El secretario general de Junts, Jordi Turull, ha instado al presidente español, Pedro Sánchez, a convocar una reunión con su partido para analizar el futuro de la legislatura tras los hechos “gravísimos” que ha destapado el caso Cerdán. En declaraciones durante el Consejo Nacional del partido, Turull ha asegurado que no puede “disimular” la “sorpresa” que ha causado en la formación el escándalo que implica al ya exnúmero 3 del PSOE y interlocutor de los socialistas para negociar con el partido. Junts quiere que la reunión sea “en los próximos días” y espera que el presidente español ponga todas las cartas sobre la mesa.
Turull ha advertido a Sánchez que no eludirán la “toma de decisiones” si no quedan convencidos por las explicaciones que dé Sánchez y que están decididos a “convertir los problemas en oportunidades, y las crisis en motivos de aceleración de cambios”, aprovechando la “debilidad” del Estado.
El caso Cerdán, una “crisis del sistema político español”
El partido de Carles Puigdemont asegura que, a pesar de la “sacudida” que supone el caso Cerdán, lo observa desde la distancia. “Para nosotros es una crisis del sistema político español. De ellos”, ha insistido Turull. “En Madrid no tenemos amigos, tenemos intereses”. Con todo, la formación independentista es perfectamente consciente de que el futuro de sus grandes caballos de batalla para la legislatura española –la transferencia de las competencias en inmigración, la oficialidad del catalán y la aplicación completa de la amnistía– está ligado al futuro de Pedro Sánchez. “El interés de Junts es saber si esta crisis impactará en los acuerdos de investidura”, ha admitido Turull.

De momento, Pedro Sánchez parece dispuesto a resistir y confía en que con el paso de los días baje la indignación por el caso Cerdán, aunque esta vez no le bastará con buenas palabras. Cerdán era el número 3 del partido, era considerado su mano derecha y uno de los grandes apagafuegos del partido, un papel que en el gobierno asume el ministro de Presidencia, Félix Bolaños. También era el encargado de negociar con Puigdemont, otro ejemplo de la confianza que tenía Sánchez en él. Su implicación en la trama de cobro de comisiones ilegales del caso Koldo es un golpe duro a la credibilidad de Sánchez, y por eso no solo está bajo una enorme presión del PP y Vox, sino que también sus socios más convencidos como Sumar o ERC le reclaman explicaciones y una reacción contundente.
Junts se rearma para la nueva etapa
Turull también ha aprovechado para poner en valor el trabajo realizado por Junts en este año y medio de legislatura española y ha advertido que actuarán “sin complejos” y continuarán “debates incómodos que nadie tiene el valor de abrir”, como todas las cuestiones relacionadas con el fraude en el empadronamiento, la multirreincidencia o el velo islámico en determinados contextos. “Queremos hablar y proponer soluciones de aquello que se habla en el comedor de casa”, ha dicho, pero sin avivar el discurso del “odio” contra nadie, tampoco los migrantes, como hacen otras formaciones.
El secretario general de Junts también ha recordado que son “molestos” y que “cuando conviene” se activan todos los recursos para “impedir” que Junts tenga más poder. Y ha puesto de ejemplo la operación de Estado en Barcelona para dejar a Trias sin alcaldía, la situación en “algunas diputaciones” o los problemas para que Toni Comín pueda ocupar su escaño en el Parlamento Europeo. “¿Pasaría todo esto si nosotros fuéramos inocuos y no molestáramos?”, se ha preguntado Turull. “Nuestro objetivo es Cataluña y aprovechar evidentemente las debilidades del Estado español. Las decisiones que tomaremos y tendremos que tomar las haremos priorizando el país, por el bien del país, y no para quedar bien”, ha argumentado. “No eludiremos la toma de decisiones ni ninguna responsabilidad ante esta sacudida, y debemos saber aprovecharla en beneficio de Cataluña”, ha sentenciado.