Nuevos documentos identifican la conexión de la operación Cataluña de la policía patriótica con el caso de la Banca Privada de Andorra y la persecución contra la familia Pujol Ferrusola. Son dos correos electrónicos entre el excomisario de inteligencia ahora jubilado José Manuel Villarejo y el exdirector del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y Crimen Organizado (CITCO) y exdirector de la Unidad de Delincuencia Económica y Financiera (UDEF), el comisario catalán José Luis Olivera. De hecho, los dos grandes arquitectos operativos de la operación Cataluña como así lo admitían en una conversación del 21 de enero de 2015, difundida por El Món.
Los dos correos exponen claramente la relación entre la examante de Jordi Pujol Ferrusola, Victòria Álvarez, y la trama andorrana que habría conllevado la intervención y cierre de la BPA y su filial española, Banco de Madrid, e incluso con la intervención de la Guardia Civil. Son dos comunicaciones de mayo de 2015 que terminarían de encajar buena parte del relato que a lo largo de los últimos cinco años se ha podido hilvanar sobre el funcionamiento de la policía patriótica y cómo se gestó la operación Cataluña. Dos documentos que podrían incorporarse a los diferentes frentes judiciales iniciados contra la policía patriótica en Andorra y en España y también a la comisión de investigación del Congreso.

Vicky y «el Pujolín»
El primer correo es del 24 de mayo de 2015 y lo firma Villarejo desde su cuenta de correo electrónico empresarial. Lo dirige a Olivera y, posiblemente porque es domingo por la noche y la confianza con el exjefe de la UDEF es sobrada, lo titula Hasta los huevos, con una transcripción sonora al español bien elocuente: Asta los guevos. Primero de todo, el correo sirve para pedirle disculpas por haber tardado tanto en entregar «notas y correos del tema Andorra», algo a lo que se había comprometido el jueves anterior.
Un retraso que justifica porque «hay demasiada tensión» y está «hasta los huevos» del gabinete del ministerio del Interior, de la Dirección Adjunta Operativa del Cuerpo Nacional de Policía (CNP), entonces en manos del comisario Eugenio Pino– único condenado por la operación Cataluña a raíz del caso del pendrive de los Pujol- y el entonces jefe de Asuntos Internos, Marcelino Martín Blas, y el eterno exdirector del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), el general Félix Sanz Roldán. De hecho, lamenta no haberse jubilado antes. En todo caso, también le explica que prepara la reunión con Juan de Villalonga, expresidente de Telefónica, y Corinna Larsen en Londres.
Un encuentro para el que también debe adelantar los gastos, como recuerda que le pasa con Victòria Álvarez, que estaría cobrando por denunciar los supuestos negocios financieros irregulares de la familia Pujol Ferrusola. «La Vicky me pidió el miércoles una compensación por habérsela jugado denunciando al Pujolín, más pasta que, como siempre, le fui anticipando yo y después debo justificar para que Pino me la devuelva, después de que le dije que no me fiaba de que Marcelino me pagara porque no me pedía justificante, señal de que, como mínimo, apuntaba el doble». Es decir, que sospechaba que alguien también hacía negocio con los pagos a Victòria Álvarez a través de los fondos reservados.

«Denunciar a la chusma» y Andorra
Villarejo también reprocha que lo hayan implicado en el caso del pequeño Nicolás y en el de la doctora Pinto, una supuesta amenaza a una prestigiosa dermatóloga víctima donde estaría implicado Javier López Lamadrid, el «compi yogui» de Letizia Ortiz, la esposa del monarca español. A todo este asedio, Villarejo asegura que responderá «denunciando a toda esta chusma de necios» que le están «complicando la vida» después de todas las veces que los ha sacado «de los líos».
Siguiendo este hilo, el comisario le recuerda los mensajes, los correos y las conversaciones con Francisco Martínez, entonces secretario de Estado de Seguridad, donde relata que lo «reprendió». «Le dije que eso del banco andorrano era una cagada y que nadie lo había visto salvo tú, y por eso te negaste a participar en el numerito del Sepnlac», concreta. Hace referencia al correo con el que le reprochaba la operación contra la BPA, y recuerda que Olivera estaba en contra porque «tenía todos los datos y sabía que todo era xungo«. «Simplemente, le dije a Paco que te debería haber escuchado antes de meter en el lío a los yankis y que por algo tú no habías querido participar», enfatiza. «Solo espero que los Cierco nunca levanten cabeza y no puedan volverse contra todos los participantes en esta cagada», opina con relación a Higini y Ramon Cierco, los hermanos propietarios del banco.

«No ser tacaños con Vicky» y «Andorra fue una cagada»
Olivera tarda tres días en responder. No será hasta el miércoles 27, y a la misma hora de la noche, que responde a Villarejo porque ha tenido «viajes y líos». El exjefe de la UDEF replica que está al tanto de los encuentros con Corinna y Villalonga, pero le pide que no se queje del dinero, porque los «cecilios» -miembros del CNI- un día se lo agradecerán. Y le pide que «no insista más» en los gastos. Ahora bien, sí que es contundente con los pagos a Vicky Álvarez: le informa que ha dicho a Martínez que «no sean tacaños con los pagos a Vicky, si no fuera por ella no habría caso Pujolín».
Olivera admite que los correos que Villarejo envió a Martínez, explicando las amenazas, Andorra y las maniobras para tapar al emérito, eran «muy xungos«. «Se nota que estabas enfadado», le reconoce. Y aprovecha esta vía para insistir sobre «eso del banco andorrano». «Tranquilo, ya le dije a él y al resto que era una cagada y lo que no entiendo es por qué se ha hecho, ni los beneficios de haber ayudado a los pujolines dando caña al último banco donde movieron chatarra en lugar de mirar dónde estaba de verdad la suma más grande de dinero», admite en relación a lo que siempre ha defendido Villarejo, que la entidad clave era Andbank y no la BPA.
El exjefe del CITCO también lamenta que utilizaran a un agente de la Guardia Civil, como el comandante Basilio, para contactar con el Tesoro Norteamericano y no utilizaran a los agentes que había destinados en el CITCO para hacer este tipo de operaciones de riesgo. «No entiendo eso de usar a Basilio para hablar con los del FINCEN en lugar de alguno de los picos que están conmigo», critica Olivera en el correo. Además, asegura que la número tres del CNI, la actual directora, Esperanza Casteleiro, le ha dado la razón. De hecho, hay grabaciones largas entre Casteleiro y Villarejo, con Olivera en medio. «Incluso Esperanza me ha dado la razón y no entiende que su jefe aliente esta operación», detalla. «Yo le he dicho que el troll [Sanz Roldán] solo se preocupa de quien se preocupa [Juan Carlos de Borbón] y el resto le importa un bledo y ella lo ha entendido perfectamente», añade. «Sobre lo que puedan hacer los Cierco cuando levanten la cabeza, tranquilo, con la ruina que les ha caído están acabados», sentencia buscando una fecha para hacer una comida con un tercero.


