La bioeconomía quiere consolidarse como una de las piezas clave de la transformación verde de Cataluña. El Gobierno de la Generalitat destinará más de 269 millones de euros durante tres años en 44 actuaciones vinculadas al sector agroganadero y forestal, dos pilares clave para un modelo productivo basado en recursos renovables, de proximidad y con capacidad para crear empleo e innovación en el país.

Una de las novedades destacadas para este nuevo período es la ampliación del enfoque de las actuaciones, que ya no solo abordan la oferta de biomasa, sino también la demanda para incluir nuevos sectores económicos.

Estas actuaciones están recogidas en el Plan de acción 2025-2027 y dan continuidad al despliegue de la Estrategia de la bioeconomía de Cataluña 2030. El primer plan de acción, aplicado entre 2022 y 2024, sentó las bases de una política de bioeconomía. Se crearon nuevas herramientas como el Observatorio Agroalimentario, Rural y Ambiental, el programa Paisajes Agroforestales Resilientes o el BioHubCat, el centro de apoyo a empresas y emprendedores del sector. 

El nuevo plan quiere escalar estas iniciativas y dotarlas de más capacidad transformadora. El consejero de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación, Òscar Ordeig, ve la bioeconomía como palanca de cambio para el conjunto del país. “Tenemos una hoja de ruta clara, definida y ambiciosa para hacer de la bioeconomía y la economía circular un modelo de actividad referente, tanto en zonas rurales como urbanas”, subraya.

Cuatro ejes para transformar el modelo

Las 44 actuaciones previstas se estructuran alrededor de cuatro grandes cadenas de valor. La primera pone el acento en la mejora de la gestión y el aprovechamiento de los recursos forestales, con la voluntad de convertir los bosques en una fuente de riqueza económica y, al mismo tiempo, en una herramienta clave para mitigar los efectos del cambio climático. La segunda línea se centra en la valorización de las deyecciones ganaderas y de los residuos orgánicos, transformándolos en energía y fertilizantes con valor añadido. 

La tercera se centra en los coproductos y subproductos de la cadena alimentaria, para que nada se desperdicie y todo se pueda reutilizar. Finalmente, la creación de paisajes agroforestales resilientes quiere reforzar la protección de los ecosistemas y de los servicios ambientales que ofrecen.

Planta de biogás del Grupo Griño que impulsa la descarbonización y la economía circular. / Foto: Bioenergia d’Almenar SL
Planta de biogás del Grupo Griño que impulsa la descarbonización y la economía circular. / Foto: Bioenergia d’Almenar SL

Actuaciones estratégicas

Estos cuatro ejes se traducen en una hoja de ruta concreta, articulada a través de ocho actuaciones estratégicas. En este sentido, destacan la consolidación del Observatorio agroalimentario, rural y ambiental como espacio de conocimiento y seguimiento; el apoyo al desarrollo de tres biopolígonos que actuarán como polos industriales innovadores; la puesta en marcha de plantas de preescalado industrial para facilitar la transición del laboratorio al mercado; y un fuerte impulso a la gestión forestal sostenible para fomentar bosques más sanos y productivos.

Otras medidas incluyen el despliegue del programa Paisajes Agroforestales Resilientes; la promoción de plantas de biogás y de tratamiento de material orgánico para producir energía verde y bioproductos; la ampliación de la capacidad de tratamiento biológico de la fracción orgánica municipal, y la creación del Sistema de Créditos Climáticos de Cataluña, concebido para incentivar la captación de carbono. Entre las iniciativas previstas hasta 2027 también figura la puesta en marcha del Hub Forestal de Cataluña.

La financiación del plan refleja su carácter transversal. El Departamento de Agricultura aporta 130 millones de euros; la Agencia Catalana del Agua, 38 millones; la Agencia de Residuos de Cataluña, 72 millones; el Centro de la Propiedad Forestal, 28,7 millones, y Ferrocarriles de la Generalitat, 100.000 euros. Una inversión compartida que evidencia la voluntad del Gobierno de abordar la bioeconomía de manera coordinada.

Proyectos que ya toman forma

Algunas iniciativas ya permiten visualizar este giro hacia la bioeconomía. Es el caso de la empresa Fustes Sebastia SL, que impulsa la producción de madera contralaminada (CLT), un material de alta calidad que permite construir estructuras sostenibles y resistentes sustituyendo materiales con mayor huella de carbono y contribuyendo a una gestión forestal más rentable y planificada.

También Bioenergia d’Almenar SL, del Grupo Griñó, con su planta de biogás, es un ejemplo destacado. Con una potencia de 3 MW, la planta produce energía eléctrica y calor a partir de residuos agroindustriales, al tiempo que genera fertilizantes sólidos y líquidos de gran calidad y agua de riego controlada.

Estructura de una casa de madera laminada cruzada (CLT)/ Foto: Fustes Sebastia SL
Estructura de una casa de madera laminada cruzada (CLT)/ Foto: Fustes Sebastia SL

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