La guerra entre Ucrania y Rusia ya hace más de un año que funciona y continúa levantando mucho polvo en todo el panorama internacional. El debate ahora se centra en la Casa Blanca donde Joe Biden se debate sobre si enviar armas de dispersión a Kiev para apoyar a las tropas de Zelenski. A pesar de que aparentemente parezca que no es una decisión que comporte más factores, los daños colaterales que podría tener la decisión de enviar este tipo de armamento en Ucrania son bastante elevados teniendo en cuenta que Convención sobre las Municiones de Dispersión de 2008, firmada por varios países aliados, prohíbe el uso, desarrollo, producción, adquisición, almacenamiento y transferencia de esta clase de armamento.
En este sentido, y viendo que no ejerce una posición común entre los diversos países que conforman la OTAN al respeto, el secretario general de la organización internacional, Jens Stoltenberg, ha querido dejar en manos de los aliados decidir si suministrar o no estas armas a Zelenski. La decisión que iría acuerdo con la Convención del 2008 sería la más lógica, puesto que más de un centenar de países la firmaron. Ahora bien, los Estados Unidos no lo han firmado en ningún momento, motivo por el cual, al no formar parte del pacto internacional, están sopesando hacerlo o no. «Una serie de aliados han firmado la convención y otras no. Es una decisión individual decidir sobre la entrega de esta asistencia militar en Ucrania. Es cosa de los gobiernos y no de la alianza», sentencia el líder político de la OTAN.

Posición complicada por Washington
Si decidieran hacerlo, y viendo que Zelenski se lo pide, Washington podría ponerse en una situación tensa con los aliados. El punto de complejidad, también, que dificulta tomar una decisión es que son unas bombas que quedan repartidas por el territorio y que podan explosionar más adelante, suponiendo así un peligro más elevado por la población civil. En este sentido, pero, el secretario general del OTAN subraya que se libra una «guerra brutal» y que la munición de dispersión se usa en el escenario ucraniano por ambas partes. La diferencia, según recalca, es que Rusia lo usa para perpetrar «una guerra de agresión y una invasión y Ucrania para defenderse». Así pues, habrá que esperar a ver qué decisión toma Biden en los próximos días.