El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, ha superado con cierta comodidad su segundo debate de política general. En la práctica, es el primer debate de política general en toda su dimensión. El primero, no hacía ni dos meses que había sido investido presidente con los votos de los Comuns y de ERC. Por tanto, este segundo debate ha sido un buen termómetro para comprobar el nivel de confianza entre los socios y cuál es la estrategia de Illa, un hombre poco acostumbrado a la sorpresa, para mantener el tono sereno de su acción política desde la casa dels Canonges.

Los anuncios en política de vivienda y el compromiso de luchar por un «financiamiento singular», trasladado a las propuestas de resolución que esta tarde se han votado en el pleno, han marcado el debate. Tanto los Comuns como los republicanos se han votado mutuamente las propuestas de resolución que afectaban tanto a las finanzas de Cataluña como a las políticas de vivienda. Todo teniendo en cuenta que el PSC ha sido lo suficientemente hábil para no poner negro sobre blanco los famosos 214.000 pisos anunciados por el Gobierno en ninguna de las propuestas de resolución presentadas. La profesionalidad socialista en el ámbito parlamentario e institucional. Ahora bien, el punto que reclamaba «el acuerdo de país» que insta a poner en marcha activar los mecanismos para la expansión de vivienda, le han tumbado con solo los votos del PSC, 42, a favor y las 29 abstenciones.

Las votaciones han evidenciado que si hay alguna conspiración de facto es una revisión muy ponderada de lo que la memoria colectiva política recuerda como «tripartito». El debate ha dejado claro que si alguien pretende hacer oposición es Junts, más allá del ruido -debidamente amplificado– de la extrema derecha y de la derecha extrema que representa el sector más duro del PP que supera la figura parlamentaria de Alejandro Fernández. Y, desde el punto de vista más ideológico, la CUP, a quien Illa ha propuesto «sentarse y hablar» en materias concretas como la vivienda. De hecho, la CUP ha votado alguna de las propuestas de resolución que instaban a conseguir el financiamiento singular y fortalecer la Agencia Tributaria de Cataluña. La reválida, mucho más que importante, será la negociación presupuestaria. Por ahora, Illa no tiene garantizadas las cuentas -de hecho, ni las ha presentado- pero, fiel a su estilo, cuando llegue al puente ya verá cómo lo cruza.

David Cid, dels Comuns, en un moment del debat de Política General/David Ramos Deladevesa/Parlament
David Cid, dels Comuns, en un moment del debat de Política General/David Ramos Deladevesa/Parlament

La quimera del financiamiento

Illa, en el tono y en el fondo, se ha preocupado de incidir y enfatizar un concepto: paciencia. Una propuesta a la que ERC se ha mostrado refractaria. De hecho, su portavoz, Ester Capella, ha vuelto a recitar el famoso mantra «quien espera, desespera» y ha señalado el nombre del PSOE que creen que se debe retirar de la negociación: la vicepresidenta económica, María Jesús Montero. Cabe decir que el mismo presidente de ERC, Oriol Junqueras, ya pidió la cabeza de la ministra el pasado mes de agosto, cuando participó en la Universidad Catalana de Verano (UCE) en Prada, el Conflent.

En todo caso, la propuesta de resolución del PSC, que llevaba el número 16, instaba al Gobierno a «promover el nuevo modelo de financiamiento singular para Cataluña» con órganos «multilaterales» y la relación bilateral con el estado; además «de fortalecer la Agencia Tributaria de Cataluña, con capacidad para recaudar el IRPF y continuar los trabajos para obtener la licencia bancaria». Un texto con suficiente margen para que ERC se lo tragara. Un texto que ha sido aprobado por los 68 diputados que integran el entendimiento parlamentario de socialistas, republicanos y comunes. Y que ha tenido el apoyo de la CUP en el punto referente a la Agencia Tributaria, que ha obtenido 72 votos.

Debat de política general al Parlament de Catalunya 08.10.2025 | Mireia Comas
Debate de política general en el Parlament de Catalunya 08.10.2025 | Mireia Comas

Comuns, ERC, CUP y… Junts

Por otro lado, los Comuns no han faltado a la cita y han llevado a votación la propuesta de resolución número 21, que abogaba por mejorar el financiamiento y disponer de nuevos recursos. Por ello, el texto insta al Gobierno a acordar este modelo de financiamiento singular, también como el PSC, integrado en los principios de solidaridad y ordinalidad. Y de rebote, reclama fortalecer la Agencia Tributaria. En cuanto a ERC, su propuesta de resolución sobre el financiamiento llevaba como título «Por un financiamiento singular efectivo», que, si hace o no hace, demandaba lo mismo que la del PSC añadiendo condiciones como «suficiencia, corresponsabilidad y eficiencia».

Además, el texto de ERC planteaba al PSC animar a los diputados socialistas en el Congreso para modificar, antes de terminar el año, las leyes para que Cataluña pueda recaudar el IRPF. Es decir, la proposición de ley presentada el pasado 8 de septiembre. Esta propuesta de apoyar el texto de Madrid ha obtenido el apoyo de 107 votos, y solo 28 en contra. Por tanto, ha tenido el apoyo también de Junts. Igual ha pasado con el punto de la agencia tributaria, y los votos se han reducido a 68 en el punto que definía el financiamiento singular en sí.

La ministra d'Hisenda, María Jesús Montero, en una roda de premsa després d'una reunió del Consell de Ministres | Premsa La Moncloa
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, en una rueda de prensa después de una reunión del Consejo de Ministros | Prensa La Moncloa

La vivienda, a medias

Illa ha recibido también el aval, aunque sea con sordina y por la puerta trasera, a su política de vivienda. Tras anunciar las 214.000 viviendas, el PSC se ha abstenido de poner esta cifra en su propuesta de resolución, titulada «Por una Cataluña con más vivienda, asequible y de calidad». Contado y debatido, el texto abonaba la política de expansión inmobiliaria con condiciones de colaboración público-privada, con reserva pública de solares y políticas de rehabilitación.

La propuesta se ha aprobado, pero gracias a las abstenciones, porque los votos afirmativos no han alcanzado la cifra mágica de 68 votos y los negativos no eran suficientes para tumbarla aprovechando la falta de mayoría. Las reticencias hacia lo que muchos, en ERC y los Comuns, consideran un anuncio propagandístico y que prolonga la posibilidad de arreglar el problema de la vivienda hasta 2030 han hecho que no se haya despertado nada más que una mínima confianza por la voluntad expresada en la medida, más que por su realismo. Por eso, el punto tres de la resolución de los socialistas que esbozaba el plan para impulsar el proyecto de vivienda hasta 2030, no ha contado con el apoyo de ERC y Comuns de manera explícita que se han abstenido, y por eso, los votos de PP, Vox y Junts le han hecho caer el esbozo del proyecto.

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