Quedan pocas semanas para que Elionor de Borbón llegue a Nueva York y ponga punto final a su formación militar a bordo del Elcano. Seis meses y una travesía que pasará por ocho países. Una tradición, o mejor dicho, una obligación que también cumplió su padre. Después de estar tantos meses en alta mar, la hija de Felipe VI y Letizia deberá superar la última etapa de la formación en la Academia del Aire. A bordo del Elcano, ha estado acompañada de 75 compañeros. Elionor obtendrá su titulación como guardiamarina, pero según la información que ha compartido Monarquía Confidencial, la heredera al trono español no se habría esforzado tanto como se esperaba.

Las actividades en la cubierta del Elcano
Como decíamos, la formación de Elionor va más allá de las clases teóricas. El calendario militar incluye la navegación, maniobras, prácticas con armamento y entrenamientos físicos que se realizan en la cubierta del Elcano. Según el citado medio, la joven de diecinueve años habría recibido diversas «amonestaciones informales» por una «falta de esfuerzo en las pruebas físicas». Las fuentes de la Armada que ha consultado el medio especializado en royals, hablan de un esfuerzo «escaso». «Aseguran que estos avisos no suponen una sanción como tal, pero sí que forman parte de los mecanismos internos de disciplina y evaluación», informan.

Durante las últimas semanas, la casa real ha compartido imágenes de las actividades de Elionor, en las que se la ha podido ver colgando de las velas de la embarcación con sus compañeros. Si la información que ha compartido Monarquía Confidencial es cierta, el rendimiento de la nieta de Juan Carlos en cuanto a las actividades físicas no ha estado a la altura de su implicación académica. «No se trata de una cuestión de capacidades, sino de actitud. Ha habido días en que su rendimiento era claramente inferior al de sus compañeros, y esto no ha pasado desapercibido para los comandantes».
¿Qué significan las «amonestaciones verbales»?
Según explica el citado medio, las «amonestaciones verbales» forman parte de un protocolo habitual que busca «corregir la conducta sin abrir un expediente disciplinario». «Es evidente que se esfuerza más en las actividades académicas o de protocolo. El físico no es su punto fuerte, y esto empieza a preocupar». Sea como sea, resaltan que la relación con los compañeros es «excepcional», pero pronto podrá despedirse de estos meses en alta mar, aparentemente con toque de atención.