El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, pierde enteros para optar a la reelección el próximo mes de noviembre. Según ha avanzado el digital estadounidense Axios, varias figuras «prominentes» del Partido Demócrata habrían endurecido su postura contra la continuidad del candidato en medio de una intensa crisis por sus problemas de salud que lo ha situado lejos de su rival, Donald Trump, a las encuestas. Según el medio, «los principales líderes de la formación, sus amigos y donantes clave creen que no puede ganar, no puede cambiar la percepción pública y no puede mantener mayorías en el Congreso». Entre los nombres que han girado la cara al líder en las últimas horas constan figuras de la talla de la expresidenta del Congreso, Nancy Pelosi, o el líder de la mayoría demócrata en el senado, Chuck Schummer.
La nueva ofensiva Demócrata llega poco después de que el presidente se haya visto obligado a cancelar un acto de campaña en Las Vegas después de dar positivo en Covid. Las presiones por parte de líderes de su partido han provocado que, incluso, el mismo candidato deje entrever que se plantea dar un paso al lado: en una entrevista con la cadena BET News, conducida por el periodista Ed Gordon, Biden aseguró el pasado miércoles que «si sufriera algún estado médico, si un médico dijera que tengo un problema», sacaría su nombre del boletín. Ahora, pero, asegura «encontrarse bien»; y resiste todo y el giro de encuestas y medios contra su figura.
Justo es decir que la pérdida de Biden en esta gira es especialmente peligrosa para los Demócratas. El presidente se preparaba para dirigirse en las comunidades latinas de la costa oeste, tradicionalmente próximas a su partido y clave para un buen resultado en noviembre. A pesar de la desaparición temporal de los actos de campaña, la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, ha asegurado que el mandatario «continuará ejerciendo todas sus funciones en el completo»; si bien lo hará desde su residencia en Delaware, donde volvió justo después del diagnóstico.
20 Demócratas en contra
Más allá de filtraciones a medios, ciertas figuras del partido han llegado a plantearle la retirada frente a frente. Es el caso, según avanzó a principios de semana la CNN, del representante Demócrata del estado de Colorado, Jason Crown, que en una videoconferencia reclamó la salida de Biden alegando la «preocupación de los votantes» por su estado de salud. También se ha añadido a los reproches Adam Schiff, congresista californiano y voz relevante del partido en uno de sus feudos históricos. «Creo que es hora que pase la antorcha y, al hacerlo, asegurar su legado y permitirnos derrotar Donald Trump», reclamaba Schiff, también candidato a una de las dos sillas californianas en el Senado, en una piada a su cuenta de X. A parecer suyo, mantener el presidente al boletín acerca una segunda presidencia de Trump, hecho que «socavaría los cimientos mismos de la democracia estadounidense».

Dudas crecientes
La situación de Biden respecto de su electorado y partido, desde el debate televisado contra Donald Trump que hizo saltar todas las alarmas por su mala salud, ha empeorado en los últimas jornadas. Especialmente a raíz de su participación a la cumbre de la OTAN a Washington, donde confundió el primer ministro ucraniano Volodimir Zelenski con el presidente ruso Vladimir Putin; y la vicepresidenta y prospectiva acompañante de boletín Kamala Harris con su rival republicano. La mala imagen del comandante en jefe, unida a la acelerada de Trump a las encuestas después del intento de asesinato contra él a un mitin a Butler, Pensilvània y el nombramiento del popular senador ultraderechista del estado de Ohio J.D. Vance como candidato a vicepresidente, dejan atrás los Demócratas en unos comicios clave para el futuro de la primera potencia de occidente.