Javi López (Madrid, 1985) ya es un eurodiputado veterano. Aun así, no pierde su estilo de proximidad. De hecho, tiene la virtud de saber cuándo tiene que sonreír que, junto con otras habilidades políticas como picar piedra y responder sin rodeos, lo han mantenido cerca del primer secretariado del PSC, a pesar de que fue uno de los apoyos firmes de Nuria Parlon en la lista que se confrontaba con la de Miquel Iceta en otoño de 2016. De hecho, dice la leyenda que los partidos más estratégicos envían a las jóvenes promesas a formarse en la política europea y, en cambio, los partidos más cansados mandan a las viejas glorias que divisan la jubilación. López seria del primer grupo. Licenciado en derecho por la Universitat Pompeu Fabra, cursó el Máster en Liderazgo para la gestión política y social de la Universitat Autònoma de Barcelona. Profesor visitante de historia y de Debates actuales de la UE en la Blanquerna–Universitat Ramon Llull desde 2017 y eurodiputado desde 2014. En esta legislatura ha sido titular de la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria, así como de la Subcomisión de Seguridad y Defensa, además de miembro suplente de la Comisión de Política Exterior. Se presenta como PSC, aspira a que Europa sea un tercer bloque que ponga paz y sea una «Suiza con valores». Pide el voto con el lema «Más Europa».

¿Qué quiere decir ‘Más Europa’? Lo digo por la distancia que parece existir entre la importancia del Parlamento Europeo y la ciudadanía.

Quiere decir que Europa se encuentra en un cruce histórico de enorme importancia ante los cambios que se producen en el mundo, geopolíticos, económicos, tecnológicos, de comercio. Hay dos opciones. O bien nos quedamos prisioneros de la extrema derecha que tendrá fuerza en el Parlamento Europeo y podría entrar en una dinámica de acuerdos con el Partido Popular Europeo, hecho que congelaría el proyecto europeo. O bien apostamos por un paso adelante en la integración europea, y consolidamos los cambios en economía de los últimos cinco años, desarrollamos la dimensión social europea, hacemos una Europa más ágil en acción exterior, nos hacemos cargo de nuestra seguridad y desarrollamos herramientas estratégicas. Esto es lo que se decide en estas elecciones. La amenaza de la extrema derecha que puede empujar a Europa a la irrelevancia. 

¿Y la cotidianidad? 

Hay que explicar qué es la Europa cotidiana y reivindicarla. El efecto de las normas europeas sobre nosotros es enorme. Cuando nos levantamos bebemos agua regulada con estándares europeos, el café que nos tomamos proviene de un acuerdo comercial de la Unión Europea, es posible que el puesto de trabajo se mantenga gracias a fondos europeos, las emisiones de tu coche están controladas por Europa… Nuestra implicación diaria y cotidiana con Europa es muy grande y hay que reivindicarla, garantiza un modelo interno de bienestar y libertades y, externamente, propugna la paz y la estabilidad, que para eso fue creada la UE. 

Javi López, el candidato del PSC que aspira a hacer de Europa un frente digno internacional
Javi López, el candidato del PSC que aspira a hacer de Europa un frente digno internacional

Aun así, hay cierta percepción de que la izquierda o la socialdemocracia europea ha cedido demasiado espacio a la derecha. Como si hubiera sido más interesada en reformas morales que no materiales… Quizás la amenaza de la extrema derecha también querrá decir que algo ha hecho mal la izquierda…

Seguro, pero también es verdad que el problema no se lo encuentra solo la izquierda tradicional, sino también el centroderecha tradicional. Justo es decir que el Partido Popular lidera y gestiona Europa y la presidencia europea desde hace más de veinte años. La última vez que la izquierda tuvo un presidente fue Romano Prodi. Hay señales positivas de que la agenda socioeconómica y material ha entrado con fuerza en todo el mundo en los últimos cinco años. La izquierda tiene que ser capaz de combinar una agenda de reconocimiento de derechos y las nuevas oleadas, como el feminismo, con una agenda socioeconómica. Todo ello, en un momento en el que la globalización ha entrado en una nueva etapa, después de acabar la etapa del neoliberalismo, el comercio internacional está atravesado por la seguridad. En los últimos cinco años ha habido un cambio de paradigma, la pandemia y el papel del Estado, vamos hacia el big goverment, que pone en el centro las realidades socioeconómicas y las necesidades de la población. Ha habido cambios positivos a Europa.

¿Como por ejemplo cuál?

Tabla de salarios mínimos a escala europea, una regulación sobre el trabajo con plataforma relacionada con la ley de repartidores de España, hemos cambiado el semestre europeo y la política de reformas y presupuestos que se mantenía desde el 2008 y que era una salvajada ultraortodoxa. Ha ido cambiando y gracias a la izquierda y la socialdemocracia europea.

¿La izquierda catalana y española llevarán a Europa un posicionamiento más firme por el reconocimiento de Palestina? 

Europa está muy marcada por la lógica nacional y las historias nacionales de cada estado. España ha reconocido Palestina como una decisión decente, que aporta dignidad a Europa, con Irlanda y Noruega. En el debate de Palestina, se nota el peso moral de la historia, quizás, en alguna ocasión, un peso mal entendido especialmente en países centroeuropeos. No es un debate de izquierda y derecha, sino que tiene una vertiente socio histórica y de culpa histórica relacionada con el Holocausto. Pero quien ha mantenido la dignidad sobre Palestina a Europa ha sido Pedro Sánchez, que ha liderado las posiciones duras en el Consejo Europeo, Josep Borrell que ha estado muy claro al presionar Israel y una tercera figura, António Guterres, secretario general de Naciones Unidas, ex primer ministro de Portugal y socialista, que se ve como un “europeo”. Los tres han salvado la cara de Europa con una posición sobre Palestina que estaba muy dividida. Esperamos que nos podamos mover en una posición más coherente con lo que teóricamente representa Europa en el mundo: la paz, el respeto por los derechos humanos y al derecho internacional público. Hay que sumar el problema que las decisiones en política exterior son por unanimidad, y esto quiere decir que se convierte en la tiranía de la unanimidad. 

¿Qué quiere decir? 

Si es sobre una cuestión en la que hay mucho consenso, por ejemplo, la guerra de Ucrania, no hay problema. En cambio, los debates como el de Palestina, donde hay muchos problemas y discrepancias, se convierte en disfuncional e inoperativo. Posiblemente, es una de las cosas que se tienen que cambiar, el método de decisión de política exterior, para aplicar un sistema por mayoría. Aun así, creo que este mandato podemos hacer un balance positivo. Como modelo, la pandemia con la vacunación, los ERTOS o los planes de recuperación y la suspensión de reglas fiscales; o bien, en materia exterior, como hacer cosas inimaginables hasta ahora en la guerra de Ucrania, que es asistir un país en guerra o desconectarnos de los combustibles fósiles de Rusia, doce paquetes de sanciones muy agresivas, o haber activado por primera vez la directiva de protección temporal de refugiados, que se podría haber activado antes, o la ampliación de la UE que estaba parada. Hemos dado mensajes en el mundo de fortaleza e integración. 

Precisamente, el conflicto de Ucrania ha afectado de manera muy directa, teóricamente, a la ciudadanía, con la crisis de la energía o de precios. ¿Usted defiende un ejército europeo? 

Un ejército como tal no lo tendremos, seguro, a corto plazo. Pero sí que soy partidario de que Europa se haga cargo de su seguridad, y de que pueda coordinar mejor todas sus capacidades de defensa y seguridad. 

¿Más Unión Europea que OTAN? 

No. Yo creo que ambas cosas. Europa es un mejor socio dentro de la OTAN teniendo capacidades propias. Pero hay que decir que la OTAN no son solo los Estados Unidos, son 31 socios, pero existen dudas más que razonables sobre lo que puede pasar con los EE. UU. en un futuro, quién puede estar en la Casa Blanca, qué tipo de seguridad puedes tener con tu relación con los Estados Unidos. En términos generales, Europa ha externalizado su seguridad a los EE. UU. durante 70 años. Yo soy partidario de reducir esta dependencia drásticamente. Básicamente, porque los Estados Unidos tienen otros intereses, como la contención de China, y porque hay más amenazas en el mundo actual. Los dividendos de la paz de la Guerra Fría se han acabado. Entramos en una nueva etapa de alta competencia geopolítica donde se tiene que defender aquello que es Europea. En el mundo en el que vivimos hay la posibilidad de que Donald Trump vuelva a la Casa Blanca. En este escenario, hay que hacernos cargo de nuestra seguridad y coordinar mejor nuestro gasto. Al final, si tú dependes de un tercero en tu seguridad, tus posiciones políticas acabarán muy condicionas. Quiero tener una voz propia. 

Javi López, el candidato del PSC que aspira a hacer de Europa un frente digno internacional
Javi López, el candidato del PSC que aspira a hacer de Europa un frente digno internacional

Pasamos de la geopolítica a la acción más directa. ¿Hay una carpeta catalana en la Unión Europea? 

La es verdad que no…

¿Y como es que ha debatido sobre la inmersión, la amnistía, los suplicatorios, el espionaje con Pegasus…? 

Una cosa es que no haya una carpeta catalana y otra cosa es que no se sea consciente de la situación política de los últimos diez años. Una carpeta catalana quiere decir algo que gestionas. Europa, ahora, no siente que Cataluña sea una cosa a gestionar; ahora bien, es plenamente consciente de lo que ha pasado políticamente los últimos diez años aquí. Cómo se es consciente de los debates políticos del resto de los países. Ha habido cosas que han sido importantes en Bruselas, pero en Bruselas pasan muchas cosas. Y nosotros vivimos las que nos afectan y están relacionadas con nuestra vida política. Yo creo que Europa ha sido muy clara en su respuesta y quien ha querido escuchar lo ha oído. Hemos sido capaces en los últimos cinco años de volver a las coordenadas europeas de la discusión política de aquí. 

¿Qué coordenadas? 

Respeto al estado de derecho, diálogo, convivencia como forma para resolver conflictos. Europa es una construcción política para difuminar fronteras, no para crear otras nuevas. Es un mensaje que se ha enviado. La política es conflicto por naturaleza y se avanza hablando, transaccionando, discutiendo y dialogante y hemos vuelto a estas coordenadas, y esto es muy positivo. 

¿Es decir, existe pero no es una preocupación como lo podía haber sido cinco años atrás?

No es una preocupación ahora, pero creo que nunca lo ha sido. Es una realidad que forma parte de la realidad política de España, uno de los países más grandes de la UE, el cuarto país en peso, y ha sido la crisis constitucional más importante de los últimos 45 años. Dicho esto, siempre se ha tratado como un asunto interno español con respeto y como se viven vidas políticas otros países. Nosotros siempre dijimos que esto no nos lo resolverían en Europa, que lo teníamos que resolver nosotros con la política española y catalana. El tiempo nos ha dado la razón. Lo hemos canalizado, porque la política no es conclusiva, de manera razonable entre la política española y catalana. 

¿El ruido del debate de la amnistía a Europa está vivo? 

Sí que está vivo. Claro, quien tienes operando para amplificar este debate es el PP español, que utiliza una de las grandes estructuras de poder en Bruselas, que es el PP europeo, que te da mucho altavoz y muchas… palancas. Han llevado de manera reiterada este debate al Parlamento Europeo, de manera muy irresponsable e incomprensible. Hay que ser honesto, el PP español tiene más palancas en Bruselas que el independentismo catalán. Quien opera en Bruselas son las grandes familias políticas europeas. Aquí es donde hay que valorar que la Comisión Europea, con la amnistía, se haya mostrado muy respetuosa con los procedimientos internos. Nosotros hemos intentado explicar que estas medidas de gracia se pueden encontrar en varias constituciones europeas, que se han registrado unos cincuenta casos durante las últimas décadas y que pretende la normalización política institucional. Una medida extraordinaria para resolver una situación extraordinaria. 

Por lo tanto, más allá del ruido, ¿hay un aval político de la amnistía por parte de las instituciones europeas? 

No diría que hay un aval, pero sí respeto, y respeto a las decisiones europeas. Por parte de la socialdemocracia europea, hay un aval y un reconocimiento de la valentía que ha supuesto el acierto de la amnistía. Nuestro candidato a presidir la Comisión y portavoz de la socialdemocracia europea, Nicolas Schmit, reconoció el acierto de la amnistía esta semana en un acto en Cataluña. La política de reconciliación, de perdón, de mirar adelante es reconocida como mínimo por nuestra familia política, y todo el mundo es consciente que se ha canalizado de forma razonable nuestras discusiones. 

Javi López, el candidato del PSC que aspira a hacer de Europa un frente digno internacional
Javi López, el candidato del PSC que aspira a hacer de Europa un frente digno internacional

Si la crisis migratoria es un debate vivo, quizás es porque la izquierda europea ha permitido que la derecha extrema haya cogido el discurso. Incluso, el hecho de que haya estados que concierten la acogida de inmigrantes a cambio de dinero, decisiones que son francamente feas

Sí. Nosotros esto lo hemos condenado, acuerdos como los que ha llegado Italia con Túnez o Albania para externalizar su gestión de los refugiados son repudiables y de dudosa legalidad internacional. No existe una varita mágica con la inmigración, pero sí que sabemos que la inmigración es un hecho y el asilo un derecho. Con esta lógica, Europa tiene que operar con un marco regulador en materia de inmigración y asilo, y esto es importante en estados fronterizos, como España, para tener mecanismos de responsabilidad y gestión. Frontex es muy problemática… de hecho, su exdirector va de número tres del Frente Nacional de Marine Le Pen en las elecciones del 9 de junio. El concepto es que las fronteras son europeas, no estatales. Sí que me gustaría ir más allá, pero ahora ya hemos hecho un primer paso positivo. Por ejemplo, que en siete días se tiene que responder una petición de asilo. 

¿Tampoco hay varita mágica para la contención de China?

China es un socio estratégico, es la sexta parte de la población mundial y la necesitas para la lucha contra el cambio climático, para rehacer el multilateralismo. Necesitas a China por su rol en el mundo y su influencia en el sur global. También es un competidor económico feroz y es un rival sistémico, porque representa una manera de gobernar autocrática, diferente a la nuestra. Es todo esto, y con estos tres niveles tienes que conjugar una relación. Es un debate en la Unión Europea, probablemente no es un debate tan transparente, pero hay dos opciones, con que Europa se juega la autonomía estratégica de la Unión. La prueba del nueve de si somos autónomos estratégicamente será nuestra relación con China. Hay quien defiende que necesitamos añadirnos y acompañar a los EE. UU. en su política de contención de China. Y los hay que defendemos que nosotros tendríamos que ser capaces de levantar la voz como un tercer bloque y rechazar una lógica bipolar, hacer una fuerza de equilibrio en el mundo y amortiguar las grandes tensiones internacionales, y tener una relación diferente con el sur global. 

¿Ser la Suiza del mundo? 

Sí, pero una Suiza con valores. Tendríamos que andar hacia esta dirección, y nuestra relación con China es importante, pero también estará marcada por quien ocupe la Casa Blanca. 

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