TV3 emitirá, esta noche, el Sense Ficció más controvertido de esta temporada. Después de que algunos trabajadores acusaran a la cadena de cometer «censura» al intentar evitar que se publicara, finalmente el reportaje Alerta inundable verá la luz. Desde la dirección siempre habían mantenido que lo único que habían hecho era posponerlo considerando que había elementos que necesitaban más investigación. Y es que este no es un tema sencillo, ya que pone sobre la mesa las presiones que habrían recibido los trabajadores de la Agencia Catalana del Agua por parte de los ayuntamientos y algunos de sus jefes para permitir construir en zonas inundables durante la primera década de los años 2000.
Cuatro exempleados de la Agencia Catalana del Agua explicarán, por primera vez, cómo funcionaban estas presiones. El programa quería investigar sobre la construcción que se había hecho, durante muchos años, en zonas inundables. ¿Cómo es que la ACA lo había permitido? Pronto, tuvieron claro que necesitaban «un anónimo» desde dentro para revelar qué había pasado exactamente. Tardaron meses, dicen, pero pudieron encontrar cuatro exempleados que les hablaron directamente de «prácticas y presiones» muy fuertes durante la época del boom inmobiliario.
Los testimonios se mantienen en el anonimato, ya que es la única manera de evitar que sufran represalias. Tampoco dirán el nombre de los jefes, los alcaldes y las localizaciones exactas de los proyectos porque, si no, sería muy fácil que los señalaran. El objetivo y la idea central se mantiene inalterable, sin embargo, demostrar que esta era una práctica extendida y habitual durante la primera década de los 2000.
Eso sí, no dudarán en reproducir parte de las transcripciones literales que han hecho de las conversaciones que mantuvieron con todos ellos. ¿La función de uno de estos trabajadores que da su testimonio? Revisar las solicitudes de ayuntamientos o particulares relacionadas con el urbanismo y ver si eran compatibles con la inundabilidad de la zona. ¿Tomaban las decisiones con libertad, les preguntan? Pues parece que esta era una libertad «un poco disfrazada»: «Nuestros informes tenían un peso muy importante y a veces estaban en contra de los intereses de los ayuntamientos. Y entonces aquí venía el conflicto».

Cuatro exempleados de la ACA sacan a la luz las presiones que recibían para hacer informes favorables
«Cuando hacías un informe desfavorable y, por tanto, les negabas la posibilidad de construir, se enfurecían. Recuerdo reuniones con algunos alcaldes que parecía que viniera un ministro. Tenían un crecimiento urbanístico muy potente y yo recuerdo que el responsable de la delegación de urbanismo de allí era el terror de mi jefe. Y el alcalde ni te cuento«, escucharemos en este documental tan esperado.
«La presión la encontrabas en llamadas telefónicas, en correos electrónicos y la encontrabas en reuniones. Es un choque entre lo que dice la información técnica de un ingeniero respecto a los intereses determinados. Económicos, políticos, los que sean», añadirán. De hecho, uno de estos testimonios sacará a la luz un caso muy paradigmático cuando una gran empresa quiso hacer una nave industrial en una zona inundable y «movió cielo y tierra» para hacerlo posible: «La idea inicial era que esto se aprobara directamente y sin decir ni mu. Que dices… hombre… para hacer las cosas así no hace falta que tengas una Agencia Catalana del Agua!«.
Todos ellos se encontraban que, de manera constante, cuando presentaban un informe desfavorable les hacían revisar «7 y 8 veces» porque, a criterio de sus jefes, no salía tal y como el ayuntamiento tenía las expectativas; una interferencia en la decisión de los técnicos que aseguran que era «rutinaria«. Incluso en algún caso concreto llegaban a pedirles directamente que cambiaran la favorabilidad del informe: «Si decías que no era favorable, te hacían poner que tenía que ser favorable».
Se trata de una práctica muy grave que ponía en riesgo los edificios y, por tanto, los ciudadanos que los compraban. ¿El problema? Que «todos» sabían que esto pasaba y nadie hacía nada para impedirlo: «Lo sabía todo el mundo y estaba completamente normalizado». Como era de esperar, la Agencia Catalana del Agua ha asegurado a 3Cat que no les consta ninguna denuncia sobre estos hechos: «Aseguran que, actualmente, se garantiza el buen funcionamiento y que la ley es más restrictiva para edificar en zonas inundables desde 2016».
Un documental muy impactante que puede sacar a la luz unas negligencias graves que ponen sobre la mesa un tema que habría tenido preocupados a muchos trabajadores. Ahora habrá que ver la respuesta de la audiencia después de tantos días hablando sobre un reportaje que han querido trabajar bien para evitar problemas.

