Los tiempos cambian, el número de habitantes de Cataluña también y la delincuencia también se adapta a los nuevos tiempos. Pero lo que se mantiene inmutable es el protocolo de coordinación entre los Mossos d’Esquadra, la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía. Desde hace más de 18 años. Así lo admite el Departamento de Interior respecto del documento, al cual ha tenido acceso El Món, firmado el cinco de marzo de 2007, en el marco de la Junta de Seguridad celebrada en Barcelona, con Joan Saura como consejero de Interior y Alfredo Pérez Rubalcaba como ministro.
El documento, que tardó medio año en aprobarse, tenía como objetivo «determinar cómo se debía articular la relación entre el Ministerio del Interior y la consejería de Interior para garantizar un intercambio de información entre los cuerpos de seguridad y su coordinación operativa frente a las competencias compartidas». De hecho, es un documento basado en «la experiencia del despliegue hecho hasta el momento» y que hacía «aconsejable revisar cómo había funcionado hasta el momento y perfeccionar el sistema para mejorar la coordinación».
¿Revisar el protocolo?
Han pasado 18 años y el protocolo continúa sin ningún tipo de cambio a pesar del despliegue. De hecho, en aquellos momentos Cataluña tenía apenas 13,000 mossos, cuando ahora supera los 19,000. Había 10,966 policías locales y en el último recuento, 11,600 efectivos. Y eran 6,755 los miembros del CNP y la Guardia Civil, mientras que actualmente hay 6,404, aunque el ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, asegura que aún faltan más de 2,000.
La cifra de operaciones conjuntas, a pesar del despliegue, ha crecido, y en los últimos dos años se ha disparado. Si, en el año 2019, los Mossos montaron 16 dispositivos con la policía española y cinco con la Guardia Civil, en 2024 han organizado o trabajado conjuntamente en 448 casos con el CNP y 118 con la Guardia Civil, según indican los datos presentados por la consejera de Interior, Núria Parlon, en un informe dirigido al Parlamento el pasado 27 de octubre, al cual ha tenido acceso El Món. En dos años, 1,222 operaciones conjuntas. «Los datos y la antigüedad hacen pensar que, a medida que cambien las competencias -como puertos o aeropuertos o supuestamente inmigración- así como los nuevos formatos de delincuencia y terrorismo, el protocolo debería actualizarse», comentan responsables técnicos del departamento en conversación con El Món.

Una estructura de hace 18 años
Según el protocolo, las relaciones debían gestionarse a través del Comité de Coordinación Policial, que se definía como un «órgano permanente de coordinación entre los cuerpos de seguridad presentes en Cataluña». Este comité lo forman, por parte del Estado, el delegado del gobierno español, los jefes del CNP y Guardia Civil en Cataluña y el director del Gabinete de Coordinación de la Secretaría de Estado de Seguridad; por parte de la Generalitat, debería participar el secretario general del departamento de Interior, el director general de la Policía, el máximo responsable de los servicios operativos y el máximo responsable de la investigación criminal.
En principio, sus funciones eran claras y, sobre todo, con el bagaje de la experiencia de los primeros años del despliegue territorial. Así, este organismo, sobre todo, debía «asegurar el intercambio de información» y la «coordinación operativa», y también vigilar el cumplimiento de los protocolos que se determinasen en el funcionamiento habitual. Asimismo, el texto establecía que era necesario estudiar y elaborar propuestas para la Junta de Seguridad. Por otra parte, el protocolo creaba una Comisión de Coordinación Policial de Cataluña como «responsable del intercambio de información».
En concreto, ordenaba que cuando los Mossos necesitaran información debían solicitarla a través de la Prefectura Superior de Policía o la Zona de la Guardia Civil. Desde la Policía Nacional o la Guardia Civil, la petición de información se canalizaría a través de la Comisaría de Coordinación de Servicios Operativos. Un protocolo que se rompió, por ejemplo, el 20 de septiembre de 2017, en los registros a raíz de la causa del Procés. Por otra parte, ordenaba que en caso de investigaciones coincidentes se aplicarían los procedimientos establecidos en el CICO Centro de Inteligencia del Crimen Organizado, el antecesor del CITCO, Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado, al cual los Mossos no se integraron al 100% hasta el año 2020. En el caso del ámbito terrorista, los criterios se ordenaban a través del Centro Nacional de Coordinación Antiterrorista.

Cambios sin cambiar el protocolo
Después de 18 años, aunque las estructuras de la seguridad del Estado y del departamento de Interior han cambiado profundamente, así como la consumación del despliegue de los Mossos, desde el 1 de noviembre de 2008, el protocolo continúa vigente estancado en el texto de 2007. De hecho, hay un acuerdo en cuanto a cooperación de investigación criminal, pero que es interno y operativo. Un manual práctico que no tiene carácter oficial y que sirve para orientar algunas de las investigaciones entre Mossos, CNP y Guardia Civil. «No hay ningún documento que modifique aquel protocolo», insisten desde Interior y desde el cuerpo de Mossos. La curiosidad, sin embargo, es que manteniendo el mismo protocolo, pero con un crecimiento exponencial del número de efectivos de los Mossos, se han incrementado las colaboraciones entre los cuerpos policiales los dos últimos años.
De hecho, las colaboraciones se comenzaron a incrementar a partir de la consulta del 9-N. A partir de 2015, se triplicaron las acciones conjuntas, pero, ni de lejos se llegaba a las cifras de los dos últimos años. Por ejemplo, si en 2013 y 2014 el CNP hizo 4 operativos cada año con Mossos, en 2015 realizaron 12; en 2016, 10; en 2017, un total de 14. Con la Guardia Civil, pasa si hace o no hace lo mismo. De tres operativos en 2013 y 2014, se pasó a 11 en 2015; 9, en 2016 y 6, en 2017. Pero el Procés, la aplicación del 155 y la pandemia modificaron estas cifras. Sin contar los operativos de las protestas postsentencia de octubre de 2019, ese año los Mossos montaron 16 dispositivos con la policía española y cinco con la Guardia Civil.
1,222 operaciones conjuntas en dos años
Ahora bien, las cifras de colaboraciones se han disparado en los dos últimos años, teniendo en cuenta que entre 2020 y 2022, la pandemia hizo desajustar los datos. En todo caso, entre 2023 y 2024, los Mossos han llevado a cabo 1,222 operaciones o dispositivos conjuntos con CNP y Guardia Civil.
En detalle, por parte de la Comisaría General de Información de los Mossos, en el año 2023 se llevaron a cabo 3 investigaciones conjuntas con el CNP y ninguna con el instituto armado. En el año 2024 se hicieron 2 investigaciones conjuntas con el CNP y 3 con la Guardia Civil. En cuanto a la Comisaría General de Investigación Criminal, cabe mencionar que los Mossos se incorporaron al marco de coordinación del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO). En este marco de coordinación, en 2023 llevaron a cabo 36 investigaciones conjuntas con el CNP y 27 en 2024. Con la Guardia Civil, fueron 23 en 2023 y 20 en 2024. Cabe añadir a esta estadística, el gran operativo SEE JAD, una operación que se centraba en la lucha contra el tráfico ilícito de armas de fuego, drogas, inmigración ilegal, tráfico de personas y redes criminales de alto riesgo que lideró España a través de Europol.
Por otra parte, el grueso de los dispositivos conjuntos se ha disparado a raíz de los operativos de seguridad ciudadana. En concreto, 532 con el CNP durante 2023 y 419 durante 2024. Con la Guardia Civil, fueron 72 en 2023 y 96 en 2024. Operativos que se engloban en el plan Kanpai, sobre armas blancas, o el Tremall, que intenta recortar la reincidencia. También entran en este grupo, los operativos importantes de tráfico -competencia exclusiva de Mossos-, inspecciones fiscales o protección y vigilancia en visitas de personalidades «nacionales» o «extranjeras» y algunas vigilancias de parques naturales.

