Un juzgado investiga a los humoristas Toni Soler y Jair Domínguez y a la actriz Judit Martín por el polémico gag de TV3 sobre la Virgen Rocío. Según avanza el diario El Mundo, el Juzgado número 5 de Sant Feliu de Llobregat ha admitido a trámite la denuncia de la entidad ultra Abogados Cristianos. El tribunal ha abierto diligencias de investigación contra los responsables del Està Passant por burlarse de la Virgen de Rocío en plena Semana Santa. Tanto TV3 como el Consejo del Audiovisual de Cataluña (CAC) determinaron que el gag, con más o menos acierto, se enmarcaba en la libertad de expresión.
Fuentes judiciales explican al diario madrileño que los tres están acusados de un delito contra la Constitución, que el Código Penal español recoge en un título específico. En concreto, están acusados de hacer escarnio de las creencias religiosas de los católicos, que según el artículo 525 del Código Penal está penado con una multa de entre ocho y doce meses. El juzgado tiene que fijar ahora la fecha para que los dos humoristas y la actriz vayan a declarar como investigados por haber ofendido los “sentimientos de los miembros de una confesión religiosa”. Tanto Soler como el programa ya advirtieron que no pensaban disculparse por el gag, que consideran inofensivo.
Abogados Cristianos critica las expresiones soeces de la Virgen de Rocío
La denuncia de Abogados Cristianos asegura que Judit Martín, disfrazada de Virgen de Rocío, “flirteaba con uno de los directores del programa, llegando a enviarle un beso y a exclamar “¡guapo!” y le pregunta “¿tú estás con el semáforo verde?” También critican que le dijera «y tú? Tú, que está más madurito, pero yo no le hago aspavientos a nada, eh?» A continuación dijo “estoy más caliente que el palo de un churrero” y lamentó que hacía 200 años sin “echar un polvo como Dios manda porque mientras me saco el traje ya me han pasado las ganas”. La entidad ultra también reprocha a Soler y Domínguez que no pararan de reirese durante el gag.
Después de la emisión del gag, políticos y entidades pusieron el grito al cielo y exigieron una rectificación al programa y a la cadena. Incluso la Junta de Andalucía elevó una queja formal. El gag creó tanto alboroto que Jair Domínguez empezó a recibir insultos y amenazas de muerte.