Meghan Markle dinamitó la familia real inglesa con su llegada. Su marido no perdonó el trato que recibió la actriz, a quien dicen que nunca aceptaron allí dentro. Ante esto, Harry de Inglaterra decidió apostar por su relación y renunció a su título para irse a vivir a Estados Unidos y no volver a representar la corona nunca más. En los últimos tiempos -y, sobre todo, por las declaraciones incendiarias que han concedido- la relación está más que rota. Prácticamente, no han vuelto a verse y dicen que tampoco hablan… cosa que demuestra cómo han cambiado las cosas.
Y es que, en un principio, las fuentes dicen que sí que había buen rollo entre Meghan y su suegro. Carlos de Inglaterra le habría cogido cierto aprecio cuando la conoció y, prueba de esto, sale ahora a la luz el sobrenombre que habría escogido para ella. Se explica en el libro
En aquel momento, se refería a ella así como a una alabanza porque así diría que era una mujer «extremadamente fuerte y difícil de romper».

Meghan Markle y Carlos de Inglaterra no tienen buena relación, actualmente
Meghan Markle no ha visitado a su suegro desde que se sabe que tiene cáncer, como tampoco habría acudido a Londres para mostrar su apoyo a su cuñada Kate Middleton que también se está tratando en varias sesiones de quimioterapia. Se está hablando mucho a la prensa británica sobre este gesto, ya que consideran que es muy demostrativo del estado de estas relaciones.
Se había publicado que Harry tenía la intención de acercar posturas con la familia porque se arrepiente un poco de haberse ido lejos, hasta el punto que habría organizado un viaje hasta allí para intentar calmar las cosas. No lo habría conseguido, sin embargo, ya que Carlos III se habría inventado una excusa para no verlo en ningún momento durante los tres días que se estuvo en la capital inglesa.

La situación parece lejos de mejorar, así que mucho tendrá que esforzarse el príncipe si realmente quiere que lo vuelvan a aceptar en el palacio. También se sabe que habría pedido poder alojarse en alguna de las residencias oficiales, un deseo que tampoco le habrían cumplido. Convertido en la oveja negra de la familia, tendría que pensarse bien qué decir en las declaraciones que concede si realmente quiere que lo perdonen.