Cristina de Borbón y Iñaki Urdangarin están divorciados formalmente, pero eso no impide que ella intente mandar aún sobre su exmarido de vez en cuando. La hija de Juan Carlos y Sofía está preparando las fiestas de Navidad y, por eso, habría estado hablando con el padre de sus cuatro hijos.
Los niños tendrán que repartirse entre Ginebra y Vitoria estas fiestas, ahora que los padres viven separados. ¿Y qué plan tienen? Por lo que han filtrado a la prensa rosa, la madre se quedará en Suiza con el padre y la hermana todos estos días festivos. Y los chicos pasarán unos cuantos días con ellos y, los otros, con la familia paterna.
La novedad de este año está en Vitoria, precisamente, ya que Iñaki pasará la Navidad en la casa nueva por primera vez. Aquí comparte techo con su pareja, Ainhoa Armentia, la compañera de trabajo con quien engañó a su esposa cuando aún estaban casados. Este traslado ha sido una fuente de conflictos con su ex, según dice Informalia, ya que la parejita vive en una de las urbanizaciones más caras de la ciudad a costa del dinero que le paga la infanta española.
¿Dónde pasarán Cristina de Borbón e Iñaki Urdangarin las fiestas de Navidad?
Desde el entorno de Cristina están hartos de criticar que Iñaki viva por encima de sus posibilidades, ya que recordemos que por ahora no tiene trabajo. El exduque de Palma habría intentado que ella le aumentara la pensión, además, pero hasta ahora no lo ha conseguido. El divorcio está firmado y actualmente hay cordialidad en la expareja, pero ella no olvida el mal trago que le hizo pasar cuando se publicaron las famosas fotos de Iñaki con Ainhoa de la mano por la playa.
Aquellas imágenes la convirtieron en cornuda y no quiere volver a quedar en evidencia por culpa de lo que puedan captar los fotógrafos. ¿Qué le preocupa? Básicamente, una posible foto de familia feliz con Iñaki y Ainhoa acompañados de sus hijos: «La infanta no quiere que sus hijos sean fotografiados con ella de ninguna manera«. Por tanto, les está prohibiendo prácticamente que salgan de casa con ellos porque, en caso de hacerlo, sería imposible que nadie los captara ahora que los tienen tan localizados.
«Están descartados los típicos planes de estas fechas de comer fuera de casa, recorrer las calles para ver las luces de Navidad o las compras de última hora«, explican desde el medio digital. Realmente, parece surrealista que tenga voz y voto a la hora de tomar esta decisión. Iñaki Urdangarin es un hombre divorciado, tiene pareja y nada debería impedir que hiciera lo que quisiera cuando está en compañía de sus hijos.
Quizás tiene miedo a un posible castigo en forma de recorte económico, ahora que vive de ella. Sea como sea, quedan pocos días para saber si realmente se quedará en casa encerrado con el rabo entre las piernas o si hará caso omiso a la petición de la exesposa y paseará de la mano de los hijos y de su nuevo amor.
