La historia de la arquitectura de Cataluña no se puede entender sin Antoni Gaudí, uno de los modernistas más reputados. El artífice de la Sagrada Família, la Pedrera, el Park Güell o la Casa Batlló, entre otros, tiene obras mundialmente conocidas, pero su legado va más allá de los grandes monumentos. En el corazón del Montseny, en el municipio de Campins (Vallès Oriental), se puede ver la Cruz de Sant Guillem, una de las obras modernistas del Montseny incluidas en el inventario del patrimonio arquitectónico del país. Aunque no se le atribuye directamente la autoría, se especula que esta obra modernista fue construida por alumnos del arquitecto originario del Baix Camp, que habrían aplicado sus técnicas arquitectónicas y estilísticas.
En concreto, el proyecto de la cruz fue un encargo del sacerdote Celestí Castany para Josep Fernández Casals. La obra, sin embargo, fue ejecutada por el celonense Josep Sivina, con el trabajo de forja de Josep Planas. Se trata de una cruz de base circular de piedra que soporta ocho contrafuertes que terminan con una forma fusiforme. En el cuerpo superior de la cruz también tiene cuatro ménsulas. Es decir, cuatro elementos arquitectónicos que sobresalen de una estructura -generalmente un muro- y que tienen una función de sustentación de otros elementos, pero también ornamental. De estas ménsulas también sale el hierro forjado, de formas sinuosas, con el que corona la cruz. En la parte inferior de la cruz hay una placa que conmemora las diferentes misiones religiosas que han bendecido esta construcción modernista.

Campins, una villa con más de mil años de historia
Campins es un pequeño municipio del Vallès Oriental, dentro de la subcomarca del Baix Montseny, que arrastra más de mil años de historia. Tal como detallan en su página web, la villa de Campins se remonta, como mínimo, al 878, momento en que apareció por primera vez mencionada «en el privilegio de concesión de propiedades del rey Luis el Tartamudo al obispo Frodoí de Barcelona»: «El término de Campins constituía una cuadra civil, que se encontraba dentro de la demarcación del antiguo castillo de Montclús, pero que estaba bajo el dominio de los señores de la casa de Palau o de Sant Cebrià de Palau, ahora conocida como el Castillo de Fluvià, del término de Sant Esteve de Palautordera», recuerdan desde el consistorio. La parroquia de Sant Joan de Campins, uno de los primeros vestigios del pueblo, data de 1231.
Aunque Campins nunca ha sido un municipio que haya destacado especialmente dentro del Montseny, sí fue el destino elegido por Serafí Pitarra para escribir buena parte de sus obras, ya que en 1886 se instaló en la masía de Can Cullell, donde antes residía el escritor Frederic Soler i Hubert. Hoy en día, esta masía se conoce como Can Pitarra y es uno de los puntos de interés del municipio, imprescindibles en una escapada cultural al Montseny.