Sería necesario un estudio sociológico hecho con mucho cuidado para entender lo que ocurrió anoche con las audiencias televisivas en Cataluña. Pero lo que es indiscutible es que La 1 de TVE arrasó entre los espectadores catalanes con cifras de récord explosivo. Entre las pocas noches del año en que TV3 pierde el liderazgo –sucede solo cuando la cadena pública española tiene partidos de fútbol que provocan un interés social masivo y excepcional–, la de este sábado es, sin duda, histórica. Alcanzar un 30% de cuota de pantalla es un éxito para TV3 y es casi inalcanzable para TVE o cualquier otra cadena estatal en Cataluña. Y este sábado, la retransmisión de las actuaciones de la final del festival de Eurovisión alcanzó el 49,8% de share, con 966,000 espectadores de media, según las cifras de la empresa Kantar, encargada del recuento oficial de la audiencia de la emisión tradicional –la lineal, fuera de las plataformas– a través de los audímetros instalados en televisores de hogares reales.
Un inédito 63,8% en la fase de votaciones para decidir el ganador del festival
Las cifras son aún más sorprendentes en cuanto a la franja horaria de la retransmisión del festival que corresponde a las votaciones, que a pesar de que comenzaron poco antes de las doce de la noche arrastraron una cuota de pantalla del 63,8%, con un total de 1.026.000 espectadores de media. Todos estos catalanes vieron cómo España se estrellaba una vez más y quedaba antepenúltima en el concurso que, en un par de décadas, ha pasado de ser considerado casposo a tener una nueva vida, brillante para quien le guste.

Mientras en La 1 alcanzaban el cielo, en TV3, el Col·lapse de Ricard Ustrell, que suele oscilar entre el 13% y el 15% de cuota de pantalla, se quedó en un 9%. Hay que decir que tampoco se puede considerar que se hundiera del todo, teniendo en cuenta con qué competía. Telecinco no pudo pasar del 3,5% de cuota, Antena 3 hizo un 3,1 y Cuatro alcanzó un 3,7 en la primera franja y un 2,6 durante las votaciones.
Esta pasión por Eurovisión dio a La 1 de TVE un inédito liderazgo absoluto también en el balance de la jornada completa, con un 25% de share, seguido del 9,5 de TV3 y del 7,1 de Antena 3.
¿Emoción o morbo por las votaciones que hundieron a la representante de España?
Como ocurre en todo fenómeno social, lo más probable es que la explicación de este éxito –que consolará a los directivos de la cadena española tras ver hacer el ridículo a su enviada Melody, elegida a través del programa Benidorm Fest– sea multifactorial. Por un lado, está el gran número de fans del festival de Eurovisión, que los tiene. Por otro lado, está la emoción o el morbo de las votaciones: ver hasta qué punto fracasaba España o qué pasaba con Israel –que quedó en un polémico segundo lugar– debía ser, sin duda, uno de los ganchos. Y, dada la renuncia del resto de cadenas –excepto de TV3, que mantuvo su apuesta de todos los sábados– a competir con TVE, ver el concurso se presentaba anoche como una de las opciones más entretenidas si se quería hacer sofá y palomitas o bien una cena de amigos para comentar la jugada sin filtros. Si se tiene en cuenta la cantidad de espectadores en cifras absolutas, además, queda claro que también las plataformas, que suelen ser las reinas del sábado por la noche, perdieron espectadores en favor de La 1.