Nuevo golpe a Eurovisión. Nemo, el artista que representó a Suiza en 2024 y que logró la victoria gracias a la canción The Code, ha anunciado que devolverá el trofeo como un gesto reivindicativo en contra de la participación de Israel en el certamen. El festival europeo de la canción vive momentos muy complicados por las tensiones que ha creado la participación israelí en el concurso musical. Después de años de quejas para que se permita su participación en el certamen, varios países han decidido alzar la voz en contra, como ha hecho España. El pasado 4 de diciembre, RTVE cumplió sus amenazas y anunció que no enviaría un representante español a Eurovisión ni emitiría las galas de las semifinales ni las finales. El consejo de administración del ente público ya había alertado que tomaría medidas en caso de que la Unión Europea de Radiodifusión (UER) ratificara que Israel sí formará parte del certamen en 2026. Además de España, hay otros países que se han retirado del certamen: Eslovenia, Irlanda, Países Bajos e Islandia. Ahora, sin embargo, el movimiento del ganador suizo vuelve a poner el festival contra las cuerdas.

El comunicado del artista

En un post con dos imágenes en las que se puede leer el comunicado, Nemo se ha sincerado sobre lo que representa Eurovisión y su decisión de devolver el trofeo, en un momento en que el festival europeo de la canción está recibiendo muchas presiones de los países que concursan y que están en contra de la participación israelí.

«Siempre estaré agradecido a la comunidad de Eurovisión, a los fans que votaron, a los artistas con los que compartí escenario, y a la experiencia que me formó como persona y músico. Esta decisión proviene del cuidado de los valores que Eurovisión promete, no del rechazo a las personas que la hacen especial. La música todavía nos conecta. Esta creencia no ha cambiado», se puede leer en el pie de foto de la publicación.

En ambas fotografías, Nemo explica que el año pasado ganó Eurovisión y por esta victoria recibió el micrófono de cristal, símbolo indiscutible del festival. «Aunque me siento inmensamente agradecido por la comunidad que rodea al festival y todo lo que me ha enseñado esta experiencia como persona y como artista, hoy ya no siento que este trofeo merezca estar en mi estante», expresa. Los valores que defendía Eurovisión, como la unidad, la inclusión y la dignidad, eran valores que hicieron que el festival tuviera un sentido para Nemo, pero con la participación de Israel, esto ha cambiado.

Nemo, guanyador d'Eurovisió 2024, tornarà el trofeu a l'UER | Europa Press
Nemo, guanyador d’Eurovisió 2024, tornarà el trofeu a l’UER | Europa Press

«La participación continuada de Israel, durante lo que una Comisión Internacional Independiente de Naciones Unidas ha concluido que es un genocidio, presenta un conflicto evidente entre estos ideales y las decisiones que ha tomado la UER», indica. Expone que esto no va «de individuos ni de artistas» y que el concurso «se ha instrumentalizado en los últimos años para blanquear la imagen de un estado acusado de graves ofensas» a pesar de que la UER insistía en que Eurovisión «no es política».

Por eso, ha tomado la decisión de devolver el trofeo a la sede de la UER en Génova con «gratitud y un mensaje claro: predicad con el ejemplo». «Si los valores que celebramos en el escenario no se viven bajo él, entonces incluso las más bellas canciones pierden su significado. Hasta entonces, el trofeo es vuestro», finaliza el comunicado. Un golpe duro sobre la mesa en un momento muy convulso para el festival que va perdiendo buena parte de sus apoyos.

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