Dos dramas –que, de hecho, están vinculados– elevan el tono de Com si fos ahir cada día más. La serie diaria de TV3 se encamina a la pausa navideña con un alto nivel de tensión, especialmente en la trama de Ismael (Jaume Solà), que está desaparecido, y la de Mari Carmen (Teresa Urroz), que está en coma y no reacciona bien cuando le reducen la sedación para ver si se despierta. Las dos familias están desesperadas. Viven en la incertidumbre y la angustia, por un lado, Litus (Pepo Blasco), Ingrid (Laia Ricart), padres de Ismael, y Marta (Sílvia Bel), la tía. Por el otro lado, sufren especialmente Noe (Elena Gadel), Miquel (Eduard Farelo) y Èric (Nil Aparici), hija, yerno y nieto mayor de Mari Carmen, respectivamente. Y, a su alrededor, toda la pandilla de amigos exalumnos del instituto Reina Sibil·la y otros personajes más nuevos, como Aloma (Martina Rabadan), la adolescente hija de Víctor (Pep Ambròs) que había comenzado a salir con el también jovencísimo Ismael.

Èric, de 'Com si fos ahir', visita a Mari Carmen, su abuela, que está en coma en el hospital / Tv3
Èric, de ‘Com si fos ahir’, visita a Mari Carmen, su abuela, que está en coma en el hospital / Tv3

Los antecedentes que vinculan los dos dramas se remontan, precisamente, a la relación recién comenzada entre Aloma e Ismael. La chica quiere ir a un concierto en Perpiñán y su madre se oponía. El chico, para contentarla, le propone escaparse juntos para ir, pero no tienen el dinero para comprar las entradas y pagar el viaje. Como el restaurante La Iaia es de su tía Marta, pasa mucho tiempo allí, y un día ve que dejan en una cajita, bajo el mostrador, dinero en efectivo para un pago. A Ismael no se le ocurre otra cosa que robarlo, y vuelve al local por la noche, con una copia de las llaves, para tomar el dinero. Lleva una capucha por si acaso, pero está convencido de que dentro ya no queda nadie. Cuando está a punto de tomar la cajita y huir, aparece Mari Carmen, que es la cocinera de La Iaia, y se lleva un gran susto al ver a un encapuchado merodeando por el local de noche. Ismael reacciona bruscamente, aparta a la mujer con un empujón para huir y ella cae al suelo y se da un fuerte golpe en la cabeza. Cuando unas horas después la encuentran su hija y el camarero del restaurante, está inconsciente, casi muerta. En el hospital les dicen que tiene un hematoma craneal grave y que hay que inducirle el coma y esperar cómo evoluciona.

La pelea del padre de Joel e Ismael

Dos o tres días después –durante los cuales la angustia y el tormento interior de Ismael va en aumento, se celebra el cumpleaños de Joel (Gerard Navarro), el adolescente que tiene en acogida Marta. El padre del chico, Esteve (Tucho Garçon), maltratador convicto que acaba de salir de la cárcel y que ha vuelto a golpear a su esposa, se presenta en La Iaia e Ismael le enfrenta y lo echa. «Te arrepentirás», le dice Esteve. Poco después, se ve a Esteve espiando a Joel y sus amigos cuando se dirigen hacia una discoteca. Por la noche, cuando Ismael discute con el grupo y decide atravesar medio Badalona para volver solo en el metro a casa, un coche se detiene a su lado. Ya no se ha sabido nada más de él.

¿Qué ha pasado después? Litus se desespera cada día más, porque Ismael no aparece y no contesta el teléfono. Al final, termina llamando a Ingrid, la madre del chico, que vive en Polonia por trabajo y enseguida se planta en Barcelona. Ambos están muertos de miedo. «Ismael no se ha ido. Le ha pasado algo», dice Litus cuando ya no puede fingir que cree todas las historias que le cuentan sus amigos sobre hijos adolescentes que, por un arrebato, desaparecen y luego reaparecen como si nada.

¿En qué punto estamos ahora mismo y qué pasará la próxima semana?

La cuestión ahora es en qué punto se encuentran las dos tramas que tienen más espectadores pendientes. De Mari Carmen, se sabe que no ha respondido al intento de despertarla, pero ha recibido finalmente la visita de su nieto mayor, Èric, que llevaba días pidiéndolo. El chico ha mostrado gran entereza y más madurez de la que creía capaz su madre. Todo queda abierto de cara a la próxima semana, ya que este viernes, al ser festivo, no hay capítulo.

El caso de Ismael es más complicado. Todo se complica cada día más. Los Mossos d’Esquadra aseguran a Litus que Esteve, quien era sospechoso porque había amenazado al chico, no está implicado en el caso, porque a la hora de la desaparición estaba en un centro médico donde le atendían las heridas que se hizo en una pelea. Litus, desesperado, vuelve al lugar de la desaparición y encuentra un elemento que lo hace temblar: la bufanda de Ismael, medio enterrada bajo una pila de pinocha al lado de un árbol. Esto dará pie a los Mossos para organizar una batida por la zona.

Esta búsqueda, en la que participarán todos los familiares y amigos, es una de las secuencias que se verán la próxima semana. Pero también se verá que Aloma ha encontrado en la red un mensaje que dice: «Ismael está bien. No puedo decir más». Litus cree que es una broma, pero algo le dice a Aloma –que ha hecho un vídeo para difundirlo en la red pidiendo a su novio que vuelva– que el comentario es sincero.

¿La clave, en la conversación entre Joel y Jess?

Ahora, retrocedamos un poco, volvamos al capítulo de este jueves. En una secuencia en la que Joel habla con su amigo Jess (Polo Camino) sobre lo preocupados que están por Ismael, y le cuenta que Litus ha puesto el caso en manos de los Mossos, el joven tiene una actitud extraña. Jess es un amigo del centro de menores donde había estado Joel antes de ser acogido por Marta, y es un poco más grande y experimentado. Se sabe muy poco de él, solo que es muy seguro de sí mismo y no tiene ideas convencionales. Y conoce a Ismael porque Joel los presentó. Jess insiste mucho en que Ismael seguramente está bien y que probablemente se ha ido por voluntad propia. «Nunca sabes qué pasa por la cabeza de alguien», advierte. ¿Habla por intuición? ¿Está especulando? ¿O sabe algo?

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