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Gemma Puig: «Los veranos más cálidos que se esperaban para 2030 o 2050 ya están aquí»

Si hace unos 20 años, cuando estudiaba Ciencias Físicas, le hubieran dicho que acabaría siendo mujer del tiempo, no se lo habría creído. De hecho, su llegada a la CCMA fue «una batería de consecuencias de la vida». Entró para hacer las prácticas de la carrera y se quedó. Gemma Puig es ahora la subdirectora del Departamento de Meteorología de la Corporación y, cuando hace el espacio del tiempo, quiere transmitir al público la riqueza de Cataluña y de la meteorología del territorio. En esta entrevista, reflexiona sobre la relación de fenómenos meteorológicos como la sequía con el clima mediterráneo y cómo afecta el cambio climático a su frecuencia e intensidad. También habla sobre la importancia que los meteorólogos que tienen que informar del tiempo asuman la tarea de concienciación y divulgación sobre la situación al planeta. Las redes sociales, cada vez más utilizadas como canal de información, también son una herramienta útil para estos profesionales.

Situaciones como la sequía, que afectan nuestras vidas de manera directa y diaria, ¿hacen crecer el interés de la sociedad por la meteorología?

Las situaciones extremas, como la sequía, hacen que la gente se preocupe más o se interese más por la meteorología. En el fondo, nos preocupamos más de una cosa cuando nos está afectando y en esta situación que estamos viviendo ahora de sequía, la gente está más preocupada por si lloverá. Siempre queremos que llueva, cuando es verano la gente quiere que llueva para que refresque o porque nos hace falta agua, pero cuando hay situaciones de sequía hay este interés añadido de preguntarse cuándo lloverá, dónde y con qué intensidad. La gente muestra más interés porque estamos inmersos en esta sequía. Que no llueve es una evidencia. No hace falta que te guste mucho la meteorología, pero si recuerdas el último día que abriste el paraguas, en muchos sitios hace muchas semanas o meses que no pasa.

Pero no es la primera vez que Cataluña vive una situación como esta. A lo largo de los años hemos sufrido varias sequías.

De sequías siempre ha habido. Ha habido hace muchos años y últimamente ha habido más a menudo, todos recordamos la del 2006-2008, cuando llevaban el agua en barco. La memoria reciente tiene sequías, pero sí que es verdad que venimos de todo un 2022 muy cálido, con un verano muy cálido y temperaturas muy altas en octubre y, incluso, en Navidad. Venimos de situaciones de temperaturas muy altas y añadimos la falta de agua y de lluvia. Esta sequía no es la más fuerte que hemos tenido porque la del 2006-2008 las reservas de agua bajaron al 20% y ahora nos situamos al 25%, pero igualmente hay muchas comarcas y poblaciones de Cataluña que están en emergencia o en excepcionalidad. En el momento que los efectos de esta sequía no solo afectan los agricultores, los animales y los bosques, sino que afecta directamente a las personas, es cuando coge este grosor de importancia. Sí, ha habido otros, pero esta es una sequía en que hace más de dos años que no tenemos lluvia abundante que nos saque de esta sequía.

Es cierto que todavía no estamos a los niveles de la sequía de hace 15 años, pero ¿vamos por el mismo camino o podría llegar a ser peor?

Cuando alguien te pregunta cómo se arregla la sequía, la respuesta evidente es lloviendo. Cogiendo de referencia la de 2006-2008, ¿qué pasó después? ¿Por qué salimos? Porque llovió y llovió mucho. Tuvimos una primavera muy lluviosa, cayeron entre 400 y 500 litros entre abril y mayo y en las cabeceras de los ríos, que es donde va más bien que llueva para salir de la sequía. Nos va muy bien que llueva en todas partes, para mojar el terreno, los bosques y por los cultivos, pero nos va muy bien que llueva en las cabeceras de los ríos porque son la reserva de agua. ¿Qué está pasando ahora? Estamos al 25% y no estamos tan mal como en 2006-2008. Hemos tenido un abril muy seco.

La primavera es una época muy lluviosa y es cuando se espera que lleguen las lluvias. En abril no llegaron, pero ahora en mayo está lloviendo. No llueve en todas partes porque hay lugares de Poniente, del Camp de Tarragona o interior del Ebro dónde ha llovido nada o muy poco, pero sí que va lloviendo. Estamos cambiando y en esta primera quincena de mayo ha cambiado la tendencia y tenemos chubascos que nos traen cada tarde 10, 15, 20 o 30 litros. Esto no nos saca de la sequía, pero nos va bien y ayuda. Ayuda que vayamos mojando, para que las reservas de agua no bajen y toda esta lluvia es buena, a pesar de que necesitaríamos unas lluvias más abundantes y más continuadas. La tendencia ha cambiado y parece que estos primeros 15-20 días iremos teniendo agua.

Gemma Puig, meteoróloga, TV3 12.05.2023 / Mireia Comas
La meteoróloga de TV3 Gemma Puig trabaja en la casa desde hace más de 20 años y es el actual subjefe del Departamento de Meteorología / Mireia Comas

Entre sequía y sequía, ¿se han hecho cosas mal? ¿Se han tomado las medidas adecuadas?

Se ha aprendido, eso es verdad. Siempre que hablamos de calentamiento global, de cambio climático, de crisis climática, aparte de intentar de mitigar los efectos, también nos tenemos que adaptar y tenemos que aprender. De la sequía de 2006-2008 aprendimos que no existe el botón de hacer llover y pusimos más recursos para desalinizar. Se hizo la planta del Prat de Llobregat y se aumentó la capacidad de la de Blanes. Entre aquella sequía, la de 2015-2016 y esta hemos aprendido que hay otra manera de conseguir agua y es la regeneración. En esto también se está haciendo mucho. El circuito que antes devolvía el agua de nuestras casas al río rápidamente, ahora la volvemos a subir a mitad del curso de río, la regeneramos y la podemos volver a hacer entrar a nuestros hogares. Hemos hecho cosas, pero siempre se tiene que hacer algo más porque estas sequías se pueden repetir más a menudo y quizás sean más largas y más intensas. Si no hubiéramos aprendido de la sequía de 2006-2008, ahora hubiéramos entrado en estado de emergencia antes.

En Cataluña, ¿la sequía tiene relación con el cambio climático, con el clima mediterráneo o es una mezcla de los dos?

En un fenómeno concreto, puntual, no se puede valorar si es una aportación directa del cambio climático, pero sí que, como clima mediterráneo y si buscamos efemérides, ha habido sequías toda la vida. La diferencia es que el calentamiento global afecta a su frecuencia e intensidad. Las sequías cada vez serán más frecuentes y más intensas. Lo mismo pasa con las trombas de agua, las inundaciones, las olas de calor… Toda la vida ha habido estos fenómenos, siempre ha habido trombas de agua porque estamos en el Mediterráneo, porque tenemos viento de levante, porque tenemos un mar Mediterráneo… pero también es verdad que tenemos un mar Mediterráneo que cada vez se calienta más. Su frecuencia e intensidad nos muestra que esto se está acelerando.

La mayoría de los países del mundo están concienciados en la lucha contra el cambio climático y ya hace tiempo que se está hablando de evitar que el calentamiento global crezca excesivamente. Se habla de limitar el calentamiento global a 1,5 grados, 2 máximo. ¿Vamos por el buen camino?

Se habla de 1,5 grados, pero también tenemos que recordar que, por ejemplo, este verano, la temperatura global en Cataluña el 2022 fue de 1,2 grados por encima de lo que tocaría. Vamos de prisa. Cuando hablamos de cambio climático hablamos de escenarios climáticos y, por lo tanto, hablamos a largo plazo, 2030-2050. Este verano en Cataluña, la anomalía de temperatura llegó a los 2,5 grados. Esto no quiere decir que ahora cada año tengamos este verano tan cálido, pero sí que nos hace pensar que los veranos que se esperaban para 2030 o 2050 ya están aquí. No cada año, claro, pero nos podemos hacer una idea que iremos hacia aquí. El verano que hemos tenido este 2022 será a lo que nos tendremos que adaptar en el futuro.

Gemma Puig, meteoróloga, TV3 12.05.2023 / Mireia Comas
La meteoróloga de TV3 Gemma Puig reflexiona sobre la relación de los fenómenos meteorológicos y el cambio climático / Mireia Comas

Más allá del 2050, ¿qué se puede esperar para el resto del siglo XXI si las cosas continúan así?

Cuando hablamos de escenarios climáticos son pronósticos que dependen del grado de implicación y de las acciones que se hagan y de la concienciación de la población y de los gobiernos. Por lo tanto, podemos hablar de este 1,5-2 grados o nos podríamos disparar a cifras que ya serían muy inverosímiles y muy difíciles de soportar. La idea es ir aprendiendo y tomando medidas para que este calentamiento global no sea exponencial, sino que podamos llegar a mantener y no disparar este aumento de la temperatura.

¿Se está haciendo suficiente para conseguir limitar el calentamiento global?

Yo creo que se está haciendo, quizás se tendría que hacer más y, a veces, tomar medidas algo más drásticas en algunos casos, pero sí que es verdad que, como las cosas ya están pasando y algunos fenómenos o datos extremos son una realidad, la gente también reacciona. Por ejemplo, hay más avisos del Servicio Meteorológico de Cataluña o de Protección Civil. También se están haciendo pruebas para poder tener estas alarmas al móvil y avisar la población de una alerta por un fenómeno que puede llegar. En el trabajo de meteorólogos o de hacer previsiones del tiempo, ya estamos aprendiendo el longcasting, a poder predecir rápidamente hacia dónde se desplazará una tormenta para poder avisar a la comarca o población que viene después. Se está haciendo suficiente o no, pero se están aplicando medidas porque algunas de las cosas que tenían que pasar en el futuro ya están pasando. ¿Las situaciones se están agraviando en algunos casos y se están haciendo cosas, pero se tendrían que hacer más y tomar más medidas? Seguramente sí, y no se tiene que bajar la guardia.

Con esta realidad sobre la mesa y la importancia de saber explicar bien el que está pasando, ¿qué relevancia coge una meteoróloga y concienciada en el cambio climático?

Nosotros, como meteorólogos, divulgadores y personas que estamos en los medios de comunicación, tenemos el trabajo del pronóstico del tiempo de hoy, de mañana. Pero, por nuestra formación, seguramente siempre hemos tenido el pensamiento de mirar los escenarios futuros, en este calentamiento, las emisiones de CO₂. El cambio de nombre de cambio climático a crisis climática es donde ves que tienes que actuar y, como hombres y mujeres del tiempo, nos dedicamos a la divulgación de estos contenidos y tenemos la tarea de explicar y concienciar la población.

Las redes sociales, cada vez más utilizadas como medio de información, ¿son útiles para hablar de clima y meteorología?

Las redes sociales tienen esta parte buena y esta parte mala, como en todos los ámbitos, este anonimato con que todo el mundo puede decir la suya. Pero sí, es una buena herramienta porque también nos tenemos que meter en la cabeza que muchas personas se informan a través de las redes sociales. Nosotros, en el ámbito de televisión y radio, de corporación, ya tenemos el Departamento de Meteorología desde hace muchos años. Es el único departamento que suministra todos estos contenidos a la televisión, a la radio, al portal y a las redes sociales. Tenemos que diversificar porque no todo el mundo se informa del mismo modo, y las redes sociales permiten que puedas recibir información de otros organismos oficiales, otros lugares del continente y del mundo. Como meteorólogos, también recibimos algunas de las informaciones por las redes sociales. Es una fuente de información y, evidentemente, tienes que discernir entre lo que es real, lo que es verdad y lo que es mentira, pero es fuente de información.

¿Cada vez hay menos negacionistas?

Hay y habrá siempre, pero creo que hay menos negacionistas por la evidencia. Al final, cuando van pasando cosas (inundaciones, sequía que se alarga, ola de calor…), cuando tienes todos estos fenómenos juntos en un espacio reducido y escuchas “esto no había pasado nunca”, creo que hace que cada vez la gente es más consciente de esta emergencia climática.

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