Contra todo pronóstico, la Agrupación Nacional de Marine Le Pen perdió la segunda vuelta de las legislativas y quedó relegada a un inesperado tercer lugar, por detrás del Nuevo Frente Popular y la coalición centrista de Macron, que obtuvo el segundo lugar. Una estrujada que el partido de extrema derecha presenta como una «victoria diferida» que los prepara para las elecciones presidenciales del 2027. Todo y la derrota al conjunto del estado francés, la extrema derecha mantiene la Cataluña Norte cómo uno de sus bastiones y ganó a las cuatro circunscripciones. Expertos consultados por El Món consideran que este resultado es consecuencia de un caldo de cultivo «perfecto» que genera que la población se sienta más próxima a las tesis de la extrema derecha que a las izquierdas o la extrema izquierda. La segunda región más pobre del estado francés y la que tiene unos índices de paro más altos es una tierra que se siente abandonada por París.

El corresponsal francés en Barcelona de Le Parisien, entre otros medios, Henry de Laguérie, señala en conversación con este diario que el éxito de la Agrupación Nacional en la Cataluña Norte «cuadra mucho» con su población. «Es el segundo departamento más pobre de Francia, se siente totalmente ninguneado por París, y esto va más allá de los políticos, porque también incluye las élites económicas y mediáticas». La gente de la región, según dice, se siente «excluida» de una Francia que va bien, porque no los soluciona algunos problemas como el paro o el precio de la gasolina.

Por su parte, el fundador del Círculo de Alumnos del Instituto de Estudios Políticos de París (Science Po), Rodérick Egal, señala que esta victoria «de calle» de la extrema derecha va más allá de la Cataluña Norte porque también ha ganado cómodamente en el Mediterráneo. «La Cataluña Norte es una de las regiones más pobres de Francia» y la combinación de «pobreza y rabia» favorece la extrema derecha». «La gente se siente abandonada por su país», que se centra en París. «Una de las características principales del voto a la extrema derecha es esta sensación de abandono, y la de buscar culpables», sentencia.

Una imagen de Le Pen a su mitin de Perpiñán/Quico Sallés
Una imagen de Le Pen a su mitin de Perpiñán / Quico Sallés

El perfil del votante de Agrupación Nacional en la Cataluña Norte

De Laguérie también hace un perfil del votante de la formación de Le Pen en la Cataluña Norte. Ante todo, remarca que cuando atraviesas la frontera franco-española y llegas a la zona «te das cuenta de que en diez años ha crecido mucho la Cataluña Norte, sobre todo la zona de casas aparejadas». Y, para él, estas zonas son la clave. «Es una periferia que no son barrios muy humildes, son casas que cuestan 200.000 euros, con un pequeño jardín y su barbacoa, y al vivir así se han aislado bastante del centro y los servicios públicos los quedan más lejos», remarca.

En este sentido, añade que son gente que es posible que vivan «más aislados, todo el mundo en su casa, y hay menos vida asociativa, y la Agrupación Nacional ha tenido mucho éxito entre esta clase mediana baja». «Son gente que paga impuestos, pero que tarda un año a concertar una cita con un médico especialista o que encuentra que el nivel de la escuela pública ha bajado», expone. Esto «es un caldo de cultivo perfecto». A todo esto, De Laguérie cree que hay que sumar que la izquierda «ha abandonado una parte de esta población», que no conecta con un progresismo «elitista» que no vive como ellos y los habla de cosas que nada tienen que ver con las preocupaciones de su día a día.

Ninguna sorpresa sobre la victoria de la extrema derecha a Elna

Elna es uno de los lugares simbólicos de la Cataluña Norte, donde la suiza Elisabeth Eidenbenz fundó la Maternidad, una institución humanitaria dedicada a ayudar mujeres exiliadas. En este municipio, que gobierna el alcalde comunista y catalanista Nicolas Garcia, también ganó Agrupación Nacional. Henry de Laguérie deja claro que esto «no es nuevo», porque «ya se ha visto que muchas zonas que eran feudos históricos del Partido Comunista, los electores han pasado directamente a la extrema derecha». En cambio, Rodérick Egal lo atribuye a dinámicas de voto diferentes, dependiendo de si las elecciones son municipales o legislativas, pero también señala que el alcalde tiene buena fama, pero «no para ser comunista, sino porque es él y mujer otra clave». «Hay una tradición francesa del comunismo municipal que ha aguantado desde la posguerra, pero va cayendo despacio y cada vez son menos».

Una calle donde se puede ver un cartel con el nombre del municipio de Elna | ACN
Una calle donde se puede ver un cartel con el nombre del municipio de Elna | ACN

De Laguérie considera que la victoria del partido de Marine Le Pen es «un fracaso de la izquierda» porque la vincula con su distanciación de las clases populares. En este sentido, subraya que la izquierda donde «más éxito tiene» está en el centro de París, o a ciudades como Tolosa o Burdeos. «El Frente Nacional es el partido de la gente que siente que está perdiendo poder adquisitivo con la globalización», argumenta. «Los diputados que hay en la Cataluña Norte de la extrema derecha nadie sabe quién son», opina Egal, pero cree que la gente exprés su «rabia» con su voto contra Macron y «quieren que Jordan Bardella sean primer ministro».

‘La Estaca’ suena en Perpiñán, pero también a París

Por otro lado, Rodérick Egal señala que ha habido una «reacción» de la gente en Perpiñán, donde la extrema derecha «no ha sacado unos resultados tan buenos como las zonas más rurales» de la Cataluña Norte, y ve positivo que la gente de izquierdas haya vuelto a hablar. «Esto es uno de los efectos más importantes de estas elecciones y puede dar frutos en un futuro», apunta.

A su vez, De Laguérie también destaca que en la Cataluña Norte hay gente de izquierdas que «intenta resistir» y añade que hay señales que la izquierda «ha mejorado un poco». De hecho, el periodista fue el autor del video grabado ante el Ayuntamiento de Perpiñán, gobernado por la extrema derecha, mientras sonaba Lo estaca, de Lluís Llach.


«Esta derrota al conjunto del estado francés ha sido una alegría para la izquierda de Perpiñán», explica sobre las conversaciones que tuvo con algunos de los manifestantes sobre la concentración. «Me dijeron que hacía años que no podían celebrar nada aquí», detalla. La canción de Llach, uno de los símbolos de la resistencia antifranquista en Cataluña, no solo sonó en la Cataluña Norte, puesto que tres días antes de la cita electoral sonó en las calles de París. Bailarines y bailarinas de la Ópera de París hicieron una performance y firmaron un manifiesto para dejar claro que había que vallar el paso a la extrema-derecha. Francia ha conseguido un respiro, pero, «en ningún caso, una victoria de nadie», concluyen los dos expertos.

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