En los últimos días, el emérito Borbón se ha convertido en uno de los protagonistas de la actualidad. Desde que se fue a Abu Dhabi, sus decisiones lo han puesto bajo la mirada mediática. La demanda presentada contra Miguel Ángel Revilla por supuestas «expresiones injuriosas y calumnias» y la querella contra su examante Corinna Larsen han sido una decisión sin precedentes que podría estar vinculada a su vida en Abu Dhabi.
Desde que se fue a los Emiratos, ha habido muchas preguntas sobre cómo subsistía el padre de Felipe VI y quién se encargaba de pagar su vida de lujos y excesos en su exilio personal. Según ha publicado la revista Lecturas, el entorno de Juan Carlos de Borbón estaría costeando su nivel de vida. «Habrían invertido unos quince o veinte millones de euros», explica el director del citado medio, Luis Pliego. La relación con la ciudad es bidireccional, porque gracias a su estancia, «Abu Dhabi también ha ganado mucho dinero», revela. Parece que esta sólida relación ya no lo es tanto. Si hacemos caso a las informaciones que ha compartido en el programa TardeAR, el entorno del emérito «comienza a estar nervioso». «Esta estancia del emérito debía ser algo más temporal. Llevamos ya casi cuatro años y están pensando cuándo podrán recuperar parte de lo que han invertido», revela el periodista.
¿Qué sentido tienen las demandas que ha interpuesto?
Como decíamos, Juan Carlos de Borbón vive rodeado de lujos y una vida bastante relajada en Abu Dhabi. Tal como ha informado, los amigos íntimos de Juan Carlos estarían pagando una cifra alrededor de los tres millones de euros anuales. Haciendo cálculos rápidos, los últimos cuatro años fuera de España les habrían costado cerca de doce millones. Uno de los motivos por los cuales podría haber demandado a Corinna, exigiendo 65.000 euros, sería este, poder satisfacer los intereses económicos y paliar cualquier problema que pueda tener en Abu Dhabi.
La demanda contra Corinna Larsen
Este mismo miércoles, Pilar Eyre, especialista en royals, ha desgranado algunos detalles de la vida de la examante de Juan Carlos. Corinna Larsen, llamada incluso «la princesa», fue la protagonista de una relación que pasó a la historia como uno de los escándalos amorosos más destacados del emérito. Según explica la periodista en la revista Lecturas, Juan Carlos conoció a Corinna en un momento personal lleno de lujos, viajes y salidas con amigos. «Esta mujer sexy y rubia, con un jersey marrón de cuello alto y pantalones de cuero, lo atrajo inmediatamente. Se pusieron a hablar de caza y al día siguiente consumaron su unión. A partir de ahí, las ansias de Juan Carlos por Corinna se volvieron insaciables, le enviaba ramos de flores a la misma hora en que se habían conocido, le escribía cartas a mano llenas de palabras de amor…», revela Eyre.
Según explica, Corinna se convirtió en una más de la familia. «Juan Carlos comenzó a pasar más tiempo en Angorilla que en su propia casa. Hacían barbacoas en el jardín, citaba allí a sus amigos, le regaló una moto al hijo de Corinna y le enseñó a usarla. Alexander comenzó a llamarlo padre. Corinna tenía la misma escolta que la reina y seguían el mismo protocolo, si quería ir de compras, se telefoneaba a la tienda para que la cerraran», relata. Aquel idilio romántico se acabó cuando Corinna reclamó una indemnización de 146 millones de euros a Juan Carlos de Borbón por unos supuestos episodios de acoso, a ella y a su familia, por un conflicto monetario en el que el emérito quería recuperar 65 millones de euros que le había pedido que guardara.
Ahora Juan Carlos vuelve a la carga después de presentar una denuncia contra su amiga más especial para recuperar el dinero que le entregó en aquel momento. Hoy en día, solo ha trascendido que la demanda se efectuó en Suiza por un supuesto delito contra el derecho al honor. Sea como sea, Juan Carlos continúa generando titulares, incluso estando a tantos kilómetros de su país.
