Dos años después de que la empresa La Ducale cerrara sus puertas y dejara la Cataluña Norte sin proveedor de «cartas catalanas», Òmnium Cultural ha recuperado las «cartas catalanas» con un nuevo juego inspirado en los dibujos de la casa Dessoris, el último productor de cartas de Perpiñán. Este movimiento de la asociación cultural independentista busca dos objetivos como son evitar perderlas y recuperar la memoria histórica. Para afrontar este reto desde Òmnium lanzaron una campaña popular en la que se recopilaba información a través de la gente mayor sobre qué juegos se jugaban con estas cartas y cómo podrían volver a producirlas. Una de las dificultades de Òmnium fue que ninguna empresa tuvo la intención de reeditar las cartas y, al mismo tiempo, Ducale no les cedió los dibujos; motivo por el cual la ilustradora Pam LeBrú tuvo que inspirarse en los de la casa Dessoris para hacer nuevos dibujos.

Las «cartas catalanas»

Cabe destacar que las «cartas catalanas» no son exclusivas del principado. Fuera de la Cataluña Norte se las conoce popularmente como ‘baraja española’ y están bien extendidas en las diferentes sociedades mediterráneas. Su origen se remonta a la mitad del siglo XIV, cuando llegaron provenientes de Oriente. Perpiñán fue uno de los primeros lugares donde se produjeron estas cartas; de hecho se calcula que su origen en Perpiñán data de 1399. Òmnium ha impreso un millar de ejemplares y se espera que a partir de este viernes ya se puedan ver en Perpiñán y la Cataluña Norte.

Algunos de los palos de las cartas catalanas | Gemma Tubert (ACN)

Una baraja que te enseña una decena de juegos

Además de la baraja, los usuarios podrán encontrar un documento donde se explica la historia de las «cartas catalanas» y otro documento -con el título ‘Reglas de los juegos’- donde se explican qué juegos se pueden jugar con las barajas, como puede ser el Truc. Algunos de estos juegos Òmnium los ha podido documentar gracias al testimonio de personas mayores. El presidente de Òmnium Cultural en la Cataluña Norte, Guillem Dalmau, ha asegurado que algunos de estos juegos «se habían perdido» y otros «se jugaban en los años 40 o 50».

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