El secretario general de Junts, Jordi Turull, ha iniciado la reunión de urgencia de la ejecutiva del partido esta mañana con un aplauso. La sede del pasaje Bofill de Barcelona parecía un casino clandestino. Los miembros de la ejecutiva de Junts han llegado en silencio, bajo la amenaza de sanción de Turull si hablaban, y con los cuellos de los abrigos levantados. El cónclave de hoy debe servir, según el mensaje que el líder de Junts envió ayer a sus subordinados de dirección, para tener un «debate riguroso» de cara a 48 horas que se vislumbran complejas. Todo ello por la petición de cuestión de confianza al presidente español, Pedro Sánchez, que Junts ha llevado al Congreso.

Una maniobra de los de Junts que ha tensionado las relaciones con el PSOE y la Moncloa hasta el punto de que los ecos de Madrid, convenientemente alentados por la derecha mediática, ponían en el horizonte unas elecciones anticipadas. Ahora bien, un elemento ha cambiado la misma negociación. En concreto, una carta de Francisco Galindo Méndez, el mediador que ha presidido las doce reuniones en Suiza entre Junts y el PSOE para tutelar los acuerdos de investidura y la aplicación de la amnistía política y judicial. Galindo ha pedido a Junts que haga el favor de retirar la cuestión de confianza para poder continuar la negociación y lograr los acuerdos pendientes, y lo ha hecho público.

Una imagen de la sede de Junts esta mañana/Quico Sallés
Una imagen de la sede de Junts esta mañana/Quico Sallés

«Rigorosidad»

El encuentro de esta mañana es para decidir cuál debe ser el siguiente movimiento. Es decir, si es necesario hacer caso al mediador y retirar la moción, o bien continuar la tensión hasta el día de la votación, prevista para el miércoles a las cinco de la tarde. De todas formas, la advertencia de Turull ayer a los miembros de la dirección imponiendo la omertà muestra la intención de controlar el relato hasta el milímetro y con una advertencia sobrevenida de quien se mueva no saldrá en la foto. Todo apunta a que la narración de Junts busca justificar una salida, sobre todo a raíz de la carta del mediador.

El argumento es que el relator es uno de los puntos fuertes de la negociación impuestos por Junts, por lo tanto, su palabra iría a misa. El comunicado del mediador es la munición que necesitaría Junts para justificar la retirada de la cuestión de confianza y continuar la legislatura. Mientras tanto, el PSOE y la Moncloa han filtrado acuerdos como la reducción del 20% de los Fondos de Liquidez Autonómica –avanzado por la vicepresidenta económica María Jesús Montero y Oriol Junqueras–, o bien la aprobación de un protocolo del Convenio Europeo de Derechos Humanos que permitirá a los tribunales de alto rango españoles pedir opiniones consultivas al Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH). Ahora, también quedan pendientes la transferencia de competencias de inmigración o la posibilidad de que los Mossos d’Esquadra sean la policía de puertos y aeropuertos.

Comparte

Icona de pantalla completa