El periodista Saül Gordillo está a un paso de lo que puede acabar siendo su segundo juicio como acusado por agresión sexual. La titular del juzgado de instrucción número 5 de Badalona ha cerrado este jueves la instrucción del caso que lleva y ha dado diez días a la fiscalía y la acusación particular para pronunciarse sobre si consideran que se tiene que abrir juicio oral por los hechos o bien piden el sobreseimiento. Exactamente, lo mismo que hizo la semana pasada el juzgado número 6 de Barcelona, que investiga la primera de las dos denuncias por agresión sexual presentadas por dos periodistas que trabajaban en el diario

Sexo oral en el coche después de la fiesta a la discoteca Apolo
En el caso de Badalona, la magistrada Maria Antonia Raedo Santos ha ordenado «continuar la tramitación de las presentes diligencias previas», el primer paso antes de abrir juicio oral. Para comunicar la decisión a las partes, ha firmado una interlocutoria en la que, en el apartado de los hechos, apunta que Gordillo se ofreció a llevar a la periodista a casa porque había consumido mucho alcohol y que dentro del coche le practicó «sexo oral sin introducción de ningún tipo de miembro corporal». El texto recoge que los hechos sucedieron a las 4.32 horas, después de la fiesta a Apolo, y que la periodista le pidió que parara. Esta es, básicamente, la versión de la denunciante.
De manera muy similar, en la interlocutoria sobre los hechos del Apolo, el juez recoge que hay dos versiones contrarias sobre si hubo consentimiento o no, pero argumenta que en esta fase del proceso no se tiene que valorar la existencia o no del consentimiento. «La versión inculpatoria aparece sobradamente sustentada en indicios claros, tendrá que ser en fases ulteriores del expediente donde se resuelva la definitiva virtualidad de tales indicios», apunta el juez, en referencia al juicio.
Gordillo pide el archivo de las actuaciones y afirma que «todo lo que pasó había sido consentido, aunque fuera tácitamente, por la denunciante». La periodista afectada, en cambio, sostiene su versión y aporta imágenes de cámaras de seguridad y del comportamiento de los implicados.