La historia reciente de Cataluña no se puede entender de ninguna forma sin hablar del modernismo. A pesar de que los monumentos más conocidos, como la Sagrada Familia o la Pedrera, se encuentran en la capital catalana, el mosaico modernista catalán no empieza y acaba en Barcelona, sino que está presente en todo el territorio catalán. Cuando hablamos de modernismo, el primero en quien pensamos es Gaudí, pero no fue el único exponente de esta expresión artística. Su compañero, Josep Maria Jujol, con quien colaboró estrechamente en varias ocasiones, creó varias obras arquitectónicas que han quedado para la posteridad. Muchas de ellas se encuentran en Sant Joan Despí (Baix Llobregat), a poco más de veinte minutos del centro de Barcelona. El Ayuntamiento de esta población ha creado un itinerario que recorre las siete creaciones del autor en la localidad.
Se trata del Itinerario Jujol. Empieza a Can Negre, uno de los símbolos ‘jujolianos’ por excelencia de Sant Joan Despí. Ubicada al número 1 de la plaza de Cataluña, también es el centro neurálgico del Centro Jujol y forma parte de la Red de Museos Locales de la Diputación de Barcelona. Desde entonces se anda hasta la Torre de la Creu, la suya primera obra de la localidad. Se trata de una torre fácilmente reconocible por las formas onduladas de la parte superior, acabadas con un ‘trencadís’ de colores amarillo, verde y azul. El tercer punto de la ruta es la Torre Jujol, la que fue casa suya durante las largas estancias que hacía en Sant Joan Despí, a pesar de que hoy en día solo se puede visitar la fachada.
La segunda parte de la ruta
Los siguientes dos puntos del itinerario también son fachadas. Se trata de la fachada de la Torre Serra-Xaus, definida como el edificio de formas más modernas dentro de la obra de Jujol en la localidad, seguida de la fachada de la Casa Rovira. Se trata de una fachada dedicada a San Antonio Abad. Entrando en el tramo final del itinerario, los visitantes podrán acceder en la Iglesia San Juan Baptista, una de sus obras religiosas basada en el simbolismo, la decoración colorista y las formas naturales. Por último, la puerta del taller del cerrajero de Josep Oliver es el punto final del itinerario. Allí se puede ver la influencia que ejercía Jujol en los artesanos con quienes trabajó a lo largo de su vida como arquitecto.