Uno de cada tres ciudadanos tiene un nivel elevado de pensamiento conspirativo, según ha concluido el CEO a partir de una encuesta presentada este miércoles, que apunta a la desconfianza de esta parte de la población hacia las ideas presentadas por las instituciones o los expertos.

Así, un 42% de los catalanes creen que las autoridades exageran los peligros de algunas enfermedades por intereses económicos. Más de uno de cada cinco ciudadanos también cree que las vacunas hacen más mal que bien o que el coronavirus fue creado en un laboratorio.

Desde el CEO se ha concluido este grado de pensamiento conspirativo de la población a partir de 12 preguntas concretas y se les ha etiquetado con un nivel alto a quienes sistemáticamente desconfían de ideas o verdades que han sido demostradas o argumentadas por las instituciones académicas o políticas, o expertos, y creen que, en cambio, hay una realidad oculta en una diversidad de temas.

La encuesta concluye que un 65% de simpatizantes de Aliança Catalana responden a este perfil, así como un 55% de simpatizantes de Vox. Los del PP y Junts se sitúan alrededor del 40%, mientras que los de ERC están al límite del 35% y socialistas y cupaires están al 20%. Los cercanos a los comunes son quienes menos se ajustan a este perfil, alrededor del 15%.

Estos pensamientos conspirativos son transversales en términos de edad, sexo o ingresos, pero se reducen en 10 puntos entre los universitarios.

La exposición a las noticias falsas

Quienes frecuentan la creencia de que hay una realidad oculta suelen estar más expuestos a noticias falsas y se informan más por redes sociales. Además, el hecho de que pongan énfasis en no creerse las ‘verdades oficiales’ reduce en 14 puntos la preocupación por la vivienda, duplica la preocupación por la inmigración y la seguridad, y reduce la valoración tanto de la UE, como de Ucrania.

Aún en el terreno de las teorías conspirativas, un 60% de los ciudadanos creen que las agencias gubernamentales controlan de cerca a la población sin que esta lo sepa, y un 47% asegura que hay tecnologías muy avanzadas que también se mantienen ocultas porque perjudican grandes intereses.

Priorizar el nivel de vida a la democracia

Por otra parte, hay más gente que preferiría vivir en un país capaz de garantizar un nivel de vida adecuado a sus ciudadanos, aunque no sea del todo democrático (40%) que aquellos que elegirían vivir en un país gobernado democráticamente, aunque no garantice un nivel de vida adecuado a sus ciudadanos (34%). La diferencia entre las dos visiones enfrentadas por el CEO es más amplia entre las generaciones más jóvenes, sobre todo los hombres.

Un 62% de chicos entre 16 y 24 años apostaría por más nivel de vida en detrimento de la democracia, una premisa que también comparten el 54% de hombres entre 25 y 34 años. Entre las mujeres de la misma franja las opiniones son mucho más similares a la media catalana.

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