Albert Botran (Molins de Rei, 1984) es político de la CUP. Hasta ahora diputado en el Congreso por los cupaires, y quiere volver a repetir la experiencia. Botran hace años que se menea por la actividad institucional, pero continúa con su estilo de historiador y alejado de la estridencia. En esta entrevista insiste que no participarán de ninguna investidura si no hay fecha y pregunta del referéndum. Asegura que la CUP «sube el listón del independentismo» y que son los únicos que aportan «discurso social» al independentismo. Reprocha el papel del PSC y critica «la izquierda fraternal española» por su papel durante el Primero de Octubre a pesar de que defiende que se tiene que hablar.
¿Acerca más a la independencia tener diputados de la CUP a Madrid?
Yo pienso que sí. Subimos el listón, los otros dos partidos que son los que han tenido más responsabilidades de Gobierno son más responsables de la situación de punto muerto que actualmente vive el independentismo. Por partidismo entre ellos, se llevan muy mal. Por eso, la presencia de la CUP sube el listón del independentismo.
¿En qué sentido sube el listón?
Collem para que no haya pasas atrás. En el caso de 2017, está claro. La CUP era garantía que se avanzaba y se llegó al referéndum por la presión que hacía la CUP. Y, en otras cosas, señalamos los retrocesos, como por ejemplo el caso la lengua. De hecho, ya advertimos que el cambio legislativo no era la vía para parar la injerencia de los tribunales. Por otro lado, somos los únicos que aportamos contenido social al independentismo. ERC, a pesar de que se define de izquierdas, hace una gestión muy neutra del Gobierno y nosotros vemos que para ganar nuevos independentistas hay que poner muy contenido en el proyecto independentista. Y esto es subir el listón.
¿Centrémonos, usted dice que ERC no muestra una ideología concreta?
Exacto.
¿Y Junts la muestra demasiada hacia la derecha?
Junts no es Convergència. Esto es verdad. Pero a medida que el Proceso ha ido bajando parece que recuperen la ideología de la vieja Convergència. Los volvemos a sentir a hablar de rebajas de impuestos, que son políticas de derechas, que para mí son contrarias a la independencia, porque la independencia tiene que ser un proyecto que reparta, una nación para todos y todas. En el caso de ERC, es verdad que ideológicamente es dentro de la izquierda, pero tienen el Gobierno de la Generalitat y no se nota. ERC llega a la Generalitat con un discurso de acontecimiento histórico, con el ahora tenemos la presidencia de la Generalitat por primera vez desde el año 1939 y haremos cuatro revoluciones. Son revoluciones que se han ido desvaneciendo y, al final, tenemos unos presupuestos que incluyen Hard-Rock y Quart Cinturón, y sin salir adelante la renta básica. Es una gestión indiferenciada del que haría un gobierno autonomista.
Diría que son los presupuestos del PSC?
Sí. El PSC ha ganado centralidad. Ha conseguido imponer su modelo económico o de negacionisme climático, hacer más carreteras o más aviones, a través de sus acuerdos con ERC.
Subir el listón, estrategia… Uno de los puntos ha sido el intento continuado de utilizar el catalán a la tribuna… Pero qué balance hace la CUP de esta legislatura en el Congreso, qué balance pueden presentar Mireia Vehí y usted?
La cuestión de utilizar el catalán no es menor. Era una acción de denuncia y el objetivo no era solo hablar en catalán en el Congreso, sino una denuncia que hay un conflicto lingüístico y que la lengua que se impone es el castellano. Y esto es necesario recordarlo porque nuestra lengua está reculando en muchos aspectos. En la escuela, el único santuario donde el catalán era hegemónico, y que era el único lugar donde conseguíamos transmitirlo bien a través de un sistema de inmersión del cual estamos orgullosos y fruto de las luchas obreras, también está reculando. Las acciones de denuncia sobre la situación de la lengua sirven para denunciar la situación de emergencia lingüística. Otras cuestiones que aportamos es un discurso que llena de contenido social el independentismo, volamos la independencia por la lengua y la catalanidad, pero que reparta el trabajo y la riqueza, que tenga respuesta a los retos de transición ecosocial y que señale las marras del capitalismo, en una crisis como el actual, que genera más desigualdad y no mitiga el cambio climático. Son cuestiones de discurso que si la CUP no está no se habrían sentido.

Una de concreta?
En el presupuesto militar somos los únicos que hemos puesto el dedo a la llaga. Los últimos presupuestos del «gobierno más progresista de la historia», que se incremente de este modo el presupuesto militar es un contrasentido, una de las contradicciones más grandes a pesar de que ha pasado desapercibida.
En estas elecciones, los catalanes tenemos que tener un marco diferente? ¿Es decir, si para España el eje parece que sea derecha e izquierda, para los catalanes es Cataluña y España, o las dos, pero una con más peso que no la otra?
Nosotros tenemos que hacer valer nuestro objetivo y conseguir explicar que el independentismo es el mejor antifascismo. Nosotros somos la antítesis de Vox y de la extrema derecha. Ellos quieren acabar con la diferencia desde el punto de vista nacional, que dejamos de ser catalanes y que dejamos de hablar nuestra lengua. Nosotros queremos la independencia, precisamente, por el contrario. Queremos defender la catalanidad y que la lengua avance. Ellos defienden los intereses de los poderosos a pesar de que van de partido antisistema, y nosotros queremos la independencia para poner el poder al servicio del pueblo. Ellos van contra el feminismo y el colectivo LGTBI, nosotros los defendemos. Ellos van para hacer ciudadanos de primera y segunda respecto a las personas inmigradas, nosotros volamos una república por todo el mundo… Nuestro proyecto de república catalana se tiene que hacer valer en estas elecciones, no tiene que quedar desdibujado en un frente contra Vox, porque precisamente la manera de acabar con Vox es conseguir nuestra independencia.
¿Pero ustedes insisten que si no hay fecha de referéndum no habrá ningún posible acuerdo?
Exacto. Lo consideramos una cuestión de mínimos democráticos. El que ponemos sobre la mesa no es una cosa de nuestro programa, sino que tiene una fuerza y arraigo a nuestra sociedad, entre un 70% y un 80% está de acuerdo que haya un referéndum. Y tiene una virtud clara, y es que acuerdas las reglas del juego. Pides al otro que juguemos limpio y que se acepte el resultado. Es decir, reconocimiento del derecho a decidir sin represión.
Pero, si el gobierno de España depende de los votos independentistas, puede ser que haya una segunda vuelta y que se acontezca una gran coalición que anule o neutralice la fuerza de los partidos independentistas o el que se conoce como nacionalistas periféricos?
Sí, pero con este gobierno que se suponía un gobierno amigo tampoco nos ha ido mucho bien. El independentismo no ha avanzado con estas condiciones, por lo tanto, la reedición de este gobierno no es una garantía que nos irá mejor, ni cualquier otro gobierno es garantía que nos irá mejor. Siempre tenemos que insistir en la centralidad de la autodeterminación en cualquier escenario. Es difícil ganarlo, no creo que se gane a través de negociaciones de investidura, sino que la fuerza lo tenemos que tener en el país, institucionalmente y en la calle, y nunca nos tenemos que desviar de este objetivo. Además, que internacionalmente tiene que quedar claro que no hemos renunciado, a pesar del 2017 o la mesa de diálogo, esto lo tenemos que recordar a cada coyuntura que se nos presente.

Aprovechar cualquier institución o palanca para introducir el discurso de la independencia…
También pensamos que el Gobierno de la Generalitat no tiene una agenda independentista y esto se nota, hay desmovilización y la bajada del independentismo a las encuestas lo muestran. Y esto porque se ha dejado de percibir que esté al horizonte. Pero, nosotros, a riesgo de hacernos pesados, ya no viene de aquí, hace 50 años que basura de independentistas, haremos el que haga falta porque esta cuestión es central para desencadenar una serie de cambios.
Ustedes admiten que con este gobierno español no los ha ido bien… pero qué nivel de confianza pueden llegar a tener con este tipo de entidad o concepto bautizado o conocido como ‘la izquierda fraternal española’?
Yo creo que esta izquierda prefiere que no exista el conflicto catalán. Esto se vio el 2017, los hace estorbo. Se pusieron de perfil, a pesar de que gente de su entorno se implicó en la defensa de los colegios del 1-O, por ejemplo. Se notaba que preferían que esto pasara, a pesar de que habían tenido un discurso de impugnación del régimen, cuando se dieron cuenta que esta impugnación se estaba haciendo de manera real y efectiva en Cataluña se pusieron de perfil. Fue un error, la izquierda tenía que estar alineada con el Primero de Octubre. Pero, en todo caso, siempre hay de haber un diálogo con estos sectores, y especialmente con los que son del país, una izquierda no independentista, pero sí catalana.
Se pusieron de perfil, izquierda catalana pero no independentista…. No tiene la sensación que es el único momento que se ha puesto en riesgo el régimen del 39 o del 78, como dicen ustedes, que se ha puesto en entredicho y no estaban?
Yo pienso que sí. El 15-M fue un zarandeo social muy grande y contribuyó a tomar una conciencia de clase a sectores muchos jóvenes y a romper el relato del bipartidismo. La oleada feminista ha sido un enorme cambio cultural y es una oleada internacional. Pero el proceso independentista es el que llega más lejos en la hora de sacudir el régimen: obliga a posicionarse las élites, la monarquía, los empresarios, obliga el Estado a utilizar la represión de manera más amplia, con policía, espionaje y jueces… Crea un problema al régimen más grande que cualquier acción de protesta que hubiera existido hasta entonces.
Botran historiador, tengo la sensación que usted sigue Andreu Nin, es decir, que el proceso de liberación nacional va de la mano de la liberación social…
Sí.
Y no ve que a menudo a la izquierda y, en concreto a la CUP, ha habido una revuelta más moral que no material?
Es una crítica interesante a tener en cuenta. Pienso que hay un gran escepticismo respeto que las dos fuerces independentistas principales puedan llevar a cabo esta revuelta. Nuestro deber es ponernos al frente de esta revuelta aunque estemos lejos en fuerza respeto las otras dos. Esto es el que tendría que procurar la CUP con más priorización.
Lo digo porque, a menudo, las formaciones que tienen cierto éxito electoral, encuentran un espacio de confort, de comodidad…
Nosotros tenemos mecanismos para evitar el acomodo como la limitación de mandatos o sueldos, tenemos que entender que los partidos son una herramienta y no una finalidad en sí mismos, que estás aquí dentro de un proceso histórico que empezó antes de que tú y que acabará mucho después de tú, eres aquí en medio, y el objetivo no eres tú mismo sino continuar el trabajo de los que te han precedido y no te tienes que apalancar.
Electoralmente, los resultados indican que cuesta que haya más penetración…
Sí, pero en Girona se demuestra que se puede romper el techo de vidrio, si es que nunca ha existido. Puedes llegar a articular una serie de fuerzas que te hacen ser la más votada dentro las fuerzas independentistas y después puedes hacer una alianza independentista y acceder a una alcaldía. No estamos condenados siempre a tener un pequeño porcentaje en el bloque independentista y se pueden dar cambios en esta distribución.
Antes apuntaba el cierto desencanto o chasco del votante independentista, uno de los debates que ha entrado con más fuerza en este colectivo es la abstención… Incluso, en uno de los tres documentos para decidir si se presentaban a las elecciones, uno era defender la abstención militante. ¿Qué les diría a los que defienden quedarse a casa el 23-J?
Yo cogería una pieza de en Pavo, el músico y exregidor cupaire en Berga, que dice que “hay una cosa peor que un independentismo que no sabe usar su fuerza y es un independentismo que no tiene esta fuerza”. Es decir, que haya muchas críticas muy fundamentadas de carencia de acción del independentismo, que el independentismo pierda peso en las instituciones y lo ganen enemigos del independentismo no crea un escenario mejor para hacer el que tenemos que hacer. Entiendo muchos de los motivos, pero la consecuencia de regalar espacios institucionales no me parece que nos ponga en una situación mejor, simplemente.

Hay tres partidos con posibilidades que llevan la etiqueta independentista. ¿Hay alguna cuestión que se pueda convertir en un punto estratégico de los tres?
Nosotros hemos puesto el referéndum sobre la mesa con la idea de no ser los únicos de defenderlo. Lo hemos planteado a Junts y a ERC y lo volveremos a valorar pasadas las elecciones. Ojalá la fuerza del independentismo se hiciera valer al máximo, que para nosotros es un mínimo democrático. No pedimos la independencia, ya nos la ganaremos, lo único que pedimos son unas reglas del juego limpias.
Además de la petición del referéndum, añaden la amnistía
Hay un problema, el único que ha salido de la mesa de diálogo son los indultos y no dejan de ser una solución parcial y condicionada, porque solo afectan una parte de la represión y porque un juez los puede revocar. Hay todavía muchas personas encausadas y la única solución es la amnistía.
En caso de que se revocaran los indultos, sería un revulsivo?
Sí. Pero el independentismo necesita revulsivos pero también estrategia y objetivos, no podemos vivir solo de reacción.
Depende del resultado de las elecciones, ve elecciones anticipadas en el Parlamento?
No sé qué le pasa por el hacia el presidente Pere Aragonès, pero sí que tiene una mayoría débil y consideramos que es un error haber dado centralidad al PSC. También es un error haber abandonado cosas que la CUP puso en el acuerdo de investidura que profundizaban en esta idea que el independentismo tiene que ofrecer un modelo diferente al país.