El presidente del Parlamento de Cataluña, Josep Rull, pondrá en marcha este miércoles, 45 días después de las elecciones del 12-M, la cuenta atrás para una posible repetición electoral. Así, el día 26 de agosto será la fecha tope que tendrán los grupos parlamentarios para investir un presidente de la Generalitat o, por el contrario, se convocarán automáticamente elecciones al Parlamento para el 13 de octubre. Rull firmará una resolución este mismo miércoles para dejar constancia de que no hay ningún candidato que cuente con una mayoría suficiente para ser investido presidente de la Generalitat. Posteriormente, a las 11 horas, empezará un pleno del Parlamento, conocido como «acto equivalente», donde Rull comunicará a la cámara que, habiendo agotado el límite de diez días que fija la ley después de la constitución de la Mesa para celebrar el primer debate de investidura, no le ha sido posible proponer al pleno de la cámara un candidato.

El presidente del Parlamento tomó esta decisión el pasado jueves después de constatar durante la ronda de consultas con los representantes de los diferentes grupos parlamentarios que había dos aspirantes, Salvador Illa y Carles Puigdemont, que querían presentar candidatura para ser investidos presidente de la Generalitat, pero ambos pidieron más tiempo para intentar lograr un acuerdo para calzar una mayoría que les permita salir adelante la investidura.

El pleno, que se iniciará este miércoles a las 11 de la mañana, lo abrirá el mismo Rull leyendo la resolución firmada horas antes. Una vez acabe la lectura, los grupos parlamentarios podrán intervenir durante 5 minutos, por orden de menor a mayor y con un ajustamiento en el grupo mixto, donde la CUP finalmente constituirá un subgrupo. Los cupaires dispondrán de cuatro minutos, mientras que Alianza Catalana solo tendrá dos. Con esto, la previsión es que el pleno dure unos 45 minutos aproximadamente y el presidente será estricto con el tiempo que tendrá cada grupo.

Este tipo de pleno como «acto equivalente» solo tiene un precedente en toda la historia del Parlamento de Cataluña. Se produjo el octubre del 2020, después de la inhabilitación de Quim Torra como presidente de la Generalitat. El entonces presidente de la cámara, Roger Torrent, celebró una ronda de consultas para explorar si había algún candidato con opciones de ser investido y, ante la imposibilidad de proponer ninguno, lo comunicó al pleno y puso en marcha el reloj para una convocatoria de elecciones. El plazo de dos meses que fija la ley se agotó el 21 de diciembre de 2020 y el día siguiente se disolvió la cámara y se convocaron las elecciones del 14 de febrero del 2021.

El primer secretario del PSC, Salvador Illa, en rueda de prensa desde el Parlamento / Marta Sierra / ACN

Illa quiere forjar una «mayoría progresista»

El objetivo de Salvador Illa, como él mismo transmitió después del encuentro con Rull, es intentar forjar una «mayoría progresista» en el Parlamento con los diputados del PSC, Esquerra Republicana y Comunes, pero dejó claro que necesita «más tiempo» para llegar a acuerdos con estas tres formaciones, con quienes ya han empezado los contactos. Cree que el acuerdo, si lo hay, va para largo y que no «no será una cosa de un día, ni de una semana, ni de dos». Así mismo, defendió su decisión de someterse al debate, puesto que él no quiere hacer perder el tiempo a nadie ni «meter prisa a nadie».

Los republicanos se han hartado de insistir en que el referéndum, la financiación singular, mejorar el bienestar de los catalanes y el catalán son las cuatro condiciones para fijar una investidura, dejando claro que cualquier acuerdo tendrá que pasar por una consulta a la militancia. Y los comunes, por su parte, han mostrado “buena predisposición”, pero también han dicho que serán «exigentes», para llegar a un acuerdo con los socialistas basado en «contenidos», y han propuesto una mesa a tres entre los tres partidos cuando la negociación entre en una fase «más avanzada».

El retorno de Puigdemont, en el aire

En cambio, Junts per Catalunya apuesta por negociar un acuerdo independentista con Esquerra Republicana y la CUP, como el que permitió que la Mesa mantenga la mayoría soberanista, pero las opciones de investidura de Carles Puigdemont son mínimas porque necesita la abstención de los socialistas y esta posibilidad ha sido negada por el mismo Illa en cuatro idiomas y en diferentes ocasiones. Aun así, el secretario general de Junts, Jordi Turull, ha explicado que ya se han producido conversaciones «honestas» con los republicanos. Desde Junts defienden que la mayoría de 59 diputados independentistas cuenta ahora mismo con más apoyos que el PSC y los Comunes, que reúnen 48. Sabedor que necesitan que el PSC permita la investidura, el dirigente juntaire ha intentado ejercer presión sobre el líder de los socialistas catalanes y ha remarcado que confía en «poder tener una mayoría mayor que la que puede ofrecer Salvador Illa. Y a partir de aquí será Salvador Illa quien decide si colapsa o no colapsa la investidura y vamos a nuevas elecciones».

Carles Puigdemont, durante la rueda de prensa donde anunció que se presentará a la investidura / Junts+

Todo esto se produce en un momento en que Junts ha dejado en el aire el retorno de Carles Puigdemont a Cataluña si Rull no convoca ningún pleno de investidura de aquí al 26 de agosto. Pero, por otro lado, la decisión de Rull ha servido para ganar tiempo mientras se clarifica la situación judicial del presidente en el exilio con la aplicación de la amnistía, sobre todo después de las últimas decisiones judiciales como la del juez del caso Vohlov, que le atribuye un delito de traición en un intento de hacer inviable la amnistía. Si no hay ningún debate de investidura, porque Illa no es capaz de cerrar un acuerdo con fuerzas progresistas, Puigdemont podría activar su retorno para intentar una investidura de última hora que, seguramente, no contaría con la mayoría de la cámara y abocaría a Cataluña a una repetición electoral.

El Parlamento contempla que se pueda celebrar un pleno de investidura entre el 1 y el 15 de agosto

La Mesa del Parlamento ha decidido este martes fijar un mecanismo para poder convocar un pleno de investidura durante el mes de agosto si finalmente hay un candidato que comunique al presidente del Parlamento que tiene opciones de ser investido. Fuentes parlamentarias han explicado que hay dos opciones: una posibilidad es habilitar del 1 al 15 de agosto, periodo inhábil en la cámara catalana, y, la otra, es que la Diputación Permanente convoque el pleno si es necesario. La decisión se ha tomado por la situación de interinidad que vive el gobierno de Pere Aragonès, que está en funciones desde las elecciones del 12-M, y la responsabilidad del Parlamento de impulsar la constitución de un ejecutivo tan pronto como sea posible. En cualquier caso, la decisión final se tomará en la próxima reunión de la Mesa, puesto que también se quiere valorar como puede afectar esta decisión a los trabajadores de la cámara catalana. Si, finalmente, un candidato comunica que quiere optar a la investidura, el pleno se podrá convocar 48 horas después.

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