigtió. Pero los viejos roqueros republicanos nunca mueren y menos si están acostumbrados a tocar en Girona. Adam Manyé, veterano militante, de espíritu guerrillero y exdirector de los siempre complejos servicios territoriales de Educación durante la presidencia de Pere Aragonès en la Generalitat, levantó el dedo y anunció candidatura.
Manyé comenzó su campaña con la militancia, que veía como una figura de fuera de la ciudad, de repente, se presentaba como un mirlo blanco para los republicanos. Además, Puigtió se ha mostrado cómodo criticando la acción de gobierno de la ciudad. El efecto Manyé hizo moverse a Puigtió, que tiró de sus aliados, como el alcalde de Sant Martí Vell, -que también intentó ser alcalde de Celrà, pero la fortaleza de Dani Cornellà lo envió a las catacumbas electorales. Vila votó donde reside, como detallan fuentes del partido, «en Sant Martí Vell».
Finalmente, Puigtió se impuso por 28 a 27 votos. Pero la imposición es momentánea, Manyé ha impugnado el resultado. Todo por un voto que se declaró nulo y que apunta sería favorable a Manyé. La decisión está en manos de la Comisión de Garantías. El presidente de la sección local, Joan Sibill, insiste en que Puigtió es «muy trabajador» pero no oculta cierta inquietud por el resultado de la votación, donde ve que hay votos, como el del alcalde de Sant Martí Vell, que no respeta el principio según el cual es necesario vivir en Girona habitualmente para poder decidir el candidato a la alcaldía de la ciudad. De momento, la situación preocupa a la asamblea local, que ve como un mal augurio comenzar así una candidatura para llegar al Ayuntamiento.

Tarragona, el junquerismo sufre
Por otro lado, otra ciudad estratégica también enturbia el futuro más inmediato del municipalismo republicano. Es el caso de Tarragona. Finalmente, habrá dos candidatos. Por un lado, Xavier Puig, regidor desde 2015 y exdirector del Puerto de Tarragona. Y por otro, el arquitecto Saül Garreta, que fue en la candidatura de Junqueras. La batalla ha sido intensa en cuanto a los avales. Puig, viejo zorro y con bastante experiencia a sus espaldas, ha conseguido 124 avales, más de la mitad de un censo de 233 militantes, y Garreta, 77. Por tanto, a priori, Puig podría tener más opciones de lograr ser el cabeza de lista.
Pero Garreta no se achanta de cara a las primarias del próximo 4 de octubre. Así que ha organizado un acto de campaña para este jueves con verdaderas vacas sagradas de la formación que han apoyado a Junqueras, como la exconsellera Ester Capella, el exdiputado Joan Tardà, el diputado Jordi Salvador y la senadora Laura Castel. Puig tiene a Pau Ricomà, exalcalde, como uno de sus apoyos y buena parte de la militancia histórica y con más horas de vuelo en Tarragona. Para ERC, Tarragona es un objetivo prioritario para recuperar una plaza perdida frente a un alcalde que representa la cara más españolista del PSC.