Hace pocos días, Xavi Valls se reincorporó a su trabajo al frente de Onze. El presentador de Esports 3 explicaba que había vuelto a nacer después de sufrir un infarto el pasado mes de julio. En su regreso a TV3 agradeció las muestras de apoyo y el trabajo de los médicos que «le salvaron la vida«. Esta semana, sin embargo, ha estado acompañado del periodista Sergi Mas en el programa Tot es mou, donde han hablado con Helena García-Melero sobre los problemas de salud que han sufrido ambos este verano.
Xavi Valls recuerda el infarto que sufrió
El periodista de Esports 3 explica que el infarto lo sufrió el pasado 23 de julio, una fecha marcada para siempre en el calendario porque es el día que volvió a nacer. ¿Cómo se dio cuenta de que había algo extraño? Explica que empezó a notar dolor en la boca del estómago, aunque pensaba que podría haber sido algo que le había sentado mal. «Volviendo a casa, a 30 minutos de llegar, noté un dolor insoportable. Era tan fuerte que salí y paré donde pude, además iba solo. Llamé al 112, y para que yo llame a la ambulancia me tengo que estar muriendo».
Vieron que era mucho más serio de lo que parecía y lo enviaron directamente en helicóptero al Hospital de Bellvitge. Allí, el médico le realizó un cateterismo porque tenía una arteria obstruida. «Me tuvieron en la UCI un día y después en el hospital al lado de casa. Una vez tienes la reparación hecha y la medicación que debes tomar, ya está», explica el periodista.
Su madre, su gran preocupación
En aquel momento, Valls solo podía pensar en su madre y en su familia. «He tenido una vida plena, he llegado hasta los 64 años, a mi hijo le dejo un pisito…, puedo morir en paz. Lo peor que le puede pasar a una madre es que se le muera un hijo. La mía ya perdió uno y no podría ver morir a otro», explica. «Pedid perdón a quien debáis perdonar porque la muerte no la podemos evitar», expresa Valls.
Sergi Mas revela que sufrió un ictus a principios de agosto
Sergi Mas también ha participado en este programa y allí ha revelado que el pasado 1 de agosto sufrió un ictus durante sus vacaciones de verano. Estaba hablando por teléfono con una amiga cuando de repente notó como una punzada de aguja muy fuerte en el corazón. «En medio de la conversación sentí la punzada y se me cayó el móvil de la mano. Cuando intentaba recogerlo volvía a caer todo el tiempo. Yo ahí no me di cuenta de que había sufrido un ictus».
Al día siguiente cuando se levantó se puso a escribir como hace habitualmente y se dio cuenta de que su caligrafía no estaba bien. «Intenté escribir la B de buenos días y me salió como un garabato, como si fuera un niño de P-3. No relacioné ambas cosas», explica. A la hora de almorzar notó que tampoco podía agarrar bien la cuchara y 18 horas después del ictus que había sufrido, sin saberlo, fue cuando efectivamente el médico le dio el diagnóstico. Lo tuvieron unos días en observación y ahora ya está completamente recuperado. De esta experiencia ha extraído una reflexión importante: ha decidido vender la moto. Pero por encima de todo, confiesa que ahora se toma las cosas de otra manera.
