Nueva demostración de la España fraternal, en este caso en Andalucía. El concurso de muñecos, en el Estado español llamados «peleles», tuvo un protagonismo catalán, pero este protagonismo no es positivo, puesto que se le quema. El Ayuntamiento de Jaén señala que «la participación de los más jóvenes con la fabricación, montaje y quemado del tradicional muñeco de San Antón, denominado ‘Pelele’, es una antigua costumbre que caracteriza Jaén» y quieren «recuperarlo y preservarlo«.

La representación del presidente en el exilio, Carles Puigdemont, más allá de la misma caracterización ridiculizada del ‘pelele’ y el hecho de que se queme, tiene otra humillación, y es que lo representaron con un cartel donde se podía leer «quiero ser indultado» y con una maleta de donde sobresalen billetes de 50 euros.

Las redes sociales del Ayuntamiento de Jaén, en llamas
Cuando el Patronato de Cultura de Jaén anunció que el muñeco representando a Puigdemont ganó el concurso de muñecos, su Twitter, ahora conocido como X, empezó a recibir los tuits de independentistas molestos por la enésima muestra de catalanofobia proveniente del Estado español. Una de las voces críticas fue la de Pere Martí Colom, director de comunicación de Junts quien ironizó con la palabra cultura en un post en Twitter.
Los muñecos, una muestra de catalanofòbia popular
No es la única vez que se han quemado o humillado muñecos que representaban miembros del Gobierno en el exilio o de la Generalitat. Esta muestra de catalanofobia es recurrente, y uno de los primeros casos de los últimos años fue en Coripe, Sevilla, donde lincharon, quemaron y dispararon a un muñeco que también representaba al presidente en el exilio, Carles Puigdemont.
En Alfaro, La Rioja, quemaron tres muñecos del presidente en el exilio, Carles Puigdemont, y los ex consejeros Clara Ponsatí y Toni Comín, que fueron protagonistas de la ‘Crema de Judas‘, una tradición que se hace el Domingo de Resurrección y que quiere acabar con los traidores.