Este lunes, el Patronato de la Montaña de Montserrat podría confundirse con el cuartel general de la OTAN en un día de cumbre. Las diversas policías españolas que actúan en Cataluña —Mossos d’Esquadra, Guardia Civil y Cuerpo Nacional de Policía— han formado, junto con vistosos miembros de la Guardia Real, y han convertido la montaña y, especialmente el monasterio, en una especie de prisión de alta seguridad por la visita de Felipe de Borbón, en el marco de la celebración del Milenario.

La preocupación, muy ostentosa de los Mossos d’Esquadra con un actuar más papista que el Papa, ha supuesto un despliegue de las unidades antidisturbios y de orden público y un estado policial constante, incluso, entre los trabajadores del complejo de peregrinación católica del Bages. Tanto es así que el guardia de seguridad, que habla castellano, en la cripta donde la Virgen de Montserrat puede ser saludada por los peregrinos, ha arrancado con todo fervor una estelada que una pareja de jubilados había colocado para hacerse la fotografía de recuerdo. La bandera independentista fue devuelta por un encargado de la zona que, este sí, hablaba en catalán.

El momento del arranque de la estelada en la cripta/El Món
El momento del arranque de la estelada en la cripta/El Món

Montserrat es hoy un lugar de protección y elevación monárquica. Precisamente, el día que llega a los municipios de Cataluña la Flama del Canigó, como corresponde a la víspera de San Juan, la fiesta nacional de los Países Catalanes. De hecho, el monasterio parece recuperar el momento en que Fernando e Isabel decidieron que dependiera de una orden benedictina de Valladolid, bajo la cual estuvo cuatro siglos. Montserrat es hoy un fortín a pesar de las quejas de la Lliga Espiritual de Montserrat que ha mostrado públicamente su desacuerdo con la visita del monarca español. Así, la ANC ha organizado varias columnas para llegar a pie y en coche hasta el monasterio y hacer público su malestar por la entronización monárquica de la abadía.

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