El ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, se ha reunido con su homólogo polaco, Radoslaw Sikorski, para tratar el asunto. Fuentes oficiales de Exteriores aseguran que han acordado dar “un paso más” y sus respectivos secretarios de Estado de la UE se reunirán “próximamente”. En una atención a los medios desde Bruselas, Albares ha asegurado que los trámites avanzan a nivel “técnico” después de que países como Suecia o Finlandia hayan expresado dudas legales y logísticas sobre incorporar tres nuevas lenguas oficiales a la UE. Albares no ha querido avanzar cuándo podría estar listo el informe que la Comisión Europea prepara sobre laoficialidad del catalán, el vasco y el gallego y que varios estados miembros habían reclamado antes de continuar con las negociaciones. Se ha limitado a decir que esperan que sea “tan pronto como sea posible”.
La reunión con Polonia llega pocos días después de que el gobierno español hubiera pedido a Varsovia, que tendrá la presidencia rotatoria del Consejo de la UE durante el primer semestre de 2025, que vuelva a incluir la oficialidad del catalán en las próximas reuniones. La Moncloa, en plena crisis con Junts por los incumplimientos de los acuerdos de investidura de Sánchez, ha acelerado los contactos en los últimos días para intentar aplacar el enojo de los de Puigdemont, que amenazan con dejar la legislatura en vía muerta si no hay progresos.

La semana pasada, Albares envió una carta a su homólogo polaco, Radoslaw Sikorski, que ejercerá la presidencia de turno del Consejo de la UE hasta el verano, que la oficialidad del catalán es un asunto prioritario del gobierno de Pedro Sánchez. La petición llegó al día siguiente de que el gobierno polaco asegurara que la oficialidad del catalán no estaba en la agenda de trabajo de Varsovia porque no habían recibido ninguna propuesta oficial. Con todo, la delegación polaca se mostraba abierta a hacerle un hueco si había “voluntad” de avanzar en las negociaciones, que están atascadas desde hace un año.
Negociaciones en punto muerto
La oficialidad del catalán, el vasco y el gallego en la Unión Europea entró en la agenda del Consejo durante la presidencia de turno de España, en el segundo semestre de 2023. Después de incluir el asunto en el orden del día durante varios meses consecutivos, finalmente decayó de la agenda porque varios países mostraron reticencias sobre la medida. Los países nórdicos, con Suecia y Finlandia a la cabeza, están preocupados por el gasto adicional que puede suponer incorporar tres nuevas lenguas de trabajo en la UE, mientras que los países bálticos mostraron su inquietud por el precedente que podría establecerse de cara a otras lenguas minoritarias como el ruso, muy hablado en Estonia, Letonia y Lituania.
En el primer caso, el gobierno español se ofreció a pagar el coste de las traducciones —aunque no hay una cifra, las primeras estimaciones hablan de unos 132 millones—, a pesar de que todavía hay muchas incógnitas sobre cuál será el mecanismo y cómo se evitará, por ejemplo, que el PP se cargue la partida si algún día vuelve a la Moncloa. Respecto del efecto llamada, la Moncloa ha elaborado un informe jurídico para blindar el caso español y evitar que se pueda replicar en otros estados.