El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, reduce ahora las expectativas de su reunión con el homólogo ruso, Vladímir Putin, prevista para el próximo viernes en Alaska. El encuentro, muy criticado por Ucrania y la Unión Europea por la ausencia de Volodímir Zelenski, tiene «un 25% de probabilidades de fracasar», según la Casa Blanca. En todo caso, de las conversaciones entre Trump y Putin no debería surgir una propuesta de acuerdo de paz; sino que se aclararían los términos para un entendimiento que el presidente ruso debería ratificar con Zelenski. «Sería muy conveniente que tengamos una buena reunión, porque dejaré que ellos negocien su pacto, no lo negociaré yo», declaró Trump en un encuentro con los medios.
Según el Despacho Oval, la conversación entre Trump y Putin versará sobre algunos de los elementos clave de la potencial paz en Ucrania, como los límites territoriales de la expansión rusa o el acceso a las tierras raras que produce el país. Aun así, Washington no quiere aventurarse a avanzar un resultado. «La segunda reunión sería la más importante, porque es donde llegarían a un acuerdo. Pero no quiero ni insinuar que habrá una segunda reunión», matizó Trump. El mandatario se mostró especialmente prudente, contra su estilo usual, en un tema que se ha alargado mucho más de lo que esperaba. Cabe recordar que en campaña prometió «detener la invasión en Ucrania en 24 horas». Siete meses después de su investidura, pues, intenta enfriar los ánimos entre los suyos.

Zelenski, en Londres
Por su parte, el entorno europeo busca incluir a Zelenski en la conversación. Tras las críticas de la Comisión Europea al enfoque unilateral de Trump hacia Putin, el primer ministro ucraniano se ha reunido con su homólogo británico, el laborista Keir Starmer, para aclarar «las expectativas» ante la cumbre en Alaska. «Continuamos coordinando nuestras posturas», aseguró Zelenski, con las potencias aliadas. De la mano de Downing Street, intenta «presionar» a Putin para que abandone la ofensiva y permita «un diálogo auténtico» entre las partes. Si este diálogo no se da, sin embargo, Kíiv sigue buscando apoyo militar. En este sentido, asegura que los suyos tienen «un potencial significativo para incrementar el volumen de producción» en segmentos como el de los drones, pero «necesitan urgentemente financiación para hacerlo». Una financiación que buscan, por ahora, entre sus socios comunitarios.
Intercambio de prisioneros
Mientras tanto, en el frente, ambos implicados continúan avanzando para aproximar las posturas. Este jueves, las autoridades rusas y ucranianas han completado el intercambio de cerca de 170 prisioneros de guerra, unos 84 por cada bando. Según confirmó Zelenski, entre los liberados hay militares retenidos en suelo ruso desde 2014, y «casi todos necesitan atención médica y rehabilitación». Similar ha sido el mensaje del ministerio de Defensa ruso, que ha anunciado que los soldados intercambiados «recibirán asistencia médica y psicológica». El acuerdo se ha producido bajo la vigilancia de los Emiratos Árabes Unidos, que asegura que «continuará con los esfuerzos para garantizar el éxito de las diversas iniciativas para alcanzar una solución pacífica al conflicto».