Las estancias en hoteles suelen acabar con un pequeño botín en forma de jabones, productos cosméticos y bolígrafos que los clientes se llevan como recuerdo adicional del viaje. Es una práctica muy extendida que la mayoría de establecimientos turísticos ya tienen en cuenta y en muchos casos dan por hecha. Pero algunos clientes siempre están dispuestos a ir un poco más allá en esta peculiar tradición y también roban otros objetos que no están pensados porque sean incluidos en la maleta como recuerdo de la estancia, como toallas, albornoces o perchas. Y los hoteles de lujo no son una excepción: estos son los objetos más robados por los clientes en los establecimientos de cuatro y cinco estrellas.
La guía alemana

Objetos más sorprendentes que roban en los hoteles de lujo
Además de los objetos que, con más o menos morro, se podrían considerar habituales en la lista de más buscados por los clientes que marchan de un hotel de lujo, hay algunos muy sorprendentes y que se roban mucho más a menudo de lo que se podría pensar. Casi una cuarta parte (24,4%) de los gerentes encuestados, en especial de los de cinco estrellas, asegura que les han robado obras de arte. También tienen bastante popularidad las tabletas (18,3%), las mantas (18%), las almohadas (16,1%) o los platos (12,3%). Al parecer, los electrodomésticos están bastante buscados: máquinas de hacer café (11,4%), mandos a distancia (10,4%), secadores de pelo (9,5%), bombillas (7,2%), lámparas (4,1%) y teléfonos (3,4%) entran en el top20 de objetos más robados.
Pero sin duda hay algunos que, por su medida y su precio, se extraña que haya alguien que se plantee —y consiga— robar. El 8,9% de los gerentes encuestados reconoce que les han robado televisores, así como colchones (6,6%) o neveras de minibar (3,3%). En una ocasión, incluso han denunciado el robo de un piano de cola. “Un día paseaba por el vestíbulo y noté que faltaba algo”, explica uno de los gerentes. “Poco después me dijeron que tres hombres vestidos con mono de trabajo se llevaron el piano de cola [que había en el vestíbulo] y nunca lo devolvieron, claro”. Los hoteles sospechan que los objetos más voluminosos son sustraídos por la noche, cuando la seguridad baja y los ascensores están menos concurridos.