Los resultados definitivos de las elecciones estatales del 23-J no se podrán saber hasta que se haga el recuento del voto de los residentes al extranjero, más conocido como voto CERA, que se empezará a contabilizar a partir del viernes. Según los datos del Ministerio del Interior, unos 2,3 millones de ciudadanos españoles que viven fuera del estado tienen derecho a voto, pero todavía no se sabe cuál ha sido la participación. Lo que sí que se sabe es que, con el resultado del domingo en la mano, hay dos escaños clave –uno en Girona y otro en Madrid– que el voto exterior podría cambiar y complicar algo más las negociaciones entre el PSOE y Junts, que ahora mismo tiene la llave para investir o no Pedro Sánchez y que se podría ver beneficiado del baile de diputados.
Las elecciones de este año son las primeras en más de una década en las cuales ya no se requiere el voto rogado para los residentes al extranjero, es decir, ya no se tienen que pedir las papeletas para poder votar, sino que están disponibles en embajadas y consulados. Por lo tanto, se espera que la participación sea más alta que en anteriores elecciones. El 2019, la participación rondó el 10%, con unos 226.000 votos emitidos. En este contexto, el voto exterior puede ser más decisivo que nunca, puesto que, según los cálculos del PP, hay tres escaños que bailan y que podrían decantarse en su favor: uno se lo disputa con Vox, pero los que son realmente importantes son los otros dos, que arrebataría a PSOE y Junts.
Si el PP consiguiera los tres escaños en juego acabaría el 23-J con 139 diputados y el PSOE caería hasta los 121. Vox (32) también perdería uno y Sumar (31) se quedaría igual. Del resto de partidos, la única formación que sufriría un cambio sería Junts (6), que perdería un escaño en favor de los populares. Con estos resultados, la suma PP-Vox-UPN-Coalición Canaria –a pesar de que estos últimos serían reticentes a entrar en un pacto donde hubiera la extrema derecha– se ensartaría hasta los 173, mientras que el bloque del PSOE-Sumar y los independentistas y nacionalistas caería hasta los 171. Así, Junts, a pesar de perder un escaño, mejoraría su posición negociadora porque el PSOE no tendría bastante con una abstención, sino que necesitaría un voto favorable de los de Puigdemont.

¿Qué escaños bailan?
Según los datos de que dispone el PP, los tres escaños en juego están en Girona, Madrid y Cantabria. En la ciudad catalana, el PP necesita sacar 363 votos más que Junts per Catalunya para quitarle un diputado. Actualmente, los populares no tienen representación en Girona y hay casi 24.000 electores residentes en el extranjero con derecho a voto. El otro escaño decisivo está en Madrid, donde el PP se lo juega con el PSOE. Los populares han sacado más del 40% de los votos en la Comunidad de Madrid y el voto exterior es muy importante, con más de 375.000 personas censadas. Este sería el diputado más probable que cambie de manos. En Cantabria, el PP necesita 428 votos más que Vox para quitarle el escaño.