Este jueves está previsto que se celebre la sesión de investidura del candidato del PSC, Salvador Illa, que cuenta con la mayoría absoluta para ser investido presidente de la Generalitat después de llegar a un acuerdo con Esquerra Republicana –con el aval del Juventud Republicana a pesar de que rechazaban que el unionismo se apoderara del Gobierno– y los Comunes, a pesar de que habían tumbado el proyecto de presupuestos porque discrepaban del acuerdo entre republicanos y socialistas. Los republicanos y los socialistas han firmado el acuerdo este mismo miércoles, sin la presencia de los medios de comunicación, que no han sido convocados. La firma del pacto ha contado con los integrantes de los dos equipos negociadores, capitaneados por Lluïsa Moret y Marta Rovira, respectivamente, y se ha producido horas antes del inicio del pleno y dos días después del acuerdo que firmaron Salvador Illa y Jéssica Albiach entre socialistas y comunes.

El pleno está fijado para las 10 horas, e Illa tiene los apoyos necesarios para llegar en palacio, pero a estas alturas todas las miradas están puestas en el último acto de oposición a la investidura del líder del PSC, que hasta ahora ha ido tumbando todos los otros obstáculos: el retorno en Cataluña del presidente en el exilio, Carles Puigdemont. Sobre él pesa una orden de detención que, si se hace efectiva, podría dilatar en el tiempo la investidura, porque el pleno se podría aplazar.

Si llega al escenario de Arco de Triunfo, ya será un éxito, según su entorno

El objetivo del líder de Junts per Catalunya es ser presente al debate. Antes, pero, tiene la intención de participar en un «recibimiento institucional» que le han preparado las entidades independentistas en el paseo Lluís Companys de Barcelona, a pocos metros del Parlamento, al parque de la Ciutadella, que estará blindado por los Mossos d’Esquadra. Allá está previsto que el líder de Junts per Catalunya, si consigue llegar sin ser detenido, haga un discurso ante las personas que asistan a la convocatoria independentista. Fuentes de Junts aseguran que el objetivo del presidente es ser presente a la sesión de investidura. «No buscamos la detención», dejan claro las mismas fuentes.

Otras fuentes de Junts han señalado a El Món que si Puigdemont consigue aparecer sin ser detenido al escenario que se está instalando a Arco de Triunfo, muy cerca del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), ya será una victoria. «Será un éxito», subrayan porque querrá decir que ha conseguido escabullirse hasta del CNI, las fuerzas de seguridad españolas y los Mossos d’Esquadra y plantarse en el centro de la capital catalana sin ser detectado. Por otro lado, la formación guarda un silencio absoluto sobre cómo se está llevando a cabo este retorno. De hecho, el presidente en el exilio reveló durante la pasada campaña del 12-M que en 2017 tenía previstos cinco planes diferentes de retorno sin ser detectado si se celebraba la sesión para su investidura, pero de todos estos solo uno era válido.

El presidente del Parlamento, Josep Rull, encajamiento manso con el primer secretario del PSC, Salvador Illa / David Zorrakino / Europa Press

Rull puede suspender el pleno si Puigdemont es detenido

La incógnita a estas alturas es saber si podrá llegar a entrar en el Parlamento sin ser arrestado. La cámara catalana sería un refugio judicial que permitiría entorpecer la detención, puesto que el protocolo del Parlamento en cuanto al acceso de la policía a la sede del Parlamento y sus dependencias por investigaciones judiciales dota el presidente de la cámara, actualmente el juntaire Josep Rull, de una amplia autonomía para vetar la detención. Este documento, aprobado en 2017, establece que “en ningún caso, la policía judicial puede acceder al Palacio del Parlamento para practicar la detención de un diputado”. De hecho, Rull fue muy contundente a garantizar que nadie sería arrestado en el interior de la cámara y, en caso de que lo quisieran hacer, antes lo tendrían que detener a él.

Si Puigdemont no consigue su objetivo antes de llegar al Parlamento porque es detenido, se da por hecho que Rull suspenderá el pleno de investidura. Así lo ha dicho en varias ocasiones, y Junts ya ha anunciado que pedirán la suspensión del pleno en caso de detención, una medida que compartida por Esquerra Republicana y los Comunes, siempre que no se alargue en el tiempo. En cambio, los socialistas han aprovechado la Diputación Permanente para reclamar a Rull que la investidura de Illa sea «cuanto antes mejor», si puede ser, este mismo jueves.

El presidente del Parlamento, que ya ha dicho que consultará la decisión con la Mesa, tiene la potestad de aplazar el pleno y fijar una nueva fecha o no fijarla, con el único límite del 26 de agosto, el día que se agotarían los dos meses para que el Parlamento invista un nuevo presidente antes de convocar nuevas elecciones. Este segundo supuesto, según apuntan fuentes de la cámara catalana, es improbable, porque Josep Rull también tiene que garantizar el derecho de un diputado a afrontar un debate de investidura, y más, si se tiene en cuenta que dispone de la mayoría absoluta para ser investido.

Una agente de los Mossos ante la puerta del Parlamento, con unas vallas metálicas delante / Mariona Puig / ACN

Los Mossos blindan el Parlamento

Para llegar a la cámara catalana, el presidente en el exilio tendría que recorrer el trayecto -tres minutos en coche y once andando- que hay desde el paseo Lluís Companys hasta la puerta del parque de la Ciutadella, a la confluencia de la avenida del Marqués de l’Argentera con el paseo Picasso y el paseo de Circunvalación, que será el único acceso abierto, pero con acceso restringido a personas acreditadas, como por ejemplo trabajadores del Parlamento, diputados o periodistas. Los Mossos d’Esquadra han decidido blindar el Parlamento para la investidura, que coincide con el retorno de Puigdemont, pero fuentes de la Policía de la Generalitat quieren dar apariencia de normalidad.

«Es igual al que se lleva a cabo en cualquier otra investidura«, aseguran, y dejan claro que el dispositivo se puede adaptar y tomar otras medidas excepcionales “si es necesario”. Por eso, este jueves se activará un Centro de Coordinación (Cecor) para seguir el dispositivo en directo y tomar las decisiones que haga falta para la detención de Puigdemont o para hacer frentes a las protestas que se puedan derivar. Los Mossos también subrayan que la presencia de unidades especializadas trabajando en la zona del parque en las horas previas a la sesión de mañana, como las de subsuelo, es la misma que se ha llevado a cabo en otras ocasiones para garantizar la seguridad de los asistentes.

Dos manifestaciones convocadas de signo contrario

Antes de que empiece el pleno en el Parlamento, hay dos convocatorias de signo contrario, pero en lugares diferentes. Entidades soberanistas como la ANC o Òmnium Cultural, entre otros, con Juntos por Cataluña, han convocado un «recibimiento institucional» al presidente en el exilio. El acto será en el paseo Lluís Companys de Barcelona. Esquerra Republicana, todo y las tensas relaciones que mantiene con el líder de Juntos, ha confirmado que asistirá al acto y considera el retorno de Puigdemont un «momento excepcional». Así mismo, han detallado que representantes del grupo parlamentario republicano recibirán el presidente en el exilio a las puertas del Parlamento. La CUP, por su parte, también ha confirmado su asistencia al acto.

Los representantes de las entidades convocantes de la manifestación de la Fiesta, con Lluís Llach (ANC), Xavier Antich (Òmnium) y Jordi Gaseni (AMI) en el centro, en la presentación de los actos / ACN
Los representantes de las entidades convocantes de la manifestación de la Fiesta, con Lluís Llach (ANC), Xavier Antich (Òmnium) y Jordi Gaseni (AMI) en el centro / ACN

Mientras tanto, a las nueve y media, la formación de extrema derecha de Vox, con el apoyo de Hazte Oír y S’ha Acabat, ha convocado también una recibida, en este caso poco amistosa, al presidente de la Generalitat, al grito de «Puigdemont a prisión«. Será a la puerta del lado de la estación de Francia, el único acceso abierto mañana. La formación ultra ha tenido que modificar sus planes, que implicaban hacer la concentración ante el Parlamento, a causa del dispositivo policial para blindar la cámara catalana. Para el líder de Vox en Cataluña, Ignacio Garriga, es “muy grave” que el líder de Junts pueda llegar “andando” en el Parlamento. «Las calles también serán nuestras”, ha asegurado.

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