Saül Gordillo ha vuelto al juzgado por la segunda denuncia por agresión sexual. La titular del juzgado de instrucción número 5 de Badalona –donde se habrían producido los hechos del segundo caso, en un coche cerca del domicilio de la denunciante– ha citado este jueves al exdirector de ACN, Catalunya Ràdio y Principal. Ha declarado como investigado por un delito contra la libertad sexual de una trabajadora del diario digital, el medio que dirigía hasta hace unas semanas, que lo ha denunciado por una supuesta agresión sexual con sumisión química. A la salida del juzgado, el abogado defensor de Gordillo, Carles Monguilod, ha afirmado que en las imágenes grabadas por las cámaras de la sala de fiestas Apolo no se ve «ninguna conducta delictiva mínimamente acreditable», según declaraciones recogidas por la ACN.
De hecho, Monguilod ha subrayado que tanto en las imágenes del interior de local –donde se les ve hablando largamente– como en las de la salida –andan uno al lado del otro– no se observa ninguna actitud que se pueda asociar a un «estado de somnolencia» ni de aturdimiento que se pueda vincular a la sumisión química. Y lo mismo pasa con las imágenes del vestíbulo de casa de la chica, un par de horas después, en las cuales se la ve abrir la puerta y entrar andando con normalidad. «Si antes y después las imágenes muestran esta normalidad y no hay indicios de sumisión química, es deducible que en el rato del medio tampoco hubo», ha estacado el abogado de Gordillo.
Por su parte, sin embargo, la denunciante ha ratificado la denuncia e insiste que los actos sexuales no fueron consentidos. La acusación particular ha pedido retirar el pasaporte a Gordillo como medida cautelar y la Fiscalía no se ha opuesto, pero la jueza ha desestimado aplicar esta medida.
Hechos ajenos al Código Penal
La defensa de Gordillo ha asegurado que «todo el que pasó entre la denunciante y el señor Gordillo es absolutamente ajeno al Código Penal». Volviendo a lo que muestran los videos, Monguilod ha apuntado que se puede ver una persona «que en absoluto se puede decir que no sabía lo que hacía».
Según la versión de esta segunda denunciante, después de la fiesta en la sala Apolo, Gordillo se ofreció a llevarla a casa en coche. Una vez en el vehículo, dice que perdió el conocimiento y relata que solo recuerda algunas cosas del trayecto. En la denuncia dice que se despertó en un momento en que Gordillo le estaba practicando sexo oral sin consentimiento.

Dos denuncias por agresión sexual la misma noche
Dos trabajadoras del
Gordillo, a la salida de la sesión de la primera denuncia, insistía que se ha hecho “un juicio paralelo durísimo e inaceptable” contra él. Monguilod, por su parte, apuntó que los videos mostraban “una escena lúdica, divertida donde personas adultas están interactuando” y que se trataba de una “situación ajena al Código Penal”. Igual que en este segundo caso, la denunciante del primero ratificó su versión inicial de los hechos y remarcó que Gordillo le había hecho tocamientos sin consentimiento.
El abogado ya ha pedido que se archive la primera denuncia
Monguilod ha anunciado hoy que ha pedido que se archive la causa de la primera denuncia, que se sigue en un juzgado de Barcelona porque se refiere a unos tocamientos que se produjeron dentro de la sala. Las imágenes muestran unos breves tocamientos mientras Gordillo y la denunciante están en una de las barras de la discoteca con otro redactor del diario. Los tres bailan y hacen bromas mientras piden las bebidas y es entonces cuando se producen los tocamientos.
En aquel momento, según muestran las imágenes, que ha podido ver El Món, la denunciante no expresa ninguna reacción adversa y continúa bailando y hablando con Gordillo y el otro chico. Fue una media hora después cuando la joven explicó a algunos de los compañeros que se había sentido agredida y se fue con dos redactores más, que la acompañaron en un taxi. Tres semanas después presentó una denuncia. En sus declaraciones a la policía y al juzgado, ha asegurado que en el primer momento no reaccionó porque estaba en shock. La discusión entre las dos partes, por lo tanto, es si hubo consentimiento implícito o no. Gordillo asegura que los actos fueron consentidos, pero la denunciante lo niega.