Crece el malestar en ERC con la vicepresidenta segunda y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, por la desidia con la que está afrontando las negociaciones del nuevo modelo de financiación singular pactado con el PSC a cambio de investir a Salvador Illa. La portavoz del grupo parlamentario de ERC, Ester Capella, ha acusado a Montero de «desatender» a Cataluña y de estar «más preocupada por Andalucía, la campaña electoral y las elecciones» autonómicas del año próximo, a las que se presenta como candidata del PSOE, que de avanzar en la reforma de la financiación. «Lo anunció para marzo, luego para primavera, luego para antes del verano, luego para después del verano y ahora entramos en otoño y esperamos no tener que llegar al invierno», ha lamentado Capella en una entrevista a RTVE.
Los republicanos llevan semanas advirtiendo que no negociarán los presupuestos catalanes ni españoles mientras no haya avances en la financiación. Capella ha asegurado que el acuerdo de presupuestos con el PSC en Barcelona no cambia nada porque son «planes diferentes» y que no abrirán «nuevas carpetas» sin «cerrar antes» las que están pendientes. El enfrentamiento con Montero viene de lejos y pone en un compromiso al Gobierno de Salvador Illa, que a menudo tiene que hacer equilibrios para reivindicar el acuerdo con ERC y al mismo tiempo defender el papel de la ministra de Hacienda. El consejero de Presidencia, Albert Dalmau, decía hace unos días que la Generalitat espera llegar «a final de año con un nuevo sistema de financiación sobre la mesa».

La misma Montero, que representa la facción del PSOE más refractaria a hacer concesiones a Cataluña, ha puesto en duda la base del acuerdo para el nuevo modelo de financiación. La ministra de Hacienda ha cuestionado en varias ocasiones la cesión integral del IRPF que reclama Cataluña y arrastra los pies cuando le preguntan por las reformas legales que los republicanos han llevado al Congreso para construir la estructura legal que debe permitir la transferencia de la gestión y la recaudación de los impuestos. Y tampoco quiere ni oír hablar del principio de ordinalidad, que básicamente implicaría poner un límite a la solidaridad de Cataluña con el resto del Estado. «Es cierto que Hacienda no está a favor de la proposición de ley de ERC», justifican fuentes del Ministerio de Hacienda, que «trabaja en un modelo de financiación con la idea de que sea compatible cumplir los acuerdos firmados y hacer un sistema extensible al resto de comunidades autónomas».