Guillermo de Inglaterra y Kate Middleton atraviesan un momento complicado. Desde que los médicos confirmaran que la princesa tiene cáncer, han entrado en una espiral de preocupación y angustia constante. El tratamiento está funcionando y, por lo que dicen, se está recuperando a las mil maravillas. De hecho, la vimos en público el mes pasado y está previsto que vuelva a dejarse ver en un acto bien pronto. Las informaciones sobre su estado aparecen día sí día también en la prensa británica, por eso. ¿Cuál es la última cosa que se sabe al respeto? El foco lo ponen en los tres hijos que tienen en común: los pequeños George, Charlotte y Louis.
Estos últimos días se ha dicho que el matrimonio real no se pone de acuerdo con el futuro más inmediato de su primogénito. ¿Tiene que ir al internado carísimo y todavía más exclusivo al que enviaron a su padre y a su tío? Kate Middleton no lo tiene demasiado claro. Y dejando estas discusiones de banda, ahora también se ha sabido el contenido de una reunión familiar que habrían tenido a principios de año para ver cómo gestionaban todo el tema del cáncer. El objetivo estaba claro, proteger los niños fuera como fuera para evitar que sufrieran más de la cuenta.
Se ha confirmado que Kate y Guillem tardaron un par de meses en comunicar a sus hijos que la madre tenía cáncer y que necesitaba recibir quimioterapia. De hecho, ella misma lo explicó en el video con el que anunció que estaba enferma: «Nos hemos tomado un tiempo para explicárselo todo a los niños de una manera apropiada para ellos para poder asegurarles que estaría bien». Ahora,

Kate Middleton intentó proteger a sus hijos durante su estancia en el hospital
En todo momento, han querido garantizar que el día a día de los pequeños no cambiara mucho para que pudieran continuar con sus vidas. No es fácil de gestionar saber que su madre está enferma cuando eres tan pequeño y, para no incrementar sus miedos, Kate Middleton habría dejado dicho que no quería que los niños la vieran conectada a monitores y tubos en ningún momento. Es por este motivo que, durante su ingreso hospitalario, solo su marido tenía permiso para ir a visitarla. Con los pequeños solo habló a través de videollamadas: «Kate no quería que la vieran con la típica bata de enferma y conectada a máquinas«, informan desde la revista.
Desde la Casa Real tenían claro que se tenía que proteger los niños y, por este motivo, habrían tratado con tanto de hermetismo todo el tema del cáncer. Solo la familia y el círculo más próximo saben exactamente qué tipo de cáncer tiene y cómo se ha ido encontrando la futura reina.
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